“Disparen primero y averigüen después”
Rafael Simón Jiménez
Historiador
Uno de los más polémicos y controversiales capítulos de la violencia insurreccional que se desató en Venezuela a comienzos de la década de los años sesenta, involucró la acusación de los grupos alzados en armas contra el presidente de la República, Rómulo Betancourt, a quien atribuyeron la autoría de una muy dura frase que luego fue popularizada por los sectores extremistas, y que involucraba la contundente orden dada a los cuerpos policiales y militares de “disparar primero y averiguar después”
La expresión, que implicaba de hecho la aplicación sumaria y expeditiva de la pena de muerte, prohibida categóricamente por mandato constitucional, fue cansonamente desmentida por el jefe de Estado que atribuyó a sus enemigos promotores de la violencia y militantes del PCV y el MIR aquella malévola invención. Hasta hoy, la afirmación “disparen primero y averigüen después”, divide a quienes para aquel entonces estaban colocados en posiciones antagónicas. Los partidarios del presidente Betancourt la desmienten asegurando que no existe ningún documento que la recoja, mientras sus adversarios continúan reiterando que la patibularia frase fue en efecto pronunciada en el contexto de un frustrado asalto a un cuartel de la infantería de Marina en el litoral Guaireño.
A Rómulo Betancourt, fue a quien atribuyeron la autoría de esa muy dura frase
Ahora bien, adentrémonos en el resultado que arrojan las indagaciones históricas: Agustín Blanco Muñoz, profesor e investigador universitario, quien desde los espacios de la cátedra Pio Tamayo de la Universidad Central de Venezuela ( UCV ) ha escrutado los orígenes y desarrollo de la insurrección armada de los años 60, ubica la frase de Betancourt en un discurso pronunciado en la Plaza O’Leary de El Silencio el 13 de febrero de 1962 –cuarto aniversario de su gestión – cuando señala al referirse a los métodos antidemocráticos aplicados por el “extremismo” en el caso por ejemplo del intento de toma del cuartel del Batallón Simón Bolívar que “a quien se encontrase merodeando un cuartel se le debía disparar primero y averiguar después.”
El catedrático e historiador precisa que “esta expresión marca una mayor apertura represiva pero no es nada nuevo en las órdenes represivas presidenciales. Ya el 28 de noviembre de 1960 había dado orden de “disparar contra saqueadores e incendiarios”, entre los cuales había una buena cantidad de extremistas. Y en fecha anterior, el 21 de enero del mismo año, había expresado: “La orden es esta: sobre quien sea ubicado por un cuerpo armado colocando una bomba, o lanzándola, se aplicará la última ratio de una descarga…”.
El intento de asalto al cuartel del Batallón Simón Bolívar No. 1, de Infantería de Marina de Maiquetía, se pretendía realizar el 29 de Enero de 1962. En un comunicado oficial suministrado por el Gobierno y fechado el 31 de Enero del mismo año, se anuncia la detención de 138 jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 22 años que fueron detenidos según la versión del texto: “Cuando se encontraban merodeando alrededor del cuartel de Infantería de Marina, del cuartel del destacamento de la Guardia Nacional y de la Escuela Naval, todos ubicados en la vecina población de Maiquetía.”
Wolfgang Larrazabal y Rómulo Betancourt. Caracas (ARCHIVO EL NACIONAL)
Investigación concluyente sobre la veracidad de la frase pronunciada por el Presidente de la República, y machaconamente negada por este, la da el prestigioso historiador Manuel Caballero –recientemente fallecido- quien en uno de sus últimos textos HISTORIA DE LOS VENEZOLANOS DEL SIGLO XX, se refiere al asunto. Caballero, quien fue primero en sus años mozos militante de Acción Democrática y luego por mucho tiempo dirigente del PCV y el MAS, terminó presidiendo la Fundación Rómulo Betancourt y escribiendo incluso una biografía política del líder de AD, por lo que su testimonio sobre la polémica frase y su autor, resulta insospechable de distorsión o parcialización.
El laureado historiador, cuya seriedad y rigor nunca fue cuestionada, afirma “…Más que por la importancia misma del movimiento (se refería al frustrado intento de ingreso a la instalación militar guaireña) que como se ha dicho no llegó a cuajar, lo hizo muy famoso una frase de Betancourt. Al comentar el suceso, advirtió que quienes intentaran entrar a la fuerza en un cuartel no serían recibidos con confeti, sino con plomo, y que en tal caso, los soldados estaban listos para “disparar primero y averiguar después”.
El mismo Caballero, busca explicaciones a la negativa de Rómulo Betancourt, para asumir luego de pronunciada la paternidad de la muy dura expresión “…Él mismo se dio cuenta del error cometido al pronunciarla, no solo suprimiéndola de la versión escrita del discurso, sino negándola mucho tiempo después. Caballero, trata luego de edulcorar la contundente afirmación explicando: “la frase no solo fue pronunciada, sino que en las circunstancias en que lo hizo pierde mucho de su ferocidad. En primer lugar fue pronunciada después de que el hecho se había producido, y los muchachos no habían sido recibidos con plomo, ni se les había disparado antes de averiguar quiénes eran. Era sobre todo una advertencia para que habiendo salido tan bien librados la primera vez, no se les ocurriera repetir la hazaña.
El justificatorio de la frase y su contexto, intentado por Caballero, puede ser o no compartido, pero es claro que le da mayor evidencia histórica a la veracidad de la polémica afirmación y a la negada autoría de Betancourt.
Tomado de eneltapete.com