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La Iglesia Romuliana Venezolana de 1947 y el “Papa” adeco

Luis Heraclio Medina Canelón
Abogado - Historiador

Este mes de octubre se cumplen once años de la muerte del “padre” Luis Castillo Méndez; hoy casi nadie se acuerda de él y es porque hay episodios que quienes han venido escribiendo la “historia oficial” han querido olvidar o borrar de la memoria de los venezolanos, quizás sea por vergüenza o por inconvenientes; pero es bueno recordar, porque sabiendo cómo han sido las cosas podemos tener una visión más clara del curso de los acontecimientos.


  

Uno de estos episo­dios es, sin duda, el inten­to del gob­ier­no de la Jun­ta Rev­olu­cionar­ia de Gob­ier­no de Rómu­lo Betan­court de dividir (crear un cis­ma) en la Igle­sia Católi­ca para estable­cer una religión cuasi ofi­cial, depen­di­ente del gob­ier­no rev­olu­cionario de ese entonces. Aquí la historia:

EL DECRETO 3 – 2 – 1

En 1945, lle­ga Rómu­lo Betan­court al poder en Venezuela, al frente de una Jun­ta Rev­olu­cionar­ia de Gob­ier­no, luego de un cru­en­to golpe de esta­do que causó cen­tenares de víc­ti­mas, rompi­en­do el hilo con­sti­tu­cional al der­ro­car al gob­ier­no democráti­co del pres­i­dente Isaías Med­i­na Angarita.

El gob­ier­no de Betan­court, en el cual par­tic­i­pa­ban  gran can­ti­dad de ele­men­tos marx­is­tas, ex marx­is­tas, ateos mil­i­tantes y rad­i­cal­mente anti­cler­i­cales emprende una serie de medi­das en con­tra de la edu­cación pri­va­da y reli­giosa, tratan­do de impon­er lo que se lla­ma el “esta­do docente”, que implic­a­ba la idea total­i­taria de que la edu­cación de los hijos debe ser con­tro­la­da por el esta­do, quitán­dole a los padres la posi­bil­i­dad de ele­gir el modo y for­ma de la edu­cación de los niños. 

Man­i­festa­ciones en con­tra del decre­to 3 2 1 en Valen­cia, frente al Teatro Munic­i­pal (cortesía de Reinal­do Núñez)

Con estos fines el gob­ier­no dic­ta el famoso “Decre­to 3–2‑1” que menoscaba­ba seri­amente a la edu­cación pri­va­da, may­or­mente impar­ti­da por los mejores cole­gios del país, los insti­tu­tos reli­giosos tales como aque­l­los de los sale­sianos, los her­manos lasal­lis­tas, los jesuitas, las her­manas de Lour­des, etc., que ben­e­fi­cia­ban con edu­cación de cal­i­dad a toda la población, inclu­so a las clases de menos recur­sos con plante­les o matric­u­la­dos sub­sidi­a­dos por la Igle­sia Católica. 

Escuela sale­siana “Domin­go Savio” de Valen­cia, para niños de esca­sos recursos.

Así por ejem­p­lo, en Valen­cia fun­ciona­ban la escuela “Domin­go Savio”, sosteni­da por los her­manos sale­sianos, o el Inter­na­do para niñas “Padre Alfon­so” sostenido por una orden de reli­giosas, donde se le brind­a­ba edu­cación de primera cal­i­dad a los niños de esca­sos recur­sos. Lo mis­mo ocur­ría en otros lugares del país.

El Decre­to 3–2‑1 descal­i­fi­ca­ba las notas obtenidas por los estu­di­antes de los cole­gios pri­va­dos y vio­lenta­ba el prin­ci­pio de igual­dad estable­ci­do en la con­sti­tu­ción imponien­do odiosas dis­tin­ciones entre los insti­tu­tos pri­va­dos y públi­cos y entre otras cosas establecía:

“El úni­co respon­s­able de la edu­cación en Venezuela es el estado,

que debe ori­en­tar, encauzar y vig­i­lar la enseñanza”

Esta visión de “uni­ci­dad”, clara­mente total­i­taria des­en­ca­denó la oposi­ción de los insti­tu­tos de edu­cación pri­va­da, orga­ni­za­dos en la Aso­ciación Vene­zolana de Edu­cación Católi­ca (AVEC), de las famil­ias católi­cas y de la mis­ma igle­sia. No se hicieron esper­ar las mul­ti­tu­di­nar­ias man­i­festa­ciones públi­cas de mae­stros, reli­giosos, estu­di­antes y rep­re­sen­tantes a lo largo y ancho del país que con­mo­cionaron a la sociedad y ter­mi­naron por pro­ducir la renun­cia del min­istro de edu­cación y la sus­pen­sión del decreto.

LOS ENFRENTAMIENTOS CON LA IGLESIA

Pero ya las hos­til­i­dades habían comen­za­do.  Se esta­ba insta­lan­do la Asam­blea Nacional Con­sti­tuyente que proyec­taría la nue­va Car­ta Magna.  Los rev­olu­cionar­ios pre­tenden estable­cer en la con­sti­tu­ción una serie de cam­bios de ten­den­cia atea y marx­is­toide. En la memo­ria colec­ti­va esta­ban fres­cas todavía las imá­genes de la guer­ra civ­il españo­la, final­iza­da hacía  rel­a­ti­va­mente poco tiem­po, con la que­ma de igle­sias, sem­i­nar­ios y cole­gios católi­cos, y las masacres y fusil­amien­tos en masa de var­ios miles de curas, mon­jas, sem­i­nar­is­tas y reli­giosos en gen­er­al.  Las sim­patías del par­tido gob­er­nante por los der­ro­ca­dos comu­nistas y repub­li­canos españoles es har­to cono­ci­da.  Entre las ideas ateas prop­ues­tas en la con­sti­tuyente está la de  romper con la tradi­ción inin­ter­rump­i­da exis­tente des­de 1811, en abso­lu­ta­mente todas las con­sti­tu­ciones vene­zolanas,  en la que se ini­cia invo­can­do a Dios Todopoderoso.  Otra es en el artícu­lo 53, cuan­do una vez más se ven las cos­turas totalitarias:

“El esta­do se reser­va el monop­o­lio en la formación

del mag­is­te­rio y pro­fe­so­ra­do nacionales”

La igle­sia protes­ta al con­sid­er­ar que dicho artícu­lo col­ide con el dere­cho nat­ur­al de los padres a ele­gir el tipo de edu­cación que cre­an con­ve­niente para sus hijos según su con­cien­cia y con el dere­cho a prac­ticar cualquier activi­dad líci­ta en ben­efi­cio de la comunidad.

Per­iódi­co “Lib­eración” de la ICAV

En una Car­ta Pas­toral los obis­pos señalan, con una clara ref­er­en­cia al gobierno:

“No creemos en el patri­o­tismo de los comunistas.

No creemos en el patri­o­tismo de quienes están a favor de tomar

 las armas a favor de Rusia con­tra su Patria.

No creemos en el patri­o­tismo de quienes cal­i­f­i­can de bur­gue­sas las ideas,

 para nosotros sagradas de patria, hog­ar, religión y propiedad”

Para el momen­to de acer­carse las vota­ciones para la Asam­blea Nacional Con­sti­tuyente, los obis­pos en un doc­u­men­to no piden el voto para nadie en par­tic­u­lar, pero clara­mente dicen por quién no deben votar los católicos:

“debe negarse en abso­lu­to el voto a los que propugnan

por la enseñan­za laica al mar­gen de la religión,

a quienes luchan por la supresión

de los cole­gios católi­cos en Venezuela

 y a quienes pred­i­can las per­ni­ciosas doc­tri­nas del comunismo

y del social­is­mo ateo, así como la lucha de razas”

LA NUEVA RELIGIÓN

Así las cosas, el gob­ier­no de Betan­court y los ade­cos van al con­tra-ataque.  Deci­den crear su propia religión rev­olu­cionar­ia ade­ca.  Para ello cuen­ta con todo el dinero y el poder del esta­do en sus manos. Reclu­tan para su proyec­to a dos o tres curas ade­cos y el mamotre­to lo encabezará un sin­gu­lar suje­to: Luís Fer­nan­do Castil­lo Méndez.

PERO ¿Quién ES LUIS FERNANDO CASTILLO MÉNDEZ?

Castil­lo es un joven caraque­ño obse­sion­a­do con la idea de ser cura, obis­po y has­ta Papa.  Aunque no ha ter­mi­na­do el bachiller­a­to, se inscribe primera­mente en el Sem­i­nario de San Cristóbal donde al poco tiem­po es expul­sa­do.  Luego el mitó­mano y farsante ini­cia estu­dios en el Sem­i­nario de La Div­ina Pas­to­ra de Bar­quisime­to, donde corre con igual suerte.  Via­ja a Cara­cas donde tra­ta de ingre­sar a la comu­nidad de los Padres France­ses en los Palos Grandes de donde sale rec­haz­a­do.  No obstante, viste cor­ri­en­te­mente con sotana y se iden­ti­fi­ca ante todos como sem­i­nar­ista o sac­er­dote. Su fan­tasía de ser un reli­gioso ya es algo patológi­co.  Es des­cu­bier­to en 1938 ejer­cien­do como sac­er­dote en Cara­cas y es detenido por la policía y pasa var­ios días pre­so. Se muda a Cumaná donde rein­cide, pero es des­cu­bier­to nue­va­mente. De allí pasa a Mar­gari­ta, donde se cuela entre los Padres Carmeli­tas y se emplea como docente en las insti­tu­ciones de estos reli­giosos. De allí via­ja a España, y en 1944 con doc­u­men­tos fal­sos logra que un anciano e inhab­il­i­ta­do obis­po, aque­ja­do int­elec­tual­mente por su senil­i­dad, lo ordene como sac­er­dote, orde­nación total­mente fraud­u­len­ta y sin ningún val­or. En el bar­co que lo trae de regre­so des­de España has­ta Venezuela ofi­cia varias misas.

El “mon­señor” Luis Castil­lo Mén­dez, dis­fraza­do de cura.

Cuan­do Castil­lo regre­sa a Venezuela, nue­stro país se encuen­tra con­vul­sion­a­do por lo que llam­a­ban la “rev­olu­ción de octubre” ini­ci­a­da con el golpe de esta­do del 18-10-1945.  Castil­lo lle­ga en el pre­ciso momen­to en que los rev­olu­cionar­ios se están enfrentan­do a la igle­sia católi­ca.  Es el hom­bre indi­ca­do en el momen­to jus­to.  Su gran opor­tu­nidad que no dejará pasar.

Castil­lo Mén­dez, con el apoyo del gob­ier­no, fun­da en 1947 la “Igle­sia Católi­ca Apos­tóli­ca Vene­zolana” ICAV, la cual gra­cias a los aportes económi­cos del gob­ier­no de Betan­court mon­ta algunos tem­p­los y logra ten­er has­ta su pro­pio per­iódi­co, “Lib­eración”, el cual engalana en el Nro. 1 su primera plana con una gran foto del recién elec­to pres­i­dente ade­co Rómu­lo Gal­le­gos, con el titular:

“ROMULO GALLEGOS GOBERNARÁ SIN OPOSICION,

POR ENDE, SIN LA IGLESIA ROMANA”.

 

Su primer tem­p­lo lo insta­la en el “Bar­rio 18 de Octubre” de Catia.  Des­de allí lan­za sus prop­ues­tas reli­gioso-rev­olu­cionar­ias:  Los curas se podrán casar.  Se acep­tará el divor­cio. Se elim­i­nará el latín de la litur­gia y los obis­pos se ele­girán por el voto direc­to y secre­to de los feli­gre­ses.  Prom­ete la “democ­ra­ti­zación de la Igle­sia”.  Luego se le ocur­rió exco­mul­gar al dic­ta­dor español Fran­cis­co Fran­co y tam­bién ordenó “sac­er­dotes” a var­ios hom­bres, alguno de ellos casa­do, sin que tuvier­an ni siquiera algún estu­dio en seminarios. 

Pero Castil­lo incurre en dos errores que ni siquiera las autori­dades pueden pasar por alto: Se viste e iden­ti­fi­ca como cura católi­co violan­do la ley de Patrona­to Ecle­siás­ti­co, ya que no es cura y no puede vestir hábitos reli­giosos y pide dinero en sus “misas” que no lo son, lo que oca­siona que sea arresta­do por unos días. Luego vuelve a la lib­er­tad y es ampara­do por un diputa­do afec­to al gob­ier­no. Más tarde para evi­tar prob­le­mas legales mod­i­fi­ca sus sotanas y hábitos para que no sean copia exac­ta de las que usan los católi­cos y con sus nuevos “dis­fraces” no tiene prob­le­mas legales, aunque cualquier ciu­dadano que no sea exper­to en ropas reli­giosas difí­cil­mente puede difer­en­cia­r­lo de los sac­er­dotes católi­cos: cam­bia el col­or mora­do por el vinot­in­to y el dora­do por el amar­il­lo y en la sotana donde van diez botones, pone ocho. Así con sus nuevos dis­fraces no le podrán decir que viste igual que los curas.

Castil­lo Mén­dez el día de su detencion

Des­de su impre­so ata­ca fer­oz­mente a la Igle­sia católi­ca apos­tóli­ca romana orig­i­nal, y par­tic­u­lar­mente a sus obis­pos y a los per­iódi­cos católi­cos como “La Religión”, “El Diario Católi­co”, “La Colum­na”, El “Vig­i­lante” y “La Razón”.   La pren­sa dom­i­na­da en ese entonces por comu­nistas y ade­cos tal como “Ulti­mas Noti­cias” y “El Nacional” se hacen eco de los ataques del per­iódi­co de Castillo.

Con los bol­sil­los de la sotana llenos de bil­letes prove­nientes del erario públi­co recorre todo el país bus­can­do reclu­tar curas y feli­gre­ses, pero ape­nas con­ser­va a sus tres acól­i­tos ini­ciales, uno de los cuales (el sac­er­dote Luis Ramón Vives) sale elec­to diputa­do en las plan­chas de AD. Otro es el capel­lán del ejérci­to el padre Fran­cis­co José Verde.

Tam­bién via­ja al extran­jero donde se dice ser el rep­re­sen­tante de los católi­cos vene­zolanos.  En Esta­dos Unidos, Brasil y algunos país­es de Europa sostiene reuniones con rep­re­sen­tantes de gru­pos cis­máti­cos y otras sec­tas.  En Brasil estrecha rela­ciones con Car­los Duarte Cos­ta, un “obis­po” de una religión brasileña, exco­mul­ga­do por la Igle­sia Católica.

Pero en defin­i­ti­va, poca es la recep­tivi­dad que logra en los fieles vene­zolanos, que sólo acep­tan a sus autori­dades católi­cas, apos­tóli­cas romanas, sal­vo pocas excepciones.

 El 8 de mar­zo de 1947, Castil­lo Mén­dez y los otros tres fun­dadores de la igle­sia inde­pen­di­ente vene­zolana fueron exco­mul­ga­dos for­mal­mente de la Igle­sia Católi­ca Romana. Entre otras fal­tas han incur­ri­do en sac­ri­le­gio, al realizar actos como la misa sin ser ver­dadero sac­er­dote, uti­lizar ves­ti­men­tas sim­u­lan­do ser obis­po, y vio­lar todas las nor­mas de la Igle­sia Católica.

Así lle­ga el 24 de noviem­bre de 1948 y un golpe de esta­do impeca­ble y sin el der­ra­mamien­to de una sola gota de san­gre depone al gob­ier­no ade­co, de Rómu­lo Gal­le­gos.  A Castil­lo Mén­dez se le aca­ba la pla­ta, el per­iódi­co y el apoyo a su armatoste ecle­sial que se viene aba­jo. No le que­da más reme­dio que irse de Venezuela, ante el temor de quedar en la mira de la Seguri­dad Nacional.

EL PRIMER “PAPA” ADECO.

Castil­lo huye primera­mente a Panamá, donde tra­ta de insta­lar nue­va­mente su “igle­sia”, pero se ve envuel­to en var­ios escán­da­los. Se pre­sen­ta como “arzo­bis­po de Cara­cas en el exilio” y se ve involu­cra­do en un caso de estafa. Luego tra­ta de invadir una igle­sia católi­ca en una pequeña ciu­dad lla­ma­da Alcalde­di­az, para insta­larse allí y es denun­ci­a­do y expul­sa­do por los feligreses.

De Panamá escapa a Brasil.  Allí está uno de sus inspi­radores, un obis­po expul­sa­do de la igle­sia católi­ca que ha mon­ta­do su tien­da aparte, denom­i­na­da “Igle­sia Católi­ca Apos­tóli­ca Brasileña”.  Se tra­ta de una pequeña sec­ta den­tro del país con más católi­cos de todo el mun­do; mien­tras la ICAB tiene 38 dióce­sis, la Igle­sia Católi­ca Apos­tóli­ca Romana tiene más de cien mil.  Es Car­los Duarte Cos­ta, quien lo había des­ig­na­do como “obis­po” seis meses antes del golpe que desa­lo­jó a los ade­cos del poder.  En Brasil Duarte lo nom­bra obis­po de su igle­sia en Minas Gerais. Luego en Río de Janeiro y después en 1960 en la nue­va cap­i­tal de Brasil­ia, cuan­do decide adop­tar la ciu­dadanía brasileña. Des­de Brasil via­ja por diver­sas partes del mun­do estrechan­do rela­ciones con otras igle­sias o sec­tas de curas expul­sa­dos, y con­sigue nom­bramien­tos y jer­ar­quías con las que final­mente sat­is­face sus deseos.  En Brasil, al morir Duarte Cos­ta se con­vierte en cabeza de la lla­ma­da “Igle­sia Católi­ca Apos­tóli­ca Brasileña” y se auto impone el títu­lo de “Patri­ar­ca” (equiv­a­lente a Papa) que ni siquiera sus ante­cesores brasileños osaron lle­var.  Tam­bién fue el jefe nom­i­nal de Igre­jas Catoli­cas Apos­toli­cas Nacionales (ICAN) y la “Comu­nion Mundi­al de Igle­sias Católi­cas Nacionales” (WCCAC), que fueron inten­tos de for­mar una aso­ciación inter­na­cional de minús­cu­las igle­sias  católi­cas independientes.

Murió hace exac­ta­mente once años, en octubre de 2009.

EPILOGO I: OTRA PLATICA POR AMOR A DIOS

En 1975, ya Castil­lo Mén­dez es un anciano y vive en Brasil.  En Venezuela está en el poder nue­va­mente Acción Democráti­ca con Car­los Andrés Pérez como pres­i­dente.  Es la época del boom petrolero, de la “Democ­ra­cia con Energía” según algunos, y el “Rela­jo con energía” según otros. Hay dinero para repar­tir a dies­tra y sinies­tra.  El anciano obis­po se dirige des­de Brasil a la direc­ción de cul­tos del Min­is­te­rio de Jus­ti­cia.  En ese tiem­po el min­istro es Arman­do Sánchez Bueno y le pide una pen­sión, recordán­dole al min­istro los buenos viejos tiem­pos y sus ser­vi­cios al “par­tido del pueblo”.  En esa época el min­is­te­rio de jus­ti­cia disponía de una asi­gnación a cada legí­ti­mo obis­po vene­zolano de dos mil bolí­vares men­su­ales. El com­pañero min­istro dispone asig­nar una pen­sión a Castil­lo Mén­dez de un mil dólares (US $ 1.0000,oo) men­su­ales. Nada malo.  Más del doble de lo que se le asigna­ba a cualquier ver­dadero obis­po vene­zolano.  Así son las cosas, como diría Oscar Yanes.

EPILOGO II

La his­to­ria suele repe­tirse.  En 2008 el gob­ier­no rev­olu­cionario de ese entonces, se enfrenta­ba a la Igle­sia Católi­ca y ata­ca­ba a la enseñan­za pri­va­da.  Nue­va­mente el total­i­taris­mo hacía pres­en­cia en Venezuela.  Logran seducir a un cura católi­co y a dos pas­tores luter­a­nos para que al amparo del “social­is­mo del siglo XXI” con­sti­tuyan la “Igle­sia Católi­ca Vene­zolana Refor­ma­da”, la cual es pre­sen­ta­da con bom­bos y platil­los y tiene cober­tu­ra en los medios de comu­ni­cación ofi­ciales.  Pasan unos añi­tos.  Muere el “coman­dante supre­mo de la rev­olu­ción” y se dis­uelve en el olvi­do la “católi­ca refor­ma­da” y sus tres curas rojos.  Mien­tras tan­to, la Igle­sia Católi­ca ya pasa de su segun­do milenio. 

 

Nue­stro agradec­imien­to al Prof. Pedro Itria­go Came­jo por la colab­o­ración presta­da para este artículo.

 

FUENTES

Bazo Canelón, Abelar­do. “Los Obis­pos Vene­zolanos y el Social­is­mo en el Trienio Ade­co” en REVISTA “EL DESAFIO DE LA HISTORIA” Nro. 35. Año 5

Yanes, Oscar. “Amores de Ulti­ma Pági­na”.  Edit. Plan­e­ta. 8va. Ed. Colom­bia. 1997

Yépez Castil­lo Aureo. “La Uni­ver­si­dad Católi­ca Andrés Bel­lo en el Mar­co Históri­co Educa­ti­vo de los Jesuitas en Venezuela”. Uni­ver­si­dad Católi­ca Andrés Bel­lo. Cara­cas. 1994

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