Crónicas

La casona donde el Cabildo de Barquisimeto se pronunció por la Independencia de Venezuela

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisperozop@hotmail.com
@LuisPerozoPadua

El 19 de mayo de 1811, los miem­bros del Cabil­do de Bar­quisime­to, reunidos en una casona prin­ci­pal, con amplios jar­dines inter­nos rodea­d­os de pasil­los, cuyo vis­tosos ven­tanales tienen como frente al tem­p­lo de San Fran­cis­co de Asís, se pro­nun­cia­ron a favor de la Inde­pen­den­cia de Venezuela, juran­do «a Dios y los San­tos Evan­ge­lios» pro­cedieron a fir­mar el acta que reconocía «la sober­anía y abso­lu­ta inde­pen­den­cia que el orden y la Div­ina Prov­i­den­cia ha resti­tu­i­do a las Provin­cias Unidas de Venezuela, libres exen­tas de toda sum­isión y depen­den­cia de la Monar­quía Española…»

Uno a uno estam­pó su rúbri­ca en el históri­co pliego, ini­cian­do con el primer alcalde, Anto­nio González Gar­cía; segui­do el alcalde de segun­da elec­ción, Fran­cis­co de Pauli­na Escalona; para pros­eguir José de Almao, el Dr. Domin­go de Alvara­do, Ramón de Almao, José Rafael Guzmán, Juan Manuel Aldao, Mateo Sal­cedo, Clau­dio Lev­erón, Pedro Aldao, José de Andon­aegui, Simón Aldao, Ramón Ramos, Nicolás Ros­ales, José Anto­nio Ramos, el pres­bítero Pedro Planas, León de Méri­da, San­ti­a­go Tor­res, Tomás Pérez, José María Andrade, Miguel Tor­res, San­ti­a­go Andrade, Pedro Tor­res, Cecilio Andrade Fran­cis­co Tor­res, Juan María Sotel­do y el Dr. Domin­go Anto­nio Per­era, en donde al ter­mi­nar, a la luz de grandes can­de­labros, cel­e­braron con vítores aquel instante glo­rioso con res­o­nan­cia en el tiempo.

Asien­to del Con­ven­to de San Francisco

Mucho antes, en ese solar de la casona prin­ci­pal neosego­viana, fun­cionó el Con­ven­to de la Purifi­cación de Nues­tra Seño­ra del Car­men, que no solo era una casa de oración, sino tam­bién un plantel donde 14 mon­jas forma­ban a niños criol­los y par­dos en las artes útiles arte­sanales y de ofi­cios, así como lec­tura y escritura. 

Allí, en aquel rev­eren­do hog­ar, horas antes del tañer de las primeras cam­panadas de la Ermi­ta de San Fran­cis­co de Asís, que anun­cia­ban el nue­vo día, ya las abne­gadas her­manas se ocu­pa­ban de sus labores cotidianas.

El acu­cioso his­to­ri­ador Lino Irib­ar­ren Celis, advierte que Fray Anto­nio de Alcea­ga, obis­po elec­to de Venezuela, sería el respon­s­able de la con­struc­ción de esta casa con­ven­tu­al y refiere que su fun­dación se for­mal­izó en el año del Señor de 1608, puesto será el año que este cléri­go arribó a Carora.

No obstante, Telas­co A. Mac-Pher­son en su Dic­cionario Históri­co, Geográ­fi­co, Estadís­ti­co y Biográ­fi­co del esta­do Lara, pub­li­ca­do en 1883, refir­ién­dose a Bar­quisime­to, en el artícu­lo “Con­ven­to de San Fran­cis­co” (p. 131) reg­is­tra: «El 12 de enero de 1632 fac­ultó el Capitán jen­er­al de Nimez de Med­i­na á los alcaldes de la ciu­dad de Bar­quisime­to, para lev­an­tar el con­ven­to de la orden de San Fran­cis­co. Se com­pro­metió á fab­ri­car­lo en el tér­mi­no de tres años el alguacil may­or Don Fer­nan­do Tri­tan­go, dán­dole todos los mate­ri­ales y 3.200 duca­dos castel­lanos por su tra­ba­jo. Este con­ven­to se fab­ricó en el área que hoi ocu­pa la casa del Dr. Agustín Agüero, en la “Plaza Bolí­var” de la ciu­dad de Barquisimeto».

Aunque Mac-Pher­son incur­rió en varias impre­siones con los nom­bres de los fun­cionar­ios, pues Nimez de Med­i­na es en real­i­dad Fran­cis­co Núñez Melián, gob­er­nador y capitán gen­er­al de la provin­cia para ese entonces y el alguacil may­or no es Tri­tan­go, sino don Fer­nan­do Trischan­cho, aclara el cro­nista Omar Gar­men­dia en su artícu­lo La plaza del con­ven­to de San Fran­cis­co y el ori­gen de la Plaza Lara, pub­li­ca­do en CorreodeLara.com.

Cen­tro de His­to­ria Larense, calle 23

Un doc­u­men­to esclare­ce­dor que ofrece infor­ma­ción rel­a­ti­vo al solar donde esta­ba situ­a­do el Con­ven­to Fran­cis­cano es el del 12 de sep­tiem­bre de 1853 (Acta Capit­u­lar 2 de junio 1819 A.A.C.), «Por el ori­ente (este) con zan­jón sobre el cual está con­stru­i­do el Puente Bolí­var (…); por el poniente (oeste) con parte de la plaza de la igle­sia de San Fran­cis­co y los escom­bros donde esta­ba situ­a­do el antiguo con­ven­to de los Padres Rev­eren­dos; por el norte con un zan­jón que desem­bo­ca en el primero, y solar de la casa de Manuel Aré­va­lo; y por el sur con tier­ras de la seño­ra Nico­lasa Fuentes», men­ciona­do por Ramón Querales, antiguo cro­nista de Barquisimeto.

Según apuntes del his­to­ri­ador Fran­cis­co Cañiza­les Verde, exis­ten reg­istros que dan fe que para 1587, ya fun­ciona­ba en ese solar el Con­ven­to de Nues­tra Seño­ra de la Purifi­cación, según infor­ma­ción emi­ti­da por el Cabil­do de Bar­quisime­to, el 15 de enero de 1587, cuan­do ates­tigua que Este­ban Mateos, procu­rador Gen­er­al de la Nue­va Segovia de Bar­quisime­to, expli­ca que: «averiguó con tes­ti­gos fidedig­nos como ha ocho años poco más o menos que se fundó el con­ven­to de esta ciu­dad» (sic).

Y más ade­lante, Alon­so Mon­je, regi­dor y veci­no de la Nue­va Segovia de Bar­quisime­to, asien­ta: «que sabe quien primero vino a fun­dar este con­ven­to y mar­có casa para él, fue el padre Fray Juan Vaque­ro y que después de él, vino el padre Fray Fran­cis­co de Rojas».

Pero el rev­eren­do hog­ar se encon­tra­ba en deplorables condi­ciones y sobre el respec­to un veci­no de Nue­va Segovia señala: «El con­ven­to de nues­tra ciu­dad es una casa pajiza que se está cayen­do y se llueve sin ningún fun­da­men­to y que los veci­nos de este pueblo, españoles y nat­u­rales son tan pobres que no tiene bienes posi­bles para pon­er­lo hac­er ni reed­i­ficar y por esta razón muchas veces ha queri­do despoblar el dicho convento».

La críti­ca situación y después de varias que­jas de los veci­nos nota­bles de Nue­va Segovia, Don Fran­cis­co de la Hoz de Berrío, gob­er­nador de la Provin­cia de Venezuela, se vio oblig­a­do a comi­sion­ar al encomendero y alcalde Don Bal­tazar Matías de Almao a «trazar la plan­ta y elab­o­rar el pre­supuesto de la nue­va fábri­ca del Con­ven­to y de la igle­sia de los Franciscanos».

El cro­nista Eli­gio Macías Muji­ca, cita­do por Gar­men­dia, agre­ga que, edi­fi­ca­dos el con­ven­to e igle­sia entre 1632 y 1635, esos 3.200 duca­dos castel­lanos de a 11 reales cada uno, fueron apor­ta­dos tan­to por el Tesoro Real, los veci­nos de la ciu­dad y los nat­u­rales e indios del cam­po. Fue paga­do en tres por­ciones, la primera al ini­ciar la obra, la segun­da en la mitad y la últi­ma al finalizar los trabajos.

El doc­u­men­to de fray Anto­nio de Her­rera, de donde tomó Macías Muji­ca esos datos, apor­ta detalles más pre­cisos con relación a los pla­zos de pago:

(…) El primero luego questen abier­tos los simien­tos de la Igle­sia y se rajen en el sue­lo para comen­zar la plan­ta sobre ellos y las tapias y raf­fas de mam­postería piedras y lajas cal y lo demás y el otro ter­cio cuan­do esté empeza­da para poder­se enmader­ar y el otro ter­cio, acaba­da de todo pun­to la dha Igle­sia y Con­ven­to (…) (De Her­rera, Fray Anto­nio 1819).

Cen­tro de His­to­ria Larense, patio cen­tral. Foto: Manuel Gil, 2018

Fue sub­as­ta­do Durante el gob­ier­no de Pedro Núñez Meleán (1630–1637) los alcaldes de Nue­va Segovia de Bar­quisime­to en con­ve­nien­cia con el alto Mag­istra­do «preg­o­nar en públi­ca almone­da la obra y fábri­ca del con­ven­to y se fijó como día para efec­tu­ar el remate, el domin­go 21 de diciem­bre de 1631, a las tres de la tarde, al salir de la misa ofi­ci­a­da en el con­tiguo tem­p­lo en pres­en­cia del Frayle Fran­cis­co Márquez y de Fran­cis­co Bernar­do de Quirós, síndi­co del con­ven­to. Se apercibió remate por voz de Gre­go­rio, mula­to de Fran­cis­co Arquealaegui, refir­ién­dose muchas veces la pos­tu­ra. Obtu­vo la bue­na pro, Doña Beat­riz de Cáceres, en 3.600 duca­dos castel­lanos, como may­or opos­i­to­ra que el capitán Bar­tolomé Matías de Almao, quien con ante­ri­or­i­dad había ofre­ci­do 3.200 duca­dos» (sic).

Lugar de sepulturas

Pero al pare­cer, el Con­ven­to de la Purifi­cación de Nues­tra Seño­ra del Car­men, fue refac­ciona­do luego que Her­nan­do Sánchez Tris­tan­cho, alguacil may­or, actuan­do como apoder­a­do de la nue­va propi­etaria del inmue­ble Doña Beat­riz de Cáceres, el 12 de junio de 1632, exigiera por escrito al capitán Pedro del Castil­lo, alcalde ordi­nario y juez de la causa por comisión del gob­er­nador de la Provin­cia «a que se despache man­ten­imien­to de con­formi­dad con la Real Cédu­la de for­ma y repar­timien­to hecho por los ter­ceros nom­bra­dos para ello, para los ter­cios que han de dar lo veci­nos y naturales».

Lo cier­to es que el con­ven­to sigu­ió sien­do regen­ta­do por los frailes capuchi­nos y según las Escrib­anías del Reg­istro Prin­ci­pal de Bar­quisime­to, en el tes­ta­men­to de Doña Inés López Ramírez, con fecha 12 de febrero de 1635, folio 4, vuel­to, se inser­ta una intere­sante cláusu­la: «Cuan­do la vol­un­tad de nue­stro Señor fuere de lle­var­le de esta pre­sente vida, que mi cuer­po sea sepul­ta­do, murien­do en esta ciu­dad, en el con­ven­to de nue­stro padre san Fran­cis­co, en la igle­sia nue­va que se ha fabricado…»

Cañiza­les Verde rev­ela tam­bién que el procu­rador Gen­er­al de Nue­va Segovia de Bar­quisime­to, Fran­cis­co de Para­da, hal­lán­dose grave­mente enfer­mo dio poder al fran­cis­cano Fray Gas­par de Aldana y por dis­posi­ción tes­ta­men­taria con fecha 14 de octubre de 1662, instruyó ser sepul­ta­do en el con­ven­to de San Fran­cis­co y con el hábito de su orden, cumplién­dose sus últi­mos votos en febrero de 1663, en un acto solemne con pres­en­cia de todos los reli­giosos y el clero de la ciudad.

Igual­mente fue inhu­ma­do en el con­ven­to fran­cis­cano las mor­ta­jas del ilus­tre bar­quisimetano el doc­tor Domin­go de Alvara­do, abo­ga­do de la Real y Pon­ti­f­i­cia Uni­ver­si­dad de san­to Domin­go, figu­ra prin­ci­pal de la oli­gar­quía criol­la y diputa­do al Con­gre­so de 1811. «En 25 de enero de 1813, llevé a enter­rar con entier­ro may­or can­ta­do al con­ven­to será­fi­co, el cuer­po adul­to del Dr. Domin­go de Alvara­do, sien­do síndi­co de dicho con­ven­to. Fir­ma el Cura Interi­no Semanero padre Anto­nio Basilio de la Sierra».

Cen­tro de His­to­ria Larense. Jardín Cen­tral. Foto: Manuel Gil, 2018

El primer Cole­gio Electoral

Una vez insta­l­a­da la Diputación Provin­cial de Bar­quisime­to, el 1° de noviem­bre de 1832, en donde quedaron ple­na­mente con­sti­tu­idas las ramas del Poder Públi­co Provin­cial según Decre­to del Ejec­u­ti­vo Nacional N° 114 de fecha 29 de mayo de 1832, en la casona prin­ci­pal frente al tem­p­lo Fran­cis­cano, donde antes fun­cionó el Con­ven­to de la Purifi­cación de Nues­tra Seño­ra del Car­men, se instaló el inau­gur­al Cole­gio Elec­toral, resul­tan­do elec­to como su pres­i­dente el Dr. Juan de Dios Ponte, nat­ur­al de Cabu­dare; y como sec­re­tario del ente comi­cial, Luis Pérez.

Expone Cañiza­les Verde, que esta asam­blea elec­toral la inte­gra­ban los elec­tores nom­bra­dos por los Can­tones, según dis­posi­ción de la Car­ta Magna. El 4 de octubre del aquel año 32, el Cole­gio Elec­toral, reunido prob­a­ble­mente en el salón prin­ci­pal de la casona prin­ci­pal de Bar­quisime­to, dio a cono­cer los escrutinios:

Como senadores prin­ci­pales resul­taron elec­tos: el pres­bítero Andrés Tor­rel­las, con 23 votos (prócer de la Guer­ra de Inde­pen­den­cia, primero real­ista y después patri­o­ta); el pres­bítero Juan José Osío, con 23. Los suplentes serán: Jus­to Maya y Pablo Aleve­dra, ambos con 23 votos cada uno.

Diputa­dos a la Cámara de Rep­re­sen­tantes como prin­ci­pales: Miguel Anzo­la, 16 votos; Bern­abé Planas, 14; Dr. Juan de Dios Ponte, 13; Boni­fa­cio Artea­ga, 13; y el Lcdo. Andrés Guiller­mo Alvizu, 13. Los suplentes serán: Juan Bautista Piñero, 23 votos; José Luis Pérez, 23; Vicente For­toul, 21; Cruz Limar­do, 21; y el Dr. Anto­nio María Pine­da, 13.

Casona del Cen­tro de His­to­ria Larense

Para la Diputación Provin­cial salieron elegi­dos: Pedro Ama­r­al, 21 votos; Loren­zo Goyo, 21; José Joaquín Fre­ites, 17; Nicolás Montes, 16; José María Tira­do, 16; Idel­fon­so Tor­res, 15; y Pedro Pine­da, 13. Los suplentes serán: Martín María Aguina­galde (héroe de la Guer­ra de Inde­pen­den­cia) con 22 votos; José María Planas, 21; Fran­cis­co Javier Blan­co, 19; Miguel Bernal, 19; José María Irib­ar­ren, 19; Fran­cis­co A. Tovar, 23 y Jus­to Hur­ta­do 19. Resul­ta­dos pub­li­ca­dos en la Gac­eta de Venezuela, N° 94, Cara­cas, octubre de 1832.

Apun­ta Gar­men­dia, que el pres­i­dente José Anto­nio Páez había impuesto la extin­ción de los con­ven­tos y estas propiedades pasan a ser parte del Esta­do. Asimis­mo, decretó en varias ciu­dades los Cole­gios Nacionales, hoy cono­ci­dos como liceos y para 1835 se estable­ció en casona prin­ci­pal el primer Cole­gio Nacional de Bar­quisime­to, (solo para varones) el cual comen­zó a fun­cionar en 1838.

Sede del Cen­tro de His­to­ria Larense

Luego del cat­a­stró­fi­co ter­re­mo­to del 26 de mar­zo de 1812, que destruyó por com­ple­to la el con­ven­to de la orden de los Fran­cis­canos, fue edi­fi­ca­da en aquel solar una casona colo­nial de dos plan­tas, de bal­austra­dos bal­c­on­cil­los al esti­lo repub­li­cano, que muchos años después, en el siglo XX, final­izan­do la déca­da de 1960, el cro­nista Raúl Azpar­ren, propi­etario del inmue­ble lo ofre­cerá en ven­ta a la Gob­er­nación de Lara para que se instale allí el Cen­tro Históri­co Larense, insti­tu­ción regi­da por mon­señor Dr. Críspu­lo Benítez Fontúrvel como su pres­i­dente, ente encar­ga­do de velar y preser­var la memo­ria del esta­do, según decre­to del primer mag­istra­do del esta­do Lara, Pedro Nolas­co Pereira (padre) con fecha 5 de diciem­bre de 1941.

Actual­mente el Cen­tro de His­to­ria Larense se encuen­tra clausura­do, sus puer­tas y ven­tanas cer­radas, y las colec­ciones y obje­tos históri­cos someti­dos a espan­toso con­fi­namien­to, man­i­fi­es­tan un esta­do pre­ocu­pante, entre estos impor­tantes bienes sobre­vive la bib­liote­ca del his­to­ri­ador y pres­i­dente encar­ga­do de Venezuela, Dr. José Gil For­toul, así como una serie de obras pic­tóri­c­as de nue­stros próceres civiles y mil­itares, entre otros pat­ri­mo­nios de invalu­able valor.


Fuente: Lino Irib­ar­ren Celis. Sem­blan­zas neosego­vianas del pro­cer­a­to de Bar­quisime­to. Cara­cas, 1966.
Omar Gar­men­dia. La plaza del con­ven­to de San Fran­cis­co y el ori­gen de la Plaza Lara. Pub­li­ca­do en www.CorreodeLara.com 1 sep­tiem­bre, 2021
Fran­cis­co Cañiza­les Verde. Primera Con­sti­tu­ción del Esta­do Sober­a­no de Bar­quisime­to, 25 de enero de 1864. Edi­ción de la Asam­blea Leg­isla­ti­va y del Cen­tro de His­to­ria Larense. Bar­quisime­to 1996
Fran­cis­co Cañiza­les Verde. Seño­ri­ales Man­siones de Bar­quisime­to. Fun­da­cul­tura, Bar­quisime­to, 1998.
Raúl Azpar­ren. Bar­quisimetanei­dad, per­son­ajes y lugares. Edi­ciones de CANTV. Cara­cas, 1978

CorreodeLara

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