La Duaca de los ancianos
Alexander Cambero
Periodista, escritor y poeta
Tenemos casi cuatrocientos años de ancianos. La experiencia acumulada son el mayor regalo del amor por la vida, en cada uno de ellos tenemos un tesoro de vivencias; que son parte de esa Duaca que se niega a morir
Las viejas costumbres del respeto, siguen allí conviviendo con sus achaques. La historia oral de tradiciones y anécdotas; son contadas por los protagonistas de un tiempo que marcó la huella de un pasado con linaje de perla preciosa. Siempre con sus palabras que forman parte de este pedazo de suelo que nos tocó como destino.
Fueron el fiel dibujo en la piel del pueblo
Crecieron entre calles llenas de comercio. Las montañas coloreadas de armonía, estaban sirviendo de testigos en sus quehaceres de vida. Algunos meses nos aproximan a cuatro siglos de fundación. Un pueblo longevo tiene el vigor de su gente buena. Los huesos están intactos. Somos todos los personajes que han vivido los mismos rumbos.
Duaca, tierra fecunda, con el útero bendecido de nuevas criaturas del mismo molde
MILAGRO
Fueron el fiel dibujo en la piel del pueblo. No importa si sus pasos los condujeron hasta otras latitudes, la patria chica seguía allí como la brújula de sus sentimientos, en cualquier lugar lejano seguían vestidos de Duaca.
Ataviados con sus pinceladas de cielo azul, revestidos del bosque empeñado en sostener las aguas de nuestras quebradas; más allá los campos convertidos en cosechas abundantes granjeándonos la fama de tierra de próceres del trabajo. Una tierra fecunda, con el útero bendecido de nuevas criaturas del mismo molde.
Azarosa la empresa de empinarse sobre las dificultades hasta lograr hacer que lo imposible sea un mero trámite. Los duaqueños tienen la bendición de haber nacido acá. Un milagro en cada historia contada con el brillo natural de nuestra gente, siempre será un orgullo ser parte de este legado.