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El general Jacinto Lara tiene dos estatuas en Barquisimeto

 

 

Juan José Peralta
Periodista


Este martes 28 de mayo se cumplen 241 años del nacimiento en Carora del general Juan Jacinto Lara y la fecha es oportuna para recordar a este valiente larense que luchó por la independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú y contribuyó a liberar las ciudades situadas en la región centro-occidental del estado que hoy lleva su apellido en su honor según decreto dictado por la Asamblea Legislativa en 1881.

La fiebre de las estat­uas a los héroes comen­zó después de la Inde­pen­den­cia y los espa­cios ya existían por la tradi­ción españo­la de los con­quis­ta­dores de reser­var plazas frente a las iglesias.

Curiosi­dades del sur­re­al­is­mo criol­lo, cues­tiones folk­lóri­c­as quizás, Jac­in­to Lara como lo lla­maron siem­pre por su segun­do nom­bre, héroe epón­i­mo del esta­do Lara tiene dos estat­uas en Bar­quisime­to, una pedestre en el cen­tro y una ecuestre frente al aeró­dro­mo y por esas cosas de la políti­ca, cuan­do el ante­ri­or gob­er­nador Hen­ri Fal­cón y su equipo le rendían hom­e­na­je ofi­cial en su aniver­sario en la plaza Lara de la car­rera 17 frente a la igle­sia de San Fran­cis­co, cat­e­dral de la ciu­dad por tres sig­los, sus opos­i­tores los diputa­dos del Con­se­jo Leg­isla­ti­vo lo hacían ante el mon­u­men­to ubi­ca­do frente al aerop­uer­to inter­na­cional de la ciudad.

 

 


Mon­u­men­to a los Lib­er­ta­dores erigi­do en la Plaza Bolí­var de Bar­quisime­to, hoy plaza Lara

 

 

 

 

 

 

 

Este año habrá un solo acto ofi­cial y ofren­das en la plaza Lara del cen­tro con la gob­er­nado­ra Car­men Melén­dez y sus diputa­dos del Con­se­jo Leg­isla­ti­vo. Cosas vere­des, como diría el Qui­jote a su fiel San­cho Panza.

Nue­stros comen­tar­ios sobre los dos mon­u­men­tos de Jac­in­to Lara la sem­ana pasa­da en la radio causaron curiosi­dad en la ciu­dad, llamó la aten­ción y nos pidieron su ampliación y con­tare­mos des­de el prin­ci­pio la erec­ción de los mon­u­men­tos a nue­stros héroes en Barquisimeto.

En esa plaza real de los fran­cis­canos, que hoy ocu­pa la estat­ua pedestre de Jac­in­to Lara antes estu­vo la primera escul­tura al Lib­er­ta­dor. Fue dec­re­ta­da en 1907 por el pres­i­dente del esta­do, gen­er­al San­ti­a­go Briceño Ayesterán, quien hizo eri­gir un mon­u­men­to múlti­ple jun­to a una fuente de agua. Tenía una base cir­cu­lar y sobre ella un hexá­gono y en cada ángu­lo los bus­tos de Sucre, Páez, Lara, Jiménez, Irib­ar­ren y Cedeño. En el cen­tro sobre­salía un bus­to de Bolí­var. A los bar­quisimetanos les parecía de mal gus­to y pop­u­lar­mente la llam­a­ban “la torta”.

La exis­ten­cia de grandes mon­u­men­tos ecuestres al Lib­er­ta­dor en Cara­cas y otras ciu­dades de los país­es lib­er­a­dos por su espa­da provocó la idea de una plaza más grande a Simón Bolí­var, un mon­u­men­to de may­or sig­nifi­cación que el bus­to de la plaza frente a la igle­sia de San Francisco.

Nueva plaza

En 1925 el pres­i­dente del esta­do gen­er­al Pedro Lizarra­ga decretó una nue­va plaza al Lib­er­ta­dor en mejores pro­por­ciones y se adquirieron algunos solares ocu­pa­dos por ruinas del ter­re­mo­to de 1812 veci­nos a la plaza aledaña a la igle­sia de la Inmac­u­la­da Con­cep­ción y se despe­jó la man­zana que hoy ocu­pa. Has­ta allí lle­garon las bue­nas inten­ciones de Lizarraga.

El encar­ga­do de con­stru­ir la plaza Bolí­var fue su suce­sor, el gen­er­al Eusto­quio Gómez, tiranue­lo region­al pri­mo her­mano del dic­ta­dor Juan Vicente Gómez quien le aprobó los recursos.

 

Eusto­quio Gómez ordenó con­stru­ir un pedestal y traer una estat­ua ecuestre de Europa y la nue­va plaza Bolí­var fue inau­gu­ra­da con gran tronío, entre cohetes y músi­ca de la Mavare el 17 de diciem­bre de 1930, en el cen­te­nario de la muerte del héroe. Cues­tiones de real­is­mo mági­co, como hemos repeti­do, el Padre de la Patria pasó a ten­er en su hon­or, dos plazas en Bar­quisime­to: la recién inau­gu­ra­da y el bus­to acom­paña­do de la plaza de la cat­e­dral o igle­sia de San Francisco.

La exis­ten­cia de dos plazas al Lib­er­ta­dor llevó al gob­er­nador Lino Díaz, ordenar en 1937 la demoli­ción del mon­u­men­to cir­cu­lar “la tor­ta”, con­stru­i­do por Briceño Ayesterán en 1907. Según cróni­cas de los peri­odis­tas Ful­gen­cio Orel­lana y Eli­gio Macías Muji­ca, los bus­tos de “la tor­ta” fueron repar­tidos a var­ios munici­p­ios. El espa­cio frente a la cat­e­dral quedó despe­ja­do como en sus ini­cios, en la vie­ja plaza de la colonia.

Allí quedó pen­di­ente una deu­da de hon­ores al héroe epón­i­mo, gen­er­al Jac­in­to Lara a quien el 25 de agos­to de 1897 el pres­i­dente del esta­do, gen­er­al Aquili­no Juares, había dec­re­ta­do un mon­u­men­to en la plaza de la Con­cep­ción. Pero nun­ca se erigió.

Desa­lo­ja­da “la tor­ta” de la plaza real o de los fran­cis­canos, frente a la igle­sia de San Fran­cis­co, el gen­er­al Lino Díaz decretó en 1938 una estat­ua pedestre del gen­er­al Jac­in­to Lara, en la plaza que lle­va su nom­bre en la actu­al car­rera 17 entre calles 22 y 23, frente a la igle­sia de San Fran­cis­co de Asís. Pero según cróni­ca de El Impul­so, ese mon­u­men­to fue rec­haz­a­do y desa­pare­ci­do en 1953, después de las fies­tas del Cua­tri­cen­te­nario de la ciu­dad. . No les gusta­ba el pedestal.

Des­de entonces el espa­cio frente a la cat­e­dral de nue­vo quedó despe­ja­do por var­ios años, has­ta que en el gob­ier­no del pres­i­dente Raúl Leoni  el gob­er­nador Miguel Romero Antoni ordenó eri­gir la actu­al estat­ua pedestre inau­gu­ra­da en su fecha aniver­sario en 1964.

Como hemos dicho, ya existía una pedestre en hon­or a Jac­in­to Lara en el corazón de la ciu­dad, en el viejo solar del con­ven­to de los fran­cis­canos cono­ci­do entonces como plaza real, en la actu­al car­rera 17 con calle 23, frente a la igle­sia de San Francisco. 

No sabe­mos qué motivó al pres­i­dente Luis Her­rera Cam­píns a la erec­ción de una estat­ua ecuestre al gen­er­al Juan Jac­in­to Lara –la segun­da– frente al aerop­uer­to de Bar­quisime­to. Este mon­u­men­to estu­vo antes en la redo­ma de San­ta Rosa donde la artista María Euge­nia Big­ott se anto­jó de colo­car su ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra con sus ovejas.

Jac­in­to Lara nació el 28 de mayo de 1778 en Caro­ra, hijo de Miguel de Lara, quien pro­cedía de la penín­su­la Ibéri­ca y de la caroreña Jua­na Paula Melén­dez. Se dedicó a la agri­cul­tura y a la ganadería en los llanos de Bari­nas, real­izan­do com­er­cio de gana­do hacia la cap­i­tal. Próx­i­mo a cumplir 22 años en Cara­cas lo sor­prendieron los alboro­tos lib­er­tar­ios del 19 de abril de 1810 que pedían inde­pen­den­cia y cul­mi­naron aquel día con la renun­cia del capitán gen­er­al Vicente Emparan. Su voz fue una de las tan­tas en gri­tar aquel históri­co Jueves San­to en la plaza may­or caraque­ña ¡no lo queremos! 

De inmedi­a­to Lara se incor­poró a las mili­cias a las órdenes del gen­er­alísi­mo Fran­cis­co de Miran­da. En 1812 ya era teniente coro­nel bajo las órdenes de Simón Bolí­var y par­ticipó en la Cam­paña Admirable, ini­cian­do una bril­lante car­rera mil­i­tar y política. 

En 1824 Jac­in­to Lara par­ticipó en la batal­la de Junín a las órdenes del gen­er­al cumanés Anto­nio José de Sucre y después de la mis­ma se le asciende a gen­er­al de división de reta­guardia del ejérci­to. Seguida­mente se cubrió de glo­ria en la batal­la de Cor­pahuaico al sal­var a los batal­lones Rifles, Vence­dor y Var­gas de una der­ro­ta segu­ra. Por eso se le conoce como el héroe de Corpahuaico.

El 9 de diciem­bre de 1824 bajo el man­do del gen­er­al Anto­nio José de Sucre tomó parte en la deciso­ria batal­la de Ayacu­cho al man­do de la división de reser­va del Ejérci­to Unido. Lara fue gob­er­nador de San­ta Mar­ta y Carta­ge­na de Indias en Colom­bia, inten­dente de Are­quipa, Cuz­co y Ayacu­cho en Perú. De vuelta en Venezuela fue inten­dente y coman­dante gen­er­al del depar­ta­men­to del Zulia y coman­dante gen­er­al del depar­ta­men­to del Orinoco en 1828.

En 1830, después de la división de la Gran Colom­bia, Lara se retiró de la vida públi­ca has­ta 1834 cuan­do acep­tó la gob­er­nación de la provin­cia Bar­quisime­to y deja el car­go cua­tro años más tarde recono­ci­do como un gob­er­nante probo y justo.

El gen­er­al Jac­in­to Lara fue el úni­co vene­zolano en par­tic­i­par durante la lucha eman­ci­pado­ra des­de su ini­cio en Cara­cas en 1810 has­ta su cul­mi­nación en Perú en 1824 y ojalá su fecha aniver­sario fuera una ver­dadera fies­ta cívi­ca en su honor.

Estat­ua pedestre del gen­er­al Juan Jac­in­to Lara Melén­dez en Plaza Lara de Barquisimeto

 

 

 

CorreodeLara

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