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Pedro León Torres, entre Carora y Bomboná

 

Carlos Giménez Lizarzado
Historiador y editor


Pedro León Torres nace en Carora el 25 de junio de 1788. Viene de una familia vinculada al orden colonial y de tradición ilustrada, nativa de Tenerife. Su tío Juan Francisco de la Torre, fue primer Rector seglar de la Universidad de Caracas, y su otro tío por parte materna, Pedro Regalado de Arrieche, se desempeñó activamente en el Congreso de 1811. Está unidos por lazos de sangre con Juan Jacinto Lara Meléndez. 

La infan­cia de Pedro León Tor­res tran­scurre en activi­dades del mun­do rur­al en una ciu­dad como Caro­ra donde el que­hac­er diario de la población es ape­ga­do a los val­ores del catoli­cis­mo y a las exi­gen­cias del paisaje semi­ári­do. Cuan­do este joven, en 1811 alcan­za los 23 años, está bas­tante avan­za­da la lucha con­tra el dominio español. La naciente Repúbli­ca se organiza. 

Tan solo Coro, Mara­cai­bo y Guayana per­manecían leales al Rey de España. Pre­cisa­mente en la acción que emprende el mar­qués del Toro, se bus­ca­ba por la vía políti­ca y mil­i­tar incor­po­rar a los her­manos de Coro a la ges­ta de la Inde­pen­den­cia. Cuan­do lle­ga el mar­qués que viene de Cara­cas, se alis­tará en Caro­ra Pedro León Tor­res con­jun­ta­mente con los vol­un­tar­ios de Are­nales y Atarigua. Comien­za su car­rera mil­i­tar para sumarse a hom­bres como Sucre, Ribas, Lara y Urdane­ta que bajo el man­do de Bolí­var logran romper con la dom­i­nación de la metrópoli española.

Tras el fra­ca­so de la expe­di­ción del mar­qués del Toro, Pedro León Tor­res per­manece en la guar­ni­ción de Caro­ra. En 1812 en Siquisique, es detenido por el indio Reyes Var­gas quien lo remite como pri­sionero a Coro y luego a Puer­to Rico. Allí estará retenido por var­ios meses, has­ta que por dili­gen­cias de su her­mano Asci­clo, quien paga una impor­tante can­ti­dad de dinero por su lib­er­tad, regre­sa a Carora.

Antigua fotografía de la cono­ci­da Plaza de la Mon­e­da de Bar­quisime­to. Se apre­cia el bus­to del gen­er­al Pedro León Tor­res en su pedestal de már­mol. Foto: Colec­ción Fun­dación Fotote­ca de Barquisimeto

Es el año de la caí­da de la Repúbli­ca, Bolí­var se prepara des­de Nue­va Grana­da para lib­er­ar a Venezuela; es el ini­cio de la extra­or­di­nar­ia Cam­paña Admirable, que cul­mi­na el 6 de agos­to con la toma mil­i­tar de Cara­cas, pero además, Bolí­var hace todo un esfuer­zo políti­co admin­is­tra­ti­vo para con­sti­tuir el esta­do nación respetan­do las ori­enta­ciones del Con­gre­so de Nue­va Grana­da; con el apoyo de Anto­nio Muñoz Tébar, Ramón Gar­cía de Sena y de Rafael Diego Méri­da estable­ció las Sec­re­tarias de Esta­do, Rela­ciones exte­ri­ores y Hacien­da, de Guer­ra y Mari­na, de Jus­ti­cia y Policía en este mis­mo pro­ce­so le da una extra­or­di­nar­ia impor­tan­cia al políti­co civ­il e insiste en la necesi­dad de con­vo­car una asam­blea o con­gre­so de nota­bles para ordenar el Esta­do, le daba peso al rég­i­men munic­i­pal y a la admin­is­tración de jus­ti­cia; encar­ga a Fran­cis­co Javier Ustáriz un proyec­to de gob­ier­no pro­vi­so­rio para Venezuela, doc­u­men­to que se edi­ta en Valen­cia en agos­to de 1813,  esta prop­ues­ta fue dis­cu­ti­da en medios públi­cos por Miguel José Sanz, Miguel Peña y Ramón Gar­cía Cádiz; la mis­ma fue remi­ti­da a Cami­lo Tor­res pres­i­dente del Con­gre­so de Nue­va Grana­da para que hiciera las obser­va­ciones nece­sarias; es rel­e­vante colo­car estos temas en la crit­i­ca históri­ca  de la ges­ta inde­pen­den­tista, pues desmon­tan el mito mil­i­tarista y el patri­o­tismo guer­rero  exclu­si­vo de las armas, estam­pa­do a Simón Bolívar. 

Pedro León Tor­res sale heri­do el 7 de abril y que­da inmóvil has­ta el 23 de agos­to de 1822, fecha de su muerte en Yacuan­quer, Pasto

En el perip­lo de la cam­paña al paso por Tru­jil­lo, se incor­po­ra Pedro León Tor­res con sus her­manos. Había renun­ci­a­do defin­i­ti­va­mente a la vida tran­quila en su hacien­da El Tigri­to, con­ven­ci­do de la urgente tarea de par­tic­i­par en la lucha por con­sti­tuir una nación. Así lo encon­tramos pele­an­do en Niq­ui­tao, Los Hor­cones, Taguanes, Arau­re y San Mateo para hac­er de la acción de 1813 un éxi­to. Sin embar­go, los acon­tec­imien­tos del ter­ri­ble año 1814, no favore­cen la lucha por la unidad nacional. Debió huir hacia las Antil­las y regre­sar en 1816 en la Expe­di­ción de los Cayos. Vía Ocumare de la Cos­ta par­ticipó en la cam­paña de los sei­scien­tos; en Choroní que­maron navíos para ase­gu­rarse el con­trol del enemigo.

Su may­or destreza la demostró en la Batal­la de San Félix, donde Piar los asciende a gen­er­al, seña­lan­do que a este mucha­cho se le debe el tri­un­fo en Guayana. A par­tir de 1817, cumplirá ser­vi­cios fun­da­men­tales en la naciente Repúbli­ca. Gob­er­nador de las For­t­alezas de Guayana y Coman­dante del Bajo Orinoco, diputa­do en el Con­gre­so de Angos­tu­ra y Gob­er­nador Interi­no de la Provin­cia de Guayana.

Ejemplo de acción moral

Con el nom­bramien­to de Jefe del Ejérci­to del Sur de Cun­d­i­na­mar­ca que le da Bolí­var, arri­ba a Bogotá para radi­carse en Popayán y Pas­to. Allí resiste casi un mes de ase­dio. Se prepara jun­to al apoyo mil­i­tar de los ingle­ses para dar las batal­las que lib­er­arán el Sur de Colom­bia. Se desem­peña como Jefe de los Batal­lones Bogotá y Var­gas. Debía diri­gir la peli­grosa toma del vol­cán de Pas­to, lugar difí­cil pero que era nece­sario man­io­brar para garan­ti­zar el éxi­to del ejérci­to de Bolívar.

Gen­er­al Pedro León Tor­res, héroe de la Inde­pen­den­cia suramericana

La ocu­pación de este sitio estratégi­co para el tri­un­fo de Bom­boná, costó la vida de muchos hom­bres patri­o­tas, el mis­mo Pedro León Tor­res sale heri­do el 7 de abril y que­da inmóvil has­ta el 23 de agos­to de 1822, fecha de su muerte en Yacuan­quer, Pas­to. Fue sepul­ta­do en la igle­sia de la Par­ro­quia San­ta María Mag­dale­na de este mis­mo pobla­do. Muerte que no dejó de entris­te­cer al Lib­er­ta­dor. En esos días de com­bat­es Bolí­var record­a­ba el val­or de Tor­res, hom­bre de bon­dad nat­ur­al y de gal­lar­da per­son­al­i­dad. Se había muer­to un sol­da­do de gran mérito.

Es ejem­p­lo de la acción moral por el país. Hom­bre despren­di­do de sus riquezas que se entre­ga a la guer­ra de Inde­pen­den­cia para perder­lo todo y ganar cuan­to puede para servir a la joven Venezuela. Por eso debe­mos recor­dar­lo como fun­dador tam­bién de esta unidad ter­ri­to­r­i­al que dis­fru­ta­mos hoy los venezolanos. 

Esta exis­ten­cia cor­ta de Pedro León Tor­res, demues­tra que todo futuro exige esfuer­zos, dis­ci­plina y ded­i­cación a pesar de los obstácu­los en que se pue­da actu­ar. Ten­emos los larens­es otro pat­ri­mo­nio mil­i­tar y espir­i­tu­al que en las ban­deras de la hon­esti­dad y val­ores repub­li­canos sigue como ejem­p­lo para seguir cosechan­do éxi­tos en la lucha per­ma­nente por una democ­ra­cia ple­na, que erradique el caudil­lis­mo y el pop­ulis­mo, decir, cal­i­dad de vida sostenible en equidad y jus­ti­cia. No podemos renun­ciar a esta empre­sa, pues sig­nifi­caría renun­ciar a la posi­bil­i­dad de lograr el desar­rol­lo humano del vene­zolano en un con­tex­to de dete­ri­oro insti­tu­cional y social, con un gob­ier­no abier­ta­mente autori­tario, arbi­trario y mil­i­tarista; el desafío es hoy, para dar­le a nues­tras gen­era­ciones un país con sen­ti­do de con­tinuidad y futuro.

CorreodeLara

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