El valor espiritual de las cruces en la montaña de Terepaima
José Luis Sotillo J.
Cronista Parroquial de Agua Viva
aguavivajose@hotmail.com
No existe pueblo en Venezuela que no rinda culto a las cruces; estas por demás, son el resultado del valor espiritual y sentimental, con lo cual se manifiesta la fe y la creencia viva de un pueblo.
Según se dicen en los viejos relatos de la reminiscencia pueblerina, estas respetables cruces por lo general se erigieron con el objetivo de afianzar el fervor por mejores y abundantes cosechas, que se gestaban en el medio rural.
Por otra parte, en los cuatro puntos cardinales de nuestra población palavecinense, se levantaron estos monumentos de afianzamiento piadoso para ahuyentar la plaga, las pestes y epidemias que azotaban en gran medida a los habitantes de esta importante urbe.
También cómo indicativo para honrar el fallecimiento de una persona, otros cómo símbolos de respetos a las animas del purgatorio, y por último existen casos referenciales acerca del rosario de ánimas de última noche, que usualmente antes de finalizar el rosario, una persona, asumía un ritual en posición delantera, y así mostraba una cruz, teniendo detrás a los acompañantes, quienes dirigiendo la retahíla de oraciones.
Al terminar, se fijaba dicha cruz en cualquier sitio en específico, de una calle, camino o recoveco, con lo cual se procedía a rendirle anualmente cierto tributo dependiendo de la ocasión.
Hace algunos pocos años, en ciertas andanzas exploratorias junto a Campo Elías Rodríguez, nos topamos con un número relativo de cruces ubicadas a lo largo del camino que une al antiguo caserío Terepaima, con diversos puntos de esta misma fila.
De allí percibimos un tanto cercano a la vieja ganadería Terepaima; al costado izquierdo, se visualiza la primera de las cruces, siendo de Ángel María Sánchez recuerda el punto de su muerte. Más adelante pasando las vistosas “quintas”, vía bosque adentro, se percibe el sitio del ´Palo del tigre, donde asesinaron al general Leónidas Navas Patiño; solo allí reposa un pedestal de cemento, sin ningún identificativo de lo que fuera una cruz; pero suponemos que correspondió al sostén de base de la referida.
Siguiendo la misma ruta de la “caja de agua”; antes de doblar, justo al frente del camino de desvío para ingresar al tanque de almacenamiento, costado derecho en sentido a tres árboles; dificultosamente se aprecia una pequeña cruz de hierro amarrada al tronco de raíz de un árbol; sin ningún tipo de identificación.
Montaña y camino adentro en la Fila de Chupadal costado izquierdo vía la Fila de Terepaima, a una altura de 1395mts de altitud; yace aun casi olvidada, una cruz de cemento con la identificación de: “Rosa de Linarez, 23–8‑1970”; la cual inminentemente atrapó mi curiosidad por indagar más sobre este personaje, ya enterrado en la espesura viva de aquel bosque, y de la memoria de quienes pudieran ser sus más cercanos familiares.
Al respecto don Román Sánchez antiguo vecino de aquel sitio de Terepaima, y quien manejo la bodega ´Terepaima´, ubicada en el contexto del caserío; me relató que “esa cruz correspondía a la señalada, ya que según, esta habría caído muerta de un infarto después de venir muy temprano de Cabudare; horas antes, ella junto a sus dos hijos Melecio y Cándido Linárez, se habrían tomado unos refrescos en la conocida bodega e incluso comieron unos panes”.
De acuerdo con el testimonio de Román, ella venía de ver a su hijo recién reclutado; además de cumplir su travesía en lomo de bestia, hasta el punto evocado, donde aún persiste la cruz.
Esta quien era nativa del caserío Quebrada Abajo, y de oficios hogareños, una vez sufrida la caída, sus hijos brincaron a pedir ayuda, de manera inmediata se apersonó el Dr. Pedro Santeliz quien determinó que sería un infarto la verdadera causa de la muerte, lo cual obligó a don Román a participar, tal acontecimiento a los cuerpos policiales quienes llegaron a levantar el cadáver a eso de las 7pm; según cayó fallecida entre las 10 y 11 am.
Seis años después sus hijos Cándido y Melecio, junto a Hernán Escalona le entonaron un velorio en el sitio de su muerte que aún perdura en la intimidad del bosque de Terepaima.
Una historia evocadora de un pasado reciente y lleno de magia
Saludos Emilia y parte de esa historia seguro la conoces por Campo Elias mi gran amigo.
Las cruces a los lados de los caminos, veredas y carreteras son parte de nuestra cultura y una innegable manifestación de la fé cristiana, como excursiónista también me he topado con Montículos de Piedras a los lados de caminos rurales, algunos están coronados con cruces y su motivación es la misma
Gracias a nuestro cronista, estas historias no se pierden con el tiempo, y nos trasladan a esta Mágica montaña de TEREPAIMA, que es un lugar incomparable, que aún conserva muchos secretos dentro de sus parajes…
Campos valoro mucha tu opinión y además tus claras orientaciones sobre lo que por años has venido acumulando en tus viajes por la montaña, como un apasionado de la zona.
Ciertamente parte de un ritual de marcado origen católico.
Agradecido por tu aporte hermano.
Ciertamente parte de un ritual de marcado origen católico.
Asimismo es amigo muy característicos de los parajes campesinos de los pueblos de Lara, sobre todo de su eje montañoso.
Hola. José Luis Sotillo.
Interesante el relato de las cruces en la zona de Palavecino.
Sabes que las ordenes religiosas cuando iban de misiones a los pueblos y caseríos dejaban una cruz como señal de que ese sitio fue evangelizado. Son muchas las poblaciones de Lara y del país donde se puede observa es signo del cristianismo.
Saludos,
Rosénder Evíes.
Gracias amigo por tu comentario.
Epa sotillo que bueno me iso recordar años atras cuando yo tenia7 o 9 años de edad grandes amigo mio candido y melecio todavia recuerdo un consejo que medio melecio Dios los tenga en su santa gloria
Que bueno amigo, como es su nombre completo?? Para poder estar en contacto
Sotillo muy buen trabajo como siempre,felicidades son detalles que no pueden pasar por alto en lo que a mi particularmente me nutre tanta historia interesante de nuestra montaña Terepaima,llena de buenos relatos.
Gracias Gonzalo se que te apasiona el tema Terepaima por ser un verdadero explorador de la gráfica de nuestra montaña.
El culto de la cruz es anterior a la conquista, esto asombró a los misioneros españoles cuando encontraron una cruz en la costa mexicana por eso llamaron Veracruz a esta ciudad, entre los mayas se acostumbraba colocar cruces en los caminos y luego cuando pasaban le colocaban piedritas, no se que significado tenía esta costumbre pero también se practicó en Venezuela, para los mayas las cruces tenían un significado muy distinto al que tiene en el cristianismo ya que significaba la centralidad del universo, el palo vertical significaba la ceiba, árbol sagrado para ellos, el horizontal la serpiente emplumada, en Venezuela también la ceiba es un árbol sagrado en las culturas ancestrales, en fin la cruz significaba la unión del cielo y la tierra, mediante el Quetzal el cielo y la tierra representada por la serpiente emplumada.
Quetzalcoatl entre nosotros existen huellas de la influencia maya como por ejemplo la palabra quinchoncho “quinyonyo” caraota negra, compartimos con ellos el gusto por las caraotas negras, el uso del cacao como bebida sagrada entre otras cosas, por ejemplo el culto a las pléyades.
Gracias profesor y colega por tan valioso aporte.