La Batalla de Mucuritas
Luis Heraclio Medina Canelón
MC de la Academia de Historia del Estado Carabobo
La casa Páez de Valencia está siendo restaurada progresivamente y pronto recobrará el esplendor de sus mejores tiempos. Ya se encuentran al día muchas de sus áreas como la caballeriza, la biblioteca, los pisos de madera y los sótanos-calabozos.
Esta casa está decorada por varios murales de distintas batallas en las que participó el Gral. José Antonio Páez. Más que obras artísticas, estos murales son verdaderos documentos históricos ya que lejos de ser obras épicas de moda en la época, son más bien antiguos cuadros explicativos del desarrollo de aquellos combates, realizados bajo las órdenes directas del propio Páez, con señalamiento preciso de las tropas que intervinieron, sus lugares y posiciones. Una de ellas retrata la batalla de Mucuritas, ocurrida el 28 de enero de 1817

Para aquellos tiempos el general Pablo Morillo comandante en jefe de la fuerza expedicionaria más grande que España hubiera enviado a América regresaba a Venezuela con su ejército pacificador a someter a la provincia que, aunque había sido dominada en 1815, nuevamente se rebelaba contra el dominio del rey.
José Antonio Páez resistía a los realistas en los llanos del centro occidente del país, en Apure, Barinas y Cojedes con su ejército de llaneros poniendo en peligro la reconquista hecha por Morillo meses atrás.
Para volver a someter a Venezuela Morillo envía adelante a su segundo, el brigadier Miguel de La Torre, con parte de las tropas que había traído desde España, apoyado por realistas criollos, quienes provenientes de Nueva Granada penetran a los llanos venezolanos desde el Casanare.
Secundan a Latorre el barinés Remigio Ramos con sus llaneros leales al Rey y Sebastián de la Calzada. Según algunas crónicas son unos 1.500 soldados de infantería y 800 a caballo, pero en su autobiografía Páez sostiene que esas tropas alcanzaban a cuatro mil.
Los dos ejércitos se encuentran en los llanos apureños, al sur del río Apure, en un lugar conocido como Mucuritas en horas de la mañana del 28 de enero. Páez, llanero nato, conoce perfectamente el terreno, y sabe cómo sacarle provecho a la geografía de aquellas pampas.
En el primer momento El Catire no busca el enfrentamiento directo, sino que da con sus tropas un enorme rodeo para ubicarse frente al enemigo con el sol a sus espaldas y la brisa a su favor y sale entonces al encuentro del ejército del rey.
Estamos en pleno verano en el llano y la vegetación está seca y el suelo polvoriento. Páez prácticamente no lleva fusiles ni infantería; son sólo 1.100 llaneros armados de lanzas.

Latorre tiene a su ejército formado en cuadro: la infantería en el centro y lo flancos los cubren dos cuerpos de caballería. Páez deja una parte de la caballería en la reserva y lanza el resto contra la formación enemiga.
Los lanceros de Páez galopan de frente contra el cuadro realista pero antes de llegar al alcance de los fusiles de la infantería de Latorre se abren hacia los flacos y atacan a la caballería.
Como estaba convenido, luego de una ligera escaramuza, los jinetes dan media vuelta y regresan, como en retirada, lo que aprovecha la caballería realista para perseguirlos, quedando lejos de la protección de los fusiles de su propia infantería.
En ese momento la caballería que Páez tenía en la reserva sale al ataque y los que aparentaban huir dan vuelta y entre todos acometen a los enemigos que son destruidos. Apenas pueden mantener la formación unos pocos que huyen del lugar. Quedaba entonces la infantería del rey sin la protección de su caballería a merced de las temibles lanzas de los llaneros de Páez.
Luego Páez ordena a 50 llaneros incendiar la paja seca que rodeaba a la infantería realista que a la vez es atacada por la caballería, que carga contra ellos catorce veces y sólo pueden salvarse al escapar por un sector que no fue pasto de las llamas.
Páez vencedor, obtiene como botín de guerra gran cantidad de mulas cargadas de pertrechos.
La batalla de Mucuritas fue la primera vez en la que las tropas expedicionarias de Pablo Morillo se enfrentaban contra los llaneros insurgentes. Morillo, con el ejército que en Europa había vencido a Napoleón se dio cuenta de que lo que enfrentaba en tierra firme no era un grupito de sediciosos como le habían dicho. El propio general español escribió:
“Catorce cargas sucesivas sobre mis cansados batallones me hicieron ver que aquellos hombres no eran una gavilla de cobardes poco numerosa, como me habían informado, sino tropas organizadas que podían competir con las mejores del Rey.”
Años más tarde Páez volvería a derrotar a las tropas que había traído Morillo, comandadas esa vez por Latorre en Carabobo, sellando definitivamente la independencia.