Elio Otaiza: La vida en una cámara

Carlos Guerra Brandt
Cronista e investigador

Elio Atilano Otaiza Fuentes nació en Bejuma Estado Carabobo  desde muy joven sintió la inclinación hacia la fotografía aún con su poca accesibilidad, es así en su búsqueda de nuevos horizontes decide hacer un recorrido y llega a Barquisimeto en la década de los años 30 y es allí donde se destaca, Elio Otaiza combinó en su época otros conocimientos y una de ellas la que traía por herencia la de dentista.

Se recuer­da a este caballero de la fotografía social en Bar­quisime­to por haber con­traí­do mat­ri­mo­nio con su la Sra Angela Vásquez de cuya unión nacen seis hijos.

De Elio Otaiza se puede decir mucho, tuvo una ple­na pres­en­cia en cada uno de los hog­a­res bar­quisimetanos donde era bus­ca­do por la peri­cia y exac­ti­tud de sus tra­ba­jos fotográ­fi­cos, labor real­iza­da con un impeca­ble profesionalismo.

El rev­e­la­do lo mane­jo como todo un mae­stro, la ilu­mi­nación en cada toma llam­a­ba su aten­ción sien­do esto lo que más dom­inó en cada una de ellas y has­ta el momen­to se le reconoce como un sel­lo espe­cial en Elio Otaiza. 

Fiel en las siem­pre pro­ce­siones de la Div­ina Pas­to­ra en donde cada 14 de enero cap­tura­ba esas bel­las y níti­das rotos que vemos en su deja­da galería, llegó has­ta ser tesorero de la sociedad de la div­ina pas­to­ra, luego pasa a ser miem­bro de la logia estrel­la de Occi­dente dejan­do reg­istros fotográ­fi­cos de esta cofradía.

Elio Otaiza es luego del tiem­po recor­da­do por su incur­sión en la políti­ca region­al lle­gan­do a salir elec­to Diputa­do (1968) al Con­gre­so Nacional por el Par­tido Cruza­da Cívi­ca Nacional­ista agru­pación vin­cu­la­da al dic­ta­dor Mar­cos Pérez Jiménez.

En 1.976 una penosa enfer­medad aca­ba lenta­mente con este Per­son­aje que quiso tan­to a Bar­quisime­to, a él se remem­o­rará por haber deja­do muchos de las instantes más sobre­salientes para el tiem­po fue todo un ciu­dadano que com­pro­metió su cre­ativi­dad lle­va­do a un niv­el exi­gente en cada tra­ba­jo deja­do y que hoy y por siem­pre es his­to­ria viva en esta Ciu­dad y en todo el Esta­do Lara.