El Colegio Montesinos de San Felipe
Mario R. Tovar G
Historiador y escritor
“En la instrucción pública estriba muy principalmente
el adelanto de la cultura de los pueblos.”
Juan Victoriano Giménez
El 20 enero 1914 asume la presidencia de Yaracuy el General Juan Victoriano Giménez, quien como funcionario regional del dictador Juan Vicente Gómez, fue electo por la Legislatura como presidente del estado para el período 1914–1919 y posteriormente reelecto para el período 1919–1924.
Dentro de tal contexto, este valioso yaracuyano nació en las fértiles tierras de Urachiche, pero con hondas raíces larenses, ya que sus abuelos emigraron desde Quíbor para asentarse primero en Camunare y luego en la capital del entonces distrito, donde se dedicaron al trabajo agropecuario con notable fortuna.
En este sentido, es pertinente recordar que el joven Juan Victoriano toma la carrera de las armas y se incorpora desde Cabudare a la invasión de Cipriano Castro a Venezuela emprendida desde Colombia, para tomar el poder nacional bajo la consigna de “Restauración Liberal”.
General Juan Victoriano Giménez
En dicha campaña militar, Juan Victoriano Giménez vería morir en la batalla de Urachiche a su hermano Santiago y tiempo después en la población de La Victoria, ya ostentaría el grado de General.
Posteriormente, bajo las orientaciones del General Santiago Briceño, entra de lleno a la política y desde el primer momento se suma a quienes luchan por obtener la autonomía regional, aprovechando la investidura de los cargos gubernamentales que le correspondería desempeñar a lo largo de su carrera, entre los que vale la pena reseñar: Secretario de Gobierno en 1905, Senador en 1906, Gobernador de la Sección Yaracuy del Estado Lara, desde 1907 hasta 1909, además de Presidente Provisional y luego Constitucional por elección en 1915, siendo reelecto en 1919; cargo en el que permanece hasta 1923, cuando lamentablemente ocurre su deceso.
Independientemente de su inspiración ideológica y del régimen al cual le tocó prestar sus servicios, es pertinente en esta ocasión, resaltar sus logros en materia gubernamental en pro del desarrollo y bienestar integral de la región yaracuyana.
En este sentido, le correspondió al General Juan Victoriano planificar y ejecutar la puesta en servicio del tramo ferrocarrilero Palma Sola –San Felipe, pasando por Farriar y El Chino, que a su vez unía a la capital del estado con Aroa, Barquisimeto y Tucacas. De igual manera planeó y construyó luego, con ciertas limitaciones de recursos, una vía carretera entre San Felipe y Nirgua; ciudad ésta que entró así a participar activamente en la vida política y social del resto del Estado.
Tal como lo destaca don Nicolás Perazzo (1982), gracias a su iniciativa y apoyo económico personal, se fundó entre los años de 1918 y 1919, la planta que dio servicios de luz y energía eléctrica a San Felipe, Cocorote, Guama y San Pablo, respectivamente. Asimismo, bajo su gobierno se creó la biblioteca “Simón Rodríguez” y se fundó el Colegio “Montesinos”, decretado en el mes de diciembre de 1916, del cual egresarían tiempos después eximios yaracuyanos, de brillante trayectoria para la vida regional y nacional.

También embelleció a San Felipe con la Avenida “19 de Abril”, la Plaza “Miranda” y la Capilla del Nazareno, cuyo culto era profesado con verdadera devoción por doña Camila de Reyes. Lo curioso del caso, es que el General Juan Victoriano Jiménez llevó a cabo todas estas obras con un exiguo Situado, que no llegaba para ese entonces a los veinte y dos mil bolívares mensuales.
Por su parte Víctor Giménez Landínez (1980), citando a don Pablo Mendoza Reyes, aporta una valiosa información sobre el General Juan Victoriano, señalando que ayudó al establecimiento de la Compañía de Teléfonos y le correspondió fundar la primera fábrica de hielo, que después pasaría a manos de la Compañía Eléctrica.
Sobre la formación intelectual de don Victoriano, resalta su sólida cultura adquirida en forma autodidacta gracias a su amor por la lectura al ser dueño de una “excelente biblioteca”, estudió el inglés y al decir de don Federico Quiroz, “llegó a expresarse correctamente en el idioma de Shakespeare”.
A todas estas, el General Juan Victoriano Giménez dedicó sus esfuerzos a la formación de la juventud y al desarrollo cultural de los yaracuyanos en general, por cuanto: “Es por medio de la enseñanza pública que aquellos alcanzan a conocer sus derechos y logran adquirir su mejoramiento social”; revolucionaria sentencia que se atrevía a expresar en 1915, en uno de sus mensajes de gobierno. En suma, fueron muchos los proyectos diseñados por la esclarecida mente de este eminente ciudadano, surgidos en beneficio del colectivo yaracuyano.
Fue en el mandato de Juan Vicente Gómez
Como ya se reseñó anteriormente, le correspondió al general Juan Victoriano Giménez fundar el célebre Colegio “Montesinos”, mediante un acto emanado en el ejercicio de sus funciones como presidente del estado Yaracuy, durante el gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez.
A este respecto, el historiador Pablo Mendoza Reyes en su obra “Virutas al Aire” (S/F), nos ofrece algunos detalles de su inauguración por decreto emanado el 19 de diciembre de 1916 y cuyo nombre lo recibe como un justo homenaje a la memoria del reconocido educador larense don Egidio Montesinos, quien fundó en la población de El Tocuyo el renombrado “Colegio La Concordia”, donde se formaron valiosos intelectuales del país.
A este respecto, le correspondió al Br. Trinidad Figueira ejercer el rectorado del Colegio “Montesinos” desde 1917 hasta 1925 y precisamente, un año antes, es decir, en 1924, obtuvieron sus certificados de secundaria los alumnos: Vicente Trujillo, Félix Gilberto Antolínez, Francisco Iribarren, Nicolás Daza Vergara, Renato Planas y Leopoldo Garrido (Polino), respectivamente.
En tal orden de ideas, el Dr. Rafael Caldera en su discurso pronunciado en San Felipe el 1° de mayo de 1981, aporta importantes datos sobre la relación que existió entre “El Colegio La Concordia” creado por don Egidio Montesinos en El Tocuyo y “El Colegio Montesinos” de San Felipe, fundado en esta ciudad bajo el gobierno del general Juan Victoriano Giménez.

A este respecto, explica el Dr. Caldera que en el “Colegio La Concordia” de El Tocuyo, estudiaron valiosos intelectuales de la talla de los doctores José Gil Fortoul, Lisandro Alvarado y su padre adoptivo Tomás Liscano, el cual años después ejerció en San Felipe como secretario privado del general Juan Victoriano Giménez, quien como ya se dijo anteriormente, se empeñó en fundar un colegio de esa categoría en San Felipe, con el cual aspiraba continuar la labor del “Colegio La Concordia”, fundado en El Tocuyo de manera particular por don Egidio Montesinos en 1863; mientras que en 1874 fue autorizado para conferir los grados de bachiller.
Dentro de este orden de ideas, es importante destacar que el “Colegio Montesinos de San Felipe”, fue dirigido por el insigne educador yaracuyano, Br. Trinidad Figueira, siendo acompañado en estas responsabilidades por el Br. Federico Quiróz Rodríguez y donde también formó parte de su cuerpo docente el propio general Juan Victoriano Giménez quien, como dato curioso, impartió la cátedra de Historia Universal.
Ahora bien, para dotar a este novedoso “Colegio Montesinos” de San Felipe, el general Giménez, ejerciendo sus responsabilidades como presidente de Estado, adquirió la “Biblioteca Montesiniana”; así como el gabinete de física y el laboratorio de química, los cuales fueron instalados y remozados en locales apropiados.

Aunado a ello, dentro de las adquisiciones también entró la colección mineralógica fruto del trabajo del viejo maestro occidental, que fue colocada en vitrinas especiales; mientras que la colección de mapas, consideradas todo un tesoro para la época, se organizó en una mapoteca especial, así como las cartas geológicas, que en una secuencia gráfica, explicaban las diferentes edades de la tierra, con su respectiva fauna y la flora; recursos didácticos hermosamente ilustradas a todo color, para demostrar a los alumnos la teoría de la formación de nuestro planeta.
De igual manera relata el Dr. Caldera, que completaba el valioso muestrario de geología adquirido al “Colegio La Concordia” de El Tocuyo, un curioso aparato, con mecanismos de relojería, que reproducía en miniatura el sistema planetario: todo un caudal de riqueza docente; mientras en lo alto del salón principal, adosada a la pared, una imagen del viejo Montesinos, de barba blanca, de mirada serena, presidía el conjunto para recordar a maestros y alumnos, que la herencia había que cuidarla y aumentarla, para entregarla así a las nuevas generaciones, según palabras del historiador Dr. León Trujillo, plasmadas en su documentado texto: “Historia de Albarico”; obra citada por el Dr. Caldera en su discurso de 1981.
De igual manera, informa el expresidente yaracuyano, que él mismo fue uno de los alumnos que estudió en el “Colegio Montesinos” de su San Felipe natal, donde cursó el primero y segundo grado de educación primaria con el maestro Carlos Paiva, un hombre de reconocida autoridad moral en el magisterio, por lo que le eligen años más tarde como presidente de una convención nacional de la Federación Venezolana de Maestros.
Asimismo recordaba el Dr. Rafael Caldera, que cuando volvió poco tiempo después de Caracas a San Felipe, “El Colegio Montesinos” había desaparecido y la “Escuela Padre Delgado”, de varones y la “Cecilia Mujica”, para niñas, cubrían hasta el 6° grado de educación primaria y quienes deseaban proseguir el bachillerato, tenían que viajar a Barquisimeto, Valencia o Caracas para estudiar como internos en esas ciudades, en una época que la educación en Venezuela había retrocedido y San Felipe no fue la excepción.
Finalmente, durante su mandato, el general Juan Victoriano Giménez desarrolló un cúmulo de obras de interés para la colectividad yaracuyana de antaño y hogaño; razones válidas para ser recordado como un eficiente servidor público, ejemplo latente para quienes hoy, desde sus cómodos puestos gubernamentales sufren el síndrome de la verborrea; hablan mucho y obran poco.
Egidio Montesinos, epónimo del Colegio Montesinos era hijo de Pedro Manuel Montesinos y Francisca Canelón. Francisca era a su vez, hija de Rudecindo Canelón, el valeroso comandante de las tropas republicanas muerto en la acción de Pantanero, al día siguiente de la batalla de La Victoria y a las afueras de esta ciudad aragueña. En la mencionada obra “Virutas al Aire” Mendoza Reyes menciona entre los alumnos del Colegio Montesinos a mi abuelo Sabino Canelón y su hermano Eligio.
Interesante información, Dr. Luis Heraclio Medina sobre los orígenes familiares de don Egidio Montesinos, que ojalá pudiera ampliar y compartir a futuro, con todos nosotros, sus consecuentes lectores. Mil gracias.