Efeméride: 1561 el Tirano Aguirre en Valencia y Barquisimeto
Luis Heraclio Medina Canelón
M.C. de la Academia de Historia del Estado Carabobo
Un día como hoy, 27 de octubre, pero de 1561 Lope de Aguirre, “El Tirano” era muerto de dos arcabuzazos en Barquisimeto. Venía de Valencia, donde había escrito su famosa carta donde retaba al rey.
Cuando Valencia era apenas una ranchería junto a un rio y una laguna, llega a estos predios Lope de Aguirre. Veinticuatro años antes había venido al Nuevo Continente proveniente de la región vasca, en España. Estuvo en Perú, Nicaragua, Bolivia y participa en exploraciones, conquistas, sublevaciones y crímenes en aquella convulsa época en la que los conquistadores, así como combatían con los indios también luchaban entre ellos.
Ya por esos tiempos tenía el sobrenombre de “el Loco” debido a su carácter intempestivo. En busca del mítico reino del Dorado, donde hasta las calles estarían empedradas con el valioso metal amarillo, parte en una exploración por los ríos de la selva Orinoco/amazónica, lo que hoy serían Perú, Ecuador, Colombia y Brasil. Aguirre no era el jefe, era solamente uno de los lugartenientes de Pedro de Ursúa, el comandante de la expedición. Las peripecias de los navegantes por aquellos inmensos ríos son demasiado largas para referirlas todas aquí, pero bate decir, que Aguirre hace matar a su comandante Ursúa, quedando al mando Fernando de Guzmán, quien también es asesinado por Aguirre, quien queda comandando la expedición, matando de paso a varios hombres y mujeres que le acompañaban.
Aguirre remonta el Amazonas, llamado también Rio Marañón, y llega en su extraordinario periplo hasta el océano Atlántico, donde toma rumbo hacia el occidente hasta llegar a la Isla de Margarita. Allí pasa casi dos meses durante los cuales saquea todo lo que puede, mata al gobernador y a gran cantidad de hombres y mujeres y hasta alguno de sus hombres para no perder la costumbre.
Pero pueden escapar de la isla un sacerdote y dos desertores de los hombres del Tirano, quienes llegan hasta nuestra Borburata, donde avisan sobre la eventual llegada del psicópata.
Aguirre llega a Borburata el 2 de septiembre, donde repite sus desmanes y crímenes. El 29 de septiembre, luego de atravesar la cordillera de la costa llegan a Valencia.
Los valencianos alarmados van a refugiarse al único lugar seguro: las islas del Lago, a donde se llevan todos los botes o canoas que había para evitar que Aguirre pueda alcanzarlos.
Al encontrar la población sin habitantes enfurece y saquea e incendia las pobres casas que encuentra. También se encuentra muy molesto porque se ha herido en una pierna y sus hombres lo abandonan a cada rato.
En Valencia escribe su célebre carta al Rey de España, donde desconoce su autoridad, y lo insulta. Entre otras cosas le dice:
“Señor, que no puedes llevar, con título de Rey justo, ningún interés de estas partes, donde no aventuraste nada, sin que primero los que en él trabajaron sean gratificados…”, por lo que algunos consideran que este documento contiene la primera rebelión política en el continente americano.
En Valencia ordena que ninguno de sus soldados salga del perímetro sin su consentimiento y sigue sembrando el terror entre sus propias filas. De su paso por nuestra ciudad tenemos los nombres de quienes fueron los primeros cristianos asesinado en Valencia: A un tal Gonzalo, lo mandó a matar porque salió a buscar unas papayas sin permiso. Diego de Alarcón, uno de sus hombres que había desertado fue capturado y ejecutado. A otro soldado que también había desertado, le perdona la vida, porque sabía leer y escribir y Aguirre necesitaba un secretario.
El 15 de octubre decide ir a asaltar Barquisimeto, pero antes hace matar en Valencia a Venito Díaz (porque tenía parientes en Nueva Granada y quizás quisiera desertar) y a Francisco de Lora y un tal Cigarra, porque “no eran buenos para la guerra”.
Lope de Aguirre toma Barquisimeto el 22 de octubre, pero las tropas del capitán general de Venezuela lo enfrentan y cuando está casi reducido, sus propios hombres se hacen dos tiros de arcabuz que acaban con su vida. Minutos antes había asesinado de una puñalada a su propia hija Elvira dizque “para evitarle la vergüenza de ser la hija de un criminal”
Su cuerpo es descuartizado y como advertencia a eventuales alzamientos sus cuartos son colgadas en garfios en diversos poblados, uno de ellos seguramente Valencia.