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El primer viaje a Carora en automóvil se registró en 1914

Omar Garmendia
Cronista y escritor

@omgarmendia

Era toda una proeza empren­der un via­je por las lla­madas car­reteras, que en real­i­dad, para prin­ci­p­ios del siglo XX no eran más que angos­tos caminos hechos al paso. Los con­duc­tores deben ingeniárse­las para sortear los innu­mer­ables e ines­per­a­dos obstácu­los y situa­ciones a los que era esper­a­ble enfrentarse.

En la estación llu­viosa los lodaza­les y los ríos cre­ci­dos podían inter­rum­pir el paso durante sem­anas enteras. Dis­tin­tas anéc­do­tas y aven­turas se vivían en esas incier­tas trav­es­ías. Se cuen­ta el caso del primer via­je a Caro­ra en automóvil en 1914, que rep­re­sen­tó toda una man­io­bra de aven­tu­ra y tra­ba­josos inci­dentes y ocur­ren­cias, pues para una dis­tan­cia de 120 kilómet­ros se tardó tres días. 

En el primero su propi­etario solo pudo lle­gar has­ta Quí­bor. En la segun­da jor­na­da con la ayu­da de tres ayu­dantes lle­garon has­ta el río Tocuyo. 

Al otro día tuvo que ser remol­ca­do el car­ro por una yun­ta de bre­ga­dos bueyes, com­pro­meti­dos en atrav­es­ar el río, para así lle­gar al anochecer pasadas las ocho a Carora.

Luego de esta fatigosa y eno­josa trav­es­ía el dueño decidió vender allí mis­mo el vehícu­lo y se regresó en una mula a Barquisimeto.


Foto: Ele­gan­te­mente tra­jea­do y recli­na­do sobre su Ford mod­e­lo T se apre­cia a Don Daniel Yepes Gil, cir­ca 1919 en el paso del río Tur­bio, en el antiguo camino real Bar­quisime­to Cabu­dare, en pre­dios de la Hacien­da Tara­bana. Colec­ción de @yepezleonardo

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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