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Inglaterra intentó invadir Puerto Cabello y La Guaira en 1743

Luis Heraclio Medina Canelón
Miembro correspondiente de la Academia de Historia del estado Carabobo
@luishmedinac

Es el hecho de armas más impor­tante antes de la Guer­ra de Inde­pen­den­cia. Se tra­ta de los ataques e inten­to de invasión de Inglater­ra con­tra la Provin­cia de Venezuela.

El Her­mano Nec­tario María en su obra “Der­ro­ta Ingle­sa en Puer­to Cabel­lo” nos ha deja­do un por­menoriza­do estu­dio de esta acción ocur­ri­da en 1743 que unió a criol­los y penin­su­lares en la defen­sa de nues­tras costas.

En esos tiem­pos Inglater­ra se encon­tra­ba en guer­ra con España y ansi­a­ba con arrebatar­le sus tier­ras en el Caribe. A prin­ci­p­ios de mar­zo, una poderosa flota de la mari­na real británi­ca (no con­fundir con piratas) tra­ta de asaltar el puer­to de La Guaira, para tomar la cap­i­tal, Caracas.

La escuadra inva­so­ra esta­ba com­pues­ta por unos 19 bar­cos arma­dos con aprox­i­mada­mente 400 cañones de todos los cal­i­bres y cen­tenares de tropas de asalto, aparte de las trip­u­la­ciones de los buques, coman­da­dos por el comodoro Charles Knowles.

Capitán gen­er­al Don Gabriel de Zuloaga

Las prin­ci­pales naves de la escuadra inva­so­ra eran dos enormes buques de seten­ta cañones cada uno lla­ma­dos Suf­folk y Bur­ford, segui­dos fra­gatas, bom­bar­das y de las otras embar­ca­ciones menores.

La prin­ci­pal autori­dad de Venezuela era el capitán gen­er­al Don Gabriel de Zuloa­ga, quien esta­ba prepara­do con bue­nas piezas de artillería para defend­er La Guaira cuyo castil­lo esta­ba a car­go de Mateo Gual y Pueyo (quien sería el padre de Manuel Gual y tío del mariscal Anto­nio José de Sucre) y con algu­nas tropas que habían venido de la penín­su­la apoy­a­do por las mili­cias vene­zolanas entre las que se encon­tra­ban Juan Vicente Bolí­var, padre del Lib­er­ta­dor Simón Bolívar.

Los his­pano-vene­zolanos ofrecieron una fér­rea resisten­cia cañone­an­do inmis­eri­corde­mente a la flota inva­so­ra que tuvo que reti­rarse con severos daños, bus­can­do refu­gio en Curazao donde tuvo que reparar las graves averías de sus naves y reclu­tar algunos mer­ce­nar­ios para suplir las bajas.

Luego de casi un mes reparan­do sus mal­tre­chas naves en la isla antil­lana Knowles nue­va­mente se hace a la mar, para aho­ra caer sobre Puer­to Cabello.

En nue­stro lado se encuen­tran los coman­dantes Manuel de Agre­da, Juan Fer­rer y Martín Sansinea, prepara­dos para defend­er el castil­lo San Felipe y el puer­to. Des­de el 26 de mar­zo comien­zan los bom­bardeos sobre Puer­to Cabel­lo. El día 27 los ingle­ses desem­bar­can en Pun­ta Bra­va (Puer­to Cabello).

Son 1.150 marines, entre británi­cos y mer­ce­nar­ios reclu­ta­dos en Curazao. El capitán Sansinea les hace frente con ape­nas un puña­do de sol­da­dos y dos cañones pequeños con los que baña de metral­la a los inva­sores, que tienen que reti­rarse dejan­do un reguero de muertos.

Todos los días que qued­a­ban de mar­zo con­tin­uaron los bom­bardeos con los 400 cañones de los buques sobre el castil­lo y el pueblo cau­san­do unas pocas bajas entre los nue­stros y algunos daños mate­ri­ales en el catil­lo que eran ráp­i­da­mente reparados.

El 2 de mayo llegó el gob­er­nador don Gabriel de Zuloa­ga quien el 4 resultó heri­do en uno de los bom­bardeos, mien­tras día tras día con­tinu­a­ban los caño­neos de parte y parte.

Pau­lati­na­mente los buques ingle­ses recibían cañon­a­zos que los iban dejan­do fuera de com­bate mien­tras que en Puer­to Cabel­lo había unas pocas bajas. El día 6 de mayo los ata­cantes dejaron de dis­parar y quedaron unos pocos días al ase­cho has­ta que el 14 optaron por retirarse.

Durante todo el ase­dio los ingle­ses lan­zaron unas 900 bom­bas sobre Puer­to Cabel­lo, pero los daños mate­ri­ales fueron ráp­i­da­mente repara­dos. Los muer­tos en el puer­to fueron unos 30. Los ingle­ses por su parte sumaron unos 200 muer­tos e innu­mer­ables heri­dos más la vergüen­za de la der­ro­ta, con sus naves agu­jereadas y gran número de heridos.

 

Como dato curioso, y que nos hace ver la men­tal­i­dad o la caballerosi­dad mil­i­tar de aque­l­los tiem­pos, hay un episo­dio que vale la pena recor­dar: Poco antes de reti­rarse la flotil­la ata­cante, los ingle­ses envían una nave con ban­dera de paz has­ta Puer­to Cabel­lo, los ingle­ses pro­pusieron inter­cam­biar pri­sioneros, y le enviaron de rega­lo a Zuloa­ga dos que­sos, dos jamones y tres doce­nas de botel­las de vino, pidi­en­do que les regalaran unos limones y per­miso para recoger algo de agua. Zuloa­ga, en respues­ta les per­mi­tió recoger un poco agua, y envió de rega­lo unas tern­eras, algu­nas gal­li­nas, algo de vino y los limones que habían pedido.

Otro detalle curioso es que entre los cadáveres que llevó la marea has­ta las playas de Puer­to Cabel­lo, esta­ba el de una mujer 

Los ataques a La Guaira y Puer­to Cabel­lo fueron el hecho de armas más impor­tante ocur­ri­do antes de la Guer­ra de Inde­pen­den­cia. Por primera vez las tropas de vene­zolanos entra­ban en com­bate dejan­do muy en alto su rep­utación. Es un impor­tante hecho históri­co que no debe olvidarse.

CorreodeLara

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