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Más malo que Nicolás

 

Igor José García Rodríguez
Cronista


Al igual que el Nicolás que todos conocemos, existió otro delincuente famoso con ese nombre a principios del siglo XIX. Sus crímenes eran de tal magnitud que se esparcieron como noticias por todo el país. Mató a su mujer a machetazos, robó a todos los propietarios del alto llano, asesinó a su mejor amigo para robarlo con el cuchillo que éste le prestó para que comiera, violó a toda mujer que le pareció apetecible, terminó con el comercio, quemó hatos, acabó con animales de cría y se constituyó en un azote.

 

Más malo que Guardajumo

De la nada, pol­vo y humo
se ha for­ma­do aquel Dios Sumo.
La últi­ma hora ya presumo
que ha lle­ga­do a Guardajumo.

                                            Poeta, Gil Parpacen

Este Nicolás fue recono­ci­do por la his­to­ria pop­u­lar como Guarda­ju­mo. Su mal­dad ilim­i­ta­da se con­fundía con la leyen­da. Se le atribuían poderes sobre­nat­u­rales, has­ta el pun­to de que se ase­gura­ba que en los momen­tos en que era persegui­do por la jus­ti­cia, tenía la fac­ul­tad de trans­for­marse en humo y escon­der­se entre los árboles para rea­pare­cer poco después y reírse de sus perseguidores. De allí quedó la frase famosa: “Más malo que Guardajumo”.

Juan Nicolás Ochoa
Juan Nicolás Ochoa, céle­bre ban­dolero de la región de los llanos de Guári­co. Fue cono­ci­do con el apo­do de Guarda­ju­mo o Guardahu­mo. Varias ver­siones ase­gu­ran que nació en San Felipe, hoy esta­do Yaracuy cir­ca de 1767. Otros ates­tiguan que fue en el pueblecito de los Ánge­les, al sur de Cal­abo­zo, entre los años 1780 y 1782. Ulti­ma­do en Cal­abo­zo, esta­do Guári­co) el 26 de mayo de 1802

Cuen­tan que no hubo com­er­ciante que no asaltara en los caminos, por lo que éstos fueron quedan­do solos. Estas ver­siones de his­to­ria pop­u­lar ase­gu­ran que un español, lla­ma­do José Tomás Rodríguez Boves y Juan Jac­in­to Lara, deci­dieron enfrentar­lo y para ello con­trataron a var­ios peones de sobra­da valen­tía con el fin de trasladar unas mer­cancías des­de los puer­tos de Güiria has­ta Calabozo.

El prócer larense Juan Jac­in­to Lara Melén­dez y el real­ista Jossé Tomás Rodríguez Bóves, antes de enro­larse en las lides inde­pen­den­tis­tas, lucharon con­tra Guardajumo


Por supuesto que fueron arremeti­dos por Guarda­ju­mo y sus secuaces. Sin embar­go Lara y Boves se defendieron, mataron a cua­tro de los delin­cuentes, hirieron a Nicolás y lograron sal­var su mercancía. 

Pero este no fue el fin del delin­cuente. De su famil­ia surgió un tío, quien sin­tien­do que su nom­bre y el de sus ance­s­tros esta­ban en la pico­ta públi­ca por las mal­dades de su sobri­no, con­du­jo a las autori­dades has­ta su escon­dite, donde fue capturado.

Se le sen­ten­ció a muerte, pero no hubo ver­dugo en todo Guári­co que eje­cu­tara la orden. Guarda­ju­mo vaticinó que los demo­ni­os cubrirían su cuel­lo para evi­tar su muerte y que lo dejarían libre para volver a sus andanzas. 

Se buscó ver­dugo en Cara­cas. La gente se encer­ró en sus casas por miedo, el día en que Nicolás, el Guarda­ju­mo, quedó col­ga­do entre tres palos a merced del vien­to y de los zamuros.

Retra­to de por­ta­da fue real­iza­do por el bió­grafo Fran­cis­co Maduro en base a relatos y descrip­ciones encon­tradas en sus investigaciones

CorreodeLara

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