La huella de un abominable crimen: la del gobernador Aguinagalde
Carlos Guerra Brandt
Cronista audiovisual
Fue justamente el 12 de julio de 1.854 cuando a las 12 del mediodía la pequeña Ciudad de Barquisimeto se prepara para escuchar que se había cometido el abominable asesinato del Gobernador del Estado Lara el ilustre capitán del Ejército Republicano Martín María Aguinagalde.
Este destacado larense nacido en Carora en el año de 1793 se encontraba en su despacho a eso de las 11:am está en su casa que ocupó para sus funciones públicas ubicada en la hoy carrera 19 esquina de la calle 22, el primer mandatario regional estaba acompañado de su Secretario General de Gobierno el Sr. Cosme Urrutia el Jefe político de Cabudare el Dr. Agustín Agüero y tres funcionarios más en lo que ya se disponían a almorzar en ese preciso momento el portero de esta vieja casona escucha la detonación de un cohete que es lanzado en dirección a esta a lo cual da aviso de la presencia de cómo más de 25 hombres armados todos con espadas deciden penetrar este recinto e inmediatamente se produce el ataque directo al Gobernador recibiendo una puñalada mortal lo cual al ver esta terrible accion continúan estos adversarios en darles duros golpes en su humanidad dejándolo sangrando en su escritorio.
Sus cercanos funcionarios hacen frente a estos asesinos, pero la arremetida de aquel al mediodía es considerada como una de las dantescas que se conozca y más a una alta autoridad, el fatal desenlace ocurre cuando tres años atrás Martín María Aguinagalde había puesto en “ejecútese” el decreto de emancipación de los esclavos, esta sancionada por la Diputación Provincial de Barquisimeto ese decreto sirvió de base para que el propio Presidente de la República José Gregorio Monagas dictará las resoluciones que dieron trascendencia a este País.
A pesar de que Martín María Aguinagalde era militante del partido conservador, sus correligionarios no estaban contentos por aquel paso, fue el barquisimetano Don Simón Planas quien firmó en calidad de Ministro del Interior del general Monagas su contenido humanista que le impuso esta era respaldad por Aguinagalde.
Ante este hecho que conmovió a esta ciudad y al país el cadáver del Gobernador Aguinagalde era trasladado al Cementerio de San José ubicado hacia el norte de la Ciudad en donde hoy está la Casa del Maestro y del Grupo Escolar Ayacucho, en todo el cruce de la calle 26 con la avenida Venezuela, los autores materiales de este hecho vergonzoso de nuestra historia, fueron ajusticiados sin ninguna fórmula de juicio. Al General Juan Bautista Rodríguez lo fusilaron sin medida.
Los verdaderos autores del hecho no tuvieron ningún tipo de remordimiento y hasta expresaron que no les “importaba en nada lo que había sucedido”
Este acontecimiento es recordado como el hecho más violento registrado a lo cual el Sr. Nemesio López uno de los que se enfrentó ese mediodía a estos asesinos y viendo tan horrenda escena expresó : ” Han sacado una daga que se lo sepultan en cuello y prosigue ha expirado la madre de Dios. Así la hora de las traiciones cae el republicano austero el odio se encrudeció en su cadáver”
A él el recuerdo a un hombre probo y con una aquilatada presencia civilista al que en un día como hoy nuevamente la historia pasa factura al olvido.