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Conspiración de Maracaibo, 1799

 

Angel Rafael Lombardi Boscán
Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ

EN ESTOS TIEMPOS de celebraciones independentistas muy al estilo del Estado como factor de poder y donde la Historia se convierte en propaganda, es bueno replantearse todo lo sucedido doscientos años atrás desde una perspectiva desmitificadora.

                En el caso de la Inde­pen­den­cia nacional hubo unos claros ganadores en los casos de las regiones cen­tral, ori­en­tal, and­i­na y llan­era. Los caudil­los y jefes de esas regiones lograron cap­i­talizar el tri­un­fo mil­i­tar luego de una larga con­tien­da en con­tra de los par­tidar­ios de la Monar­quía, en su may­oría, ori­un­dos del país. Los der­ro­ta­dos: Mara­cai­bo, Coro y Guayana, sufrieron el estig­ma de no “seguir el ejem­p­lo que Cara­cas dio”, y en con­se­cuen­cia, sus élites políti­cas, económi­cas e int­elec­tuales hicieron redobla­dos esfuer­zos por jus­ti­ficar lo injustificable.



                El caso de Mara­cai­bo es emblemáti­co. Sus poet­as, artis­tas e int­elec­tuales, pero sobre todo, sus his­to­ri­adores, se dieron a la titáni­ca tarea de rein­ven­tar un pasa­do que nos pudiera conec­tar con la estirpe ilus­tre de los vence­dores de la Inde­pen­den­cia. Tal es el caso de Juan Besson y su “His­to­ria del Zulia” donde con­vierte a Mara­cai­bo, una mod­es­ta ciu­dad a lo largo del siglo XIX, en un empo­rio com­er­cial rel­e­vante donde las luces del espíritu des­ti­l­a­ban logros cul­tur­ales sin parangón. Mara­cai­bo pasaría entonces a con­ver­tirse en la Ate­nas de Venezuela.

                Y si alguien osase dudar acer­ca del “patri­o­tismo” del gen­ti­li­cio zuliano en esos ter­ri­bles años que dieron nacimien­to a Venezuela, pues bas­taría con señalar a un mil­i­tar de la tal­la de Rafael Urdane­ta, o su impo­nente Lago donde se hizo clau­dicar a la escuadra del real­ista Ángel Labor­de en el año 1823. No obstante, algo no enca­ja­ba con relación a los antecedentes ilus­tres, es decir, con la lla­ma­da pre-independencia.


“Con­spir­ación de Pirela o Maracaibo”

               


Esa necesi­dad, de lavar un peca­do históri­co, nos llevó prác­ti­ca­mente a rein­ven­tar hechos y per­son­ajes suce­di­dos en el año de 1799. La lla­ma­da “Con­spir­ación de Pirela o Mara­cai­bo”, con­vierte a un oscuro sas­tre de nom­bre: Fran­cis­co Javier Pirela, miem­bro de la mili­cia local, en un adalid a favor de la lib­er­tad. El héroe deviene en traidor horas antes de que el com­plot lograse su cometi­do ya que dela­ta a sus com­pañeros de causa. Aun así, bue­na parte de la his­to­ri­ografía que ha trata­do el tema, le con­fiere sig­nifi­ca­dos políti­cos que la doc­u­mentación pri­maria no logra corroborar.

                Par­tic­u­lar­mente no sien­to ningún tipo de vergüen­za históri­ca por el hecho de que mis antepasa­dos hayan preferi­do abrazar la causa del Rey en vez de la Repub­li­cana. El pasa­do es lo que pasó y no aque­l­lo que deseamos que éste haya sido.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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