José Tomás Boves post mortem
Emilio Acosta
Historiador
Después de la muerte de Boves en la batalla de Urica, celebrada el 5 de diciembre de 1814, un armador asturiano llamado Lorenzo García Jove, actuaría como apoderado legal de doña Manuela de la Iglesia de Bobes, madre del Taita.
El apoderado de doña Manuela solicitó en 1815 ante el Capitán General de Venezuela, Salvador Moxo, el pago de todos los salarios del realista José Tomás Boves a su señora madre en Asturias, España.
En el año 1817 doña Manuela solicitaría al comandante de armas de Oviedo la pensión que la Corona le otorgaba debido a los servicios militares prestados por su hijo en Venezuela.
Cabe resaltar que Boves sería ascendido por Fernando VII en 1819, cinco años después de su muerte, al rango de Brigadier General de los Reales Ejércitos de Su Majestad.
Días después de la muerte de Boves, en una carta escrita el 29 de diciembre de 1814 por Manuel del Fierro, Brigadier General, detalla claramente la falta de un nuevo líder como José Tomás Boves en los Reales Ejércitos de su Majestad en América:
«…en las últimas acciones habrán perecido de una y otra parte más de 12.000 hombres. Afortunadamente lo más son criollos y muy raro un español… Si en las demás partes de América se encontraran muchos Boves, yo le aseguro a usted que se lograrían nuestros deseos…»
Valiéndose de los resentimientos sociales de las clases más bajas, que eran objeto de abusos y explotación por parte de la aristocracia criolla, Boves se convirtió en un verdadero peligro para la causa republicana. Esto se debe a que las instituciones españolas eran férreas defensoras de los derechos de los indígenas, negros, pardos y mestizos contra sus enemigos naturales, los criollos.
Su testamento de muerte indica que solo deja un caballo, una espada y 300 pesos, y que, de hecho, adeuda a don Juan Vicente Delgado, quién había sido Teniente de Justicia en la Villa de Calabozo.