El Dividive como árbol emblemático

José Luis Sotillo J.
Cronista Parroquial de Agua Viva

El Dividive como popularmente se le conoce es una especie cuyo nombre científico es Caesalpinia coriaria, arbusto que alguna vez era común en el paisaje natural de la parroquia Agua Viva; tanto así que le endoso su nombre a un importante sector reconocido de esta zona, identificado como el’ Dividival’. 

Geo­his­tori­ca­mente el Dividi­val era un área con­sti­tu­i­da por algu­na casas ais­ladas unas de la otra; del cual, por algún tiem­po le denom­i­naron tam­bién sec­tor ‘Los Indios’; según porque quienes habitaron este espa­cio cir­cun­dante de Agua Viva, era pobla­do por un indi­vid­uo del que poseía ras­gos físi­cos sim­i­lares a nue­stros prim­i­tivos pobladores. Pero indis­tin­ta­mente de ello, dicho pun­to col­in­dante se extendía has­ta las inmedia­ciones de la veci­na Cabudare.

Así mis­mo rela­tan feha­cientes tes­ti­mo­nios orales, “que sobre aquel lugar era abun­dante apre­ciar gran can­ti­dad de arboles de Dividive”, pero que con el pasar de los años y a medi­da de que esta área se iría pob­lan­do, mucho de estos arbus­tos fueron tal­a­dos, para dar paso al nue­vo urban­is­mo cono­ci­do como las Uvas. Denom­i­nación adquiri­da por el sim­ple hecho de que en una por­ción impor­tante de ter­renos aledaños, fueron cul­ti­va­dos con plan­tas de uva, que susti­tuyo el nom­bre gen­uino de aquel sitio;  nada cón­sono con aquel ter­ri­to­rio que des­de las postrimerías de finales del siglo XIX, era cono­ci­do con el nom­bre de este árbol. 

 Des­de el pun­to de vista ecológi­co el Dividive rep­re­sen­ta un val­or a la bio­di­ver­si­dad del semi­ári­do, puesto que su impor­tan­cia en la lucha con­tra la deser­ti­fi­cación. Su util­i­dad como hábi­tat de especies de aves, y otras especies por ser cono­ci­das. Su val­or es sig­ni­fica­ti­vo en la con­ser­vación de sue­los y bombeo de nutri­entes, así como en la fijación de nitrógeno atmos­féri­co por su cual­i­dad de sim­bio­sis para esta función. 

Ante tal impor­tan­cia que posee, un grupo de per­son­al­i­dades vin­cu­ladas al que­hac­er académi­co uni­ver­si­tario; del entorno social y cul­tur­al, como  ecológi­co; hemos empren­di­do la ard­ua mis­ión de for­malizar ante la munic­i­pal­i­dad, la prop­ues­ta de que esta especie botáni­ca pase a ser declar­a­da árbol emblemáti­co de la par­ro­quia. A fin de poder no solo con­ser­var­la, sino tam­bién con­tar con un vivero de propa­gación masi­vo de la especie, y de ese modo poder garan­ti­zar la sub­sis­ten­cia de este fres­co y vis­toso arbus­to en muchos espa­cios de la par­ro­quia Agua Viva.

Por últi­mo debe­mos señalar en cuan­to a su propa­gación es rel­a­ti­va­mente fácil, pero sus pobla­ciones de regen­eración nat­ur­al son escasas pro­duc­to de la pre­sión de pas­toreo, prin­ci­pal­mente capri­no, por otra parte por las irreg­u­lar­i­dades climáti­cas que se viv­en en la actu­al­i­dad. No se des­pre­cia como causa el crec­imien­to de las fron­teras agrí­co­las, urbanas e indus­tri­ales, suma­do a los evi­dentes daños de sus fru­tos y semi­l­las des­de el momen­to de su recolec­ción. Así que la meta es alcan­zar dar­le su jus­to reconocimiento.

Ima­gen desta­ca­da: Casona del his­to­ri­ador y ensay­ista RD Sil­va Uzcátegui en Agua Viva, munici­pio Palavecino