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En 1861 nació en Barquisimeto el intelectual y político venezolano, José Gil Fortoul

 

Tomás Polanco Alcántara/LAPP


Hijo de José Espíritusanto Gil (el Pelón Gil, héroe de la Guerra Federal, expresidente del estado Lara, diputado al Congreso Nacional, diputado al parlamento regional, abogado litigante y periodista) y de Adelaida Fortoul Sánchez. Nació en Barquisimeto, en la calle Libertador Nro 71 (hoy Carrera 19 entre 22 y 23), el 29 de noviembre de 1861. Recién nacido fue llevado por sus padres a El Tocuyo, en donde transcurre su infancia y adolescencia. 

Cursó estu­dios en el cole­gio La Con­cor­dia, dirigi­do por el pro­fe­sor Egidio Mon­tesinos. Ese insti­tu­to le otorgó, el 2 de julio de 1880, el títu­lo de bachiller en filosofía. Via­jó ensegui­da a Cara­cas para seguir estu­dios de dere­cho en la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela donde recibió el doc­tor­a­do en cien­cias políti­cas en 1885. Mien­tras cursa­ba sus estu­dios jurídi­cos asis­tió, bajo la direc­ción de Adol­fo Ernst, a clases de his­to­ria nat­ur­al, pub­licó su primera obra, una recopi­lación de poe­mas, tit­u­la­da La infan­cia de mi musa (1880) y colaboró en el diario La Opinión Nacional en cuyas colum­nas sos­tu­vo polémi­cas ide­ológ­i­cas con algunos com­pañeros de juven­tud y con autori­dades reli­giosas, espe­cial­mente con el futuro arzo­bis­po de Cara­cas, el entonces pres­bítero Juan Bautista Castro.

Por la for­ma­ción que recibió durante esos años, por sus opin­iones y escritos fue, des­de esa época, ubi­ca­do entre los voceros del pos­i­tivis­mo. Su primera actuación como abo­ga­do fue la defen­sa de su padre, enjui­ci­a­do en Bar­quisime­to por supuestos deli­tos políticos. 

El 18 de mar­zo de 1880, fun­da en El Tocuyo el per­iódi­co El Ciu­dadano. En 1886 fue nom­bra­do cón­sul de Venezuela en Bur­deos (Fran­cia). Su primera estadía en Europa dura 10 años (1886–1896). La primera eta­pa de ese tiem­po europeo de Gil For­toul tran­scurre en Bur­deos y luego en Ham­bur­go has­ta 1890. Pub­li­ca entonces sus libros Recuer­dos de París (1887) y Filosofía con­sti­tu­cional (1890). Colab­o­ra en La Opinión Nacional, y es elec­to miem­bro cor­re­spon­di­ente de la Acad­e­mia Nacional de la Historia. 

Via­ja por otros país­es europeos y par­tic­i­pa en las activi­dades de aso­cia­ciones int­elec­tuales france­sas. Cón­sul de Venezuela en Liv­er­pool (1890–1892), pub­li­ca Filosofía penal y El humo de mi pipa, e ini­cia su colab­o­ración en El Cojo Ilustra­do. En 1892 pasa a París como sec­re­tario de la Legación vene­zolana. Pub­li­ca un tra­ba­jo sobre La esgri­ma mod­er­na, así como su primera nov­ela ¿Idilio? En 1894 se ocu­pa, como encar­ga­do de nego­cios en Berna, de la rep­re­sentación vene­zolana en Suiza y comien­za la pub­li­cación de sus Car­tas a Pascual. 

En 1895, que tran­scurre para él entre París y Berna, pub­li­ca Pasiones, la segun­da de sus nov­e­las y sigue la serie de Car­tas a Pas­cual. En 1896 pub­li­ca El hom­bre y la his­to­ria. Los años de 1897 y 1898 los pasa en Cara­cas. Escribe en El Cojo Ilustra­do y en El Pre­gonero y dic­ta con­fer­en­cias en la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela sobre temas soci­ológi­cos y antropológi­cos. El 30 de noviem­bre de 1898, el Gob­ier­no nacional, por decre­to del pres­i­dente Igna­cio Andrade, le encar­ga la preparación de una his­to­ria de Venezuela des­ti­na­da a con­mem­o­rar el paso del siglo XIX al siglo XX. Gil For­toul ini­cia la redac­ción de esta obra en Cara­cas, pero ensegui­da pre­fiere trasladarse al exte­ri­or para tra­ba­jar con más  comodidad. 

José Gil For­toul con su mas­co­ta en una fotografía propiedad de la famil­ia Yepes Gil. Cara­cas 1939

En 1900 regre­sa a la vida diplomáti­ca,  primero como cón­sul en Trinidad (1900), luego como rep­re­sen­tante de Venezuela en la Segun­da Con­fer­en­cia Inter­na­cional Panamer­i­cana de Méx­i­co (1901) y después a Europa, donde ejerce car­gos con­sulares en Liv­er­pool y París (1902–1905). Sigue una inten­sa vida int­elec­tu­al man­i­fes­ta­da en sus colab­o­ra­ciones para El Cojo Ilustra­do, revista que, en 1904, le otor­ga el pre­mio cor­re­spon­di­ente a un con­cur­so sobre lit­er­atu­ra vene­zolana. En 1906 se trasla­da a Berlín como encar­ga­do de nego­cios y ter­mi­na el primer tomo de su His­to­ria con­sti­tu­cional de Venezuela. 

En 1907, par­tic­i­pa en la Segun­da Con­fer­en­cia de la Paz en La Haya. En medio de las delib­era­ciones de la con­fer­en­cia, recibe orden del pres­i­dente Cipri­ano Cas­tro de reti­rarse jun­to con el resto de la del­e­gación vene­zolana. Cas­tro se mostra­ba opuesto a una proposi­ción de la del­e­gación norteam­er­i­cana rel­a­ti­va al cobro de deu­das y recla­ma­ciones por parte de súb­di­tos de un Esta­do con­tra otro Esta­do. Aunque Gil For­toul logra con­vencer al pres­i­dente que aban­donar la con­fer­en­cia no sería ben­efi­cioso para el país, la pren­sa caraque­ña desta­ca su pre­sun­ta «insub­or­di­nación» a una orden del Ejec­u­ti­vo, lo cual moti­va que al regre­sar a Berlín, a fines de 1908, sea des­ti­tu­i­do. Proyec­ta entonces via­jar a Argenti­na para dedi­carse a activi­dades de tipo cul­tur­al, pero el nue­vo Gob­ier­no de Venezuela surgi­do a raíz del golpe de Esta­do del 19 de diciem­bre de 1908, lo rein­te­gra al car­go de min­istro plenipo­ten­cia­rio en Berlín. 

La segun­da eta­pa de su trayec­to­ria se ini­ció con su breve regre­so al país, a finales del siglo XIX, durante estos años, Gil For­toul escribió sobre filosofía e his­to­ria, al tiem­po que envi­a­ba artícu­los a El Cojo Ilustra­do y otras pub­li­ca­ciones venezolanas

En 1909 José Gil For­toul pub­li­ca el segun­do tomo de su His­to­ria y prepara su regre­so a Venezuela que ocurre en 1910. En su labor leg­isla­ti­va como senador (1910–1911 y 1914–1916) Gil For­toul se desta­ca por las ini­cia­ti­vas pro­gre­sis­tas que pro­pone en la refor­ma de la leg­is­lación civ­il sobre los dere­chos de la mujer y del niño, la mod­i­fi­cación del rég­i­men mat­ri­mo­ni­al, la adop­ción de nor­mas para la emisión de cédu­las hipote­carias, y para la reg­u­lación de los con­tratos de trabajo. 

Como min­istro de Instruc­ción Públi­ca (1912), deja para la pos­teri­dad su Memo­ria al Con­gre­so, en la cual hace un diag­nós­ti­co de la situación educa­ti­va vene­zolana en todos sus aspec­tos: la necesi­dad de la enseñan­za para la for­ma­ción de téc­ni­cos, espe­cial­mente en mate­rias agropecuar­ias; la necesi­dad de un cam­bio en la instruc­ción pri­maria, úni­ca que muchos vene­zolanos recibirían durante toda su vida; la necesi­dad de for­mar mae­stros, la con­struc­ción de edi­fi­ca­ciones esco­lares, la implantación de sis­temas de higiene esco­lar, el uso de mate­r­i­al pedagógi­co, la adop­ción de la estadís­ti­ca esco­lar, la creación de nuevas escue­las, la refor­ma de la edu­cación femeni­na y la adaptación de la uni­ver­si­dad a los nuevos requer­im­ien­tos del país. 

El sis­tema educa­ti­vo prop­uesto por Gil For­toul fue refle­ja­do par­cial­mente en el Códi­go de Instruc­ción Públi­ca de 1912 que luego anu­laría la Corte Fed­er­al y de Casación en 1914, por supues­tas incon­sti­tu­cional­i­dades en sus dis­posi­ciones. La pres­en­cia de Gil For­toul en la pres­i­den­cia de la Repúbli­ca, en 1913, se debió a que, con­forme a la Con­sti­tu­ción vigente, al sep­a­rarse de su car­go el pres­i­dente de la Repúbli­ca, debía el pres­i­dente del Con­se­jo de Gob­ier­no, car­go que entonces desem­peña­ba Gil For­toul, ejercer la Pres­i­den­cia: Juan Vicente Gómez, el pres­i­dente de la Repúbli­ca, había resuel­to sep­a­rarse del Ejec­u­ti­vo para coman­dar el Ejérci­to nacional, con moti­vo de una supues­ta invasión de fuerzas castristas. 

José Gil For­toul fue abo­ga­do, escritor, his­to­ri­ador, peri­odista, sociól­o­go y político

Miem­bro fun­dador de la Acad­e­mia de Cien­cias Políti­cas (1915), pres­i­dente de la Sociedad Vene­zolana de Dere­cho Inter­na­cional (1915), Gil For­toul rep­re­sen­tó a Venezuela como plenipo­ten­cia­rio ante el Con­se­jo Fed­er­al Suizo, en la tramitación del lau­do que debía resolver el prob­le­ma limítrofe pen­di­ente entre Venezuela y Colom­bia (1916–1924).

En la nego­ciación diplomáti­ca  con Colom­bia, bajo los buenos ofi­cios del Gob­ier­no suizo, Gil For­toul expu­so la tesis de obten­er un arreg­lo de la fron­tera en la Gua­ji­ra que diera a Venezuela el con­trol pleno del gol­fo de Venezuela, a cam­bio de per­mi­tir­le a Colom­bia la libre nave­gación por los ríos vene­zolanos, tesis que no fue acep­ta­da por la Can­cillería venezolana. 

Individuo de la RAE

Ter­mi­na­da su mis­ión diplomáti­ca,  Gil For­toul volvió a Venezuela, donde se dedicó al ejer­ci­cio de su pro­fe­sión de abo­ga­do. En 1918 había sido elegi­do indi­vid­uo de número de la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria. En 1931 fue nom­bra­do direc­tor de El Nue­vo Diario y en 1933, fue envi­a­do a Méx­i­co, como min­istro plenipo­ten­cia­rio para la reanudación de las rela­ciones diplomáti­cas,  inter­rump­i­das des­de 1923. En 1936 fue víc­ti­ma de un aten­ta­do en el Nue­vo Cir­co de Cara­cas. Cuan­do fal­l­e­ció, hecho acae­ci­do el 15 de junio de 1943, en su res­i­den­cia de La Fror­i­da, Quin­ta Chi­cu­ra­may prepara­ba la elab­o­ración de un nue­vo tomo de su His­to­ria Con­sti­tu­cional de Venezuela. Su bib­liote­ca, ínte­gra y el col­lar Orden del Lib­er­ta­dor, fueron don­adas la Cen­tro de His­to­ria Larense, en donde se pudre por ausen­cia de su mala dis­posi­ción y tratamiento

ICONOGRAFÍA: RETRATO, Julio Teodoro Arze, óleo/tela, Galería de Arte Nacional, Cara­cas. FOTOGRAFÍA, El Cojo Ilustra­do, Cara­cas, núm. 432, diciem­bre 15, 1909, José Gil For­toul y su hija. FOTOGRAFÍA, El Cojo Ilustra­do, Cara­cas, núm. 425, sep­tiem­bre 1, 1909. FOTOGRAFÍA, colec­ción Bib­liote­ca Nacional, Cara­cas. Colec­ció de la famil­ia Yepes Gil. 

FUENTE: Fun­dación Polar, Dic­cionario de His­to­ria de Venezuela, 2ª Edi­ción, Cara­cas: Fun­dación Polar, 1997

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «En 1861 nació en Barquisimeto el intelectual y político venezolano, José Gil Fortoul»

  • Lam­en­ta­ble­mente por las defi­cien­cias comu­ni­ca­cionales de los gob­ier­nos region­al y local no se exal­ta la memo­ria de esta gran bar­quisimetano José Gil For­toul, bril­lante his­to­ri­ador y diplomáti­co, académi­co y edu­cador, políti­co y par­la­men­tario, por esto es impor­tante la exis­ten­cia de por­tales como correodelara.com para dar a cono­cer estos sig­ni­fica­tivos y desta­ca­dos vene­zolanos. Gracias

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