Semblanzas

Guillermo Morón, el larense más admirado del siglo XXI

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Cuan­do Guiller­mo Morón Mon­tero llegó al mun­do en Caro­ra el 8 de febrero de 1926, aquel puebli­to ári­do y polvorien­to, de chivos y car­dones, seguía sien­do uno de los más olvi­da­dos y remo­tos del esta­do Lara; aunque él afirma­ba que había naci­do en Cuicas, un pobla­do andi­no de la cordillera tru­jil­lana pero que, a los pocos días, lo habían lle­va­do aque­l­las tier­ras tórridas.

Morón siem­pre repetía con orgul­lo que era hijo de una maes­tra de escuela, Rosario Mon­tero de Morón, pero lo que más le llen­a­ba era sub­ra­yar que quien le enseñó las primeras letras fue el mae­stro Cecilio Zubil­la­ga Per­era, tam­bién cono­ci­do como Chío Zubil­la­ga, de quienes recibió una sól­i­da for­ma­ción moral y dis­ci­plina intelectual.

Dr. Guiller­mo Morón EL IMPULSO 1999

Estudió bachiller­a­to entre Caro­ra y Bar­quisime­to, y des­de muy joven empezó a escribir en los per­iódi­cos El Diario de Caro­ra y El Impul­so de Bar­quisime­to, donde fue un peri­odista de ofi­cio y jefe de redac­ción de este per­iódi­co cen­te­nario. Coordinó el libro: EL IMPULSO Cien Años de His­to­ria 1904–2004, una obra de inves­ti­gación magis­tral que con­tó con su pluma y su prodi­gioso conocimiento.

Quería estu­di­ar Dere­cho, pero el mae­stro Chío le recomendó estu­di­ar his­to­ria por lo que tomó un auto­bús y se marchó a Cara­cas para inscribirse en el Insti­tu­to Pedagógi­co de Cara­cas del que egresó como pro­fe­sor de His­to­ria y Geografía.

El maestro con cariño

“Yo aprendí del mae­stro que el estu­dio es el fun­da­men­to prin­ci­pal de la vida ciu­dadana en cualquier parte del mun­do. A los 17 años me dijo ‘Moronci­to, váyase para Cara­cas, porque como su mamá es maes­tra, sus tías han sido maes­tras y un abue­lo suyo fue tam­bién pro­fe­sor, ust­ed puede con­ver­tirse en un buen maestro”.

Regresó a su esta­do natal como pro­fe­sor del Liceo Lisan­dro Alvara­do de Bar­quisime­to, al tiem­po que fungía como sec­re­tario pri­va­do del gob­er­nador Car­los Felice Car­dot, quien le ayudó a con­seguir una beca en 1949 para estu­di­ar en la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Madrid (hoy Com­plutense), donde se doc­toró en His­to­ria en 1954. 

“Lo hizo porque su madre lo quería ver lejos de la esce­na políti­ca vene­zolana, que no augura­ba buenos tiempos”

Durante aque­l­la estadía madrileña, jus­to en la mitad del siglo XX, cono­ció a María Ilar­ia, quien después se con­vir­tió en su esposa.

“y como si se tratara de ayer, Guiller­mo Morón todavía remem­o­ra la esce­na ocur­ri­da en la cap­i­tal de España: Esta­ba frente al tem­p­lo donde se casó Simón Bolí­var, yo la había cono­ci­do a ella lig­era­mente, y de repente llegó ella por detrás y me tocó y me dijo: ‘¿Ust­ed es el indio que me está esperan­do?’. Y aho­ra es mi mujer. Ella se casó con el indio”.

Después estudió ‑tras ser uno de los primeros lati­noamer­i­canos en obten­er la Beca Humboldt‑, en las uni­ver­si­dades ale­m­anas de Gotin­ga y Ham­bur­go, en la espe­cial­i­dad de Filosofía de la Cul­tura y Lenguas Clási­cas has­ta 1958 Al egre­sar, fue con­trata­do como pro­fe­sor titular.

Al reabrir la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela (UCV) inten­tó ingre­sar a la recién inau­gu­ra­da Escuela de His­to­ria, y no le fue posi­ble porque el comu­nis­mo uni­ver­si­tario lo tachó como un hom­bre de derecha.

“En la UCV no me reci­bieron, a pesar de mis títu­los y pub­li­ca­ciones, porque esta­ba dom­i­na­da por los comu­nistas, entre ellos un señor lla­ma­do Ger­mán Car­rera Damas”.

El periodista

De regre­so a Venezuela empezó a escribir unas de sus obras cum­bre: His­to­ria Gen­er­al de Venezuela. Ese mis­mo año de 1959, ingresó en la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria, ocu­pan­do el sil­lón con la letra P. Fue su direc­tor entre 1986 y 1996, y fun­dador de los Depar­ta­men­tos de Inves­ti­gación y Pub­li­ca­ciones de dicha Cor­po­ración, des­de donde impul­só la edi­ción de numerosas obras de his­to­ria vene­zolana y la pub­li­cación de una colec­ción denom­i­na­da El libro menor.

“Cuan­do regresé (a Venezuela) inmedi­ata­mente me nom­braron numer­ario y tenía 33 años, eso fue en 1959. En la Acad­e­mia fui primero direc­tor de pub­li­ca­ciones y después director”.

Guiller­mo Morón en la Acad­e­mia Nacional de la Historia,1963. Archi­vo de Fotografía Urbana

Tam­bién fue direc­tor de la pres­ti­giosa revista Shell y tra­ba­jó como pro­fe­sor de geografía, his­to­ria y cien­cia en el Insti­tu­to Pedagógi­co Nacional de Cara­cas. Era el cat­e­dráti­co más solic­i­ta­do y pop­u­lar de las clases de His­to­ria de Venezuela en la Uni­ver­si­dad Simón Bolívar.

Ejer­ció como peri­odista en la revista El ami­go del hog­ar y pub­licó colum­nas en los per­iódi­cos El Impul­so, El Nacional y El Her­al­do por más de cua­tro décadas.

Controversial apoyo

En una for­mi­da­ble entre­vista para ElEstímulo.com Guiller­mo Morón des­tiló algu­nas impre­siones claves:

Guiller­mo Morón Colec­ción Car­los Guerra

“Juan Vicente Gómez es uno de los mejores gob­er­nantes que ha tenido el país, a pesar de haber sido un dic­ta­dor, no se metía con el pueblo ni con los mae­stros de escuela”, reflex­iona cuan­do le pre­gun­tan sobre el devenir de la his­to­ria con­tem­poránea vene­zolana. Entre Gómez y Chávez hay un siglo, un siglo en el que las armas tam­poco estu­vieron qui­etas y él con­sid­era a ese sec­tor como parte fun­da­men­tal de la república.

“Ni de derecha ni de izquier­da. Lo que soy es un hom­bre bien edu­ca­do”, así se definió Morón, quien apoyó a Hugo Chávez en los años noven­ta. Una acti­tud que fue repu­di­a­da por algunos miem­bros del gremio y que, inclu­so, lle­garon a cal­i­ficar como pase de fac­tura por su rec­ha­zo a los par­tidos Acción Democráti­ca (AD) y el Comité de Orga­ni­zación Políti­ca Elec­toral Inde­pen­di­ente (Copei). Y cuan­do le increparon:

—¿Cuán­do decidió reti­rar­le el apoyo a Chávez?

—En cuan­to llegó, porque no esta­ba prepara­do- respondió sin titubeo.

—Entonces, ¿no esta­mos cer­ca de un cam­bio histórico?

—No lo creo- con­testó tajante.

Su obra de inves­ti­gación es colos­al, y su bib­liote­ca per­son­al cuen­ta con más de cin­co mil títu­los. Morón fue uno de los larens­es más ilus­tres y queri­do de Venezuela durante el pre­sente siglo. Su hora final ocur­rió en Cara­cas, el 19 de noviem­bre de 2021.

Parte de su lega­do en letras

Los impe­rios y el impe­rio (2013)
Memo­r­i­al de agravios (2005)
Patiquines, pavor­reales y nota­bles (2002)
El catál­o­go de las mujeres (1994)
Los pres­i­dentes de Venezuela (1993)
Son españoles (1989)
Los más antigu­os (1986)
Cier­tos ani­males criol­los (1985)
Hom­e­na­je a Don Rómu­lo Gal­le­gos (1984)

Dr. Guiller­mo Morón, historiador

El gal­lo de las espuelas de oro (1984)
His­to­ria de Fran­cis­co y otras mar­avil­las (1982)
Tex­tos sobre Lisan­dro Alvara­do (1981)
Micro­his­to­rias (1980)
His­to­ria de la Provin­cia de Venezuela (1977)
Imá­genes y nom­bres (1972)
His­to­ria políti­ca de José Orte­ga y Gas­set (1960)
His­to­ria de Venezuela (1960)
Los bor­radores de un Med­i­ta­dor (1958)
Los Cro­nistas y la His­to­ria (1957)
El libro de la fe (1955)


Sem­blan­za peri­odís­ti­ca pro­duci­da a par­tir de entre­vis­tas, frag­men­tos de libros y artícu­los de pren­sa, fuentes esen­ciales que per­mi­tieron con­stru­ir una ima­gen más cer­cana de nue­stro personaje

Fotos: Archi­vo Car­los Guer­ra Brandt / Fotografía Urbana / Diario EL IMPULSO / El Estímulo

CorreodeLara

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