Las amenazas latentes sobre la región del Parque Terepaima

José Luis Sotillo
Cronista de la parroquia Agua Viva
aguavivajose@hotmail.com
@aguavivajose

Tere­paima arribó el pasa­do 14 de abril a un aniver­sario más de su con­sumación como una amplia región nat­ur­al y geográ­fi­ca que hospe­da un sin­fín de especies y recur­sos hídri­cos que ali­men­tan y abaste­cen de agua a las pobla­ciones que lim­i­tan alrede­dor de este Par­que Nacional.

Pero si bien es cier­to, que sum­in­is­tra tan esen­cial riqueza, hoy se vis­lum­bra un panora­ma nada favor­able para el sosten­imien­to del con­jun­to de ele­men­tos que con­ver­gen sobre su extensión.

Pese a los esfuer­zos ais­la­dos, todavía no se han desar­rol­la­do de for­ma per­ma­nente pro­gra­mas masi­fi­ca­dos que per­mi­tan aler­tar el emi­nente sig­no de agre­sión que reposan sobre esta zona; pro­duc­to de la inter­ven­ción sosteni­da del hom­bre sobre sus bosques, y de allí que se pon­gan en situación críti­ca una serie de vari­ables nece­sarias para la super­viven­cia del hom­bre en el planeta.

Al respec­to en el informe denom­i­na­do: “El Par­que Nacional Tere­paima Fun­da­men­to de su Creación”; elab­o­ra­do por el inge­niero fore­stal Miyel Rodríguez y el fal­l­e­ci­do PhD. Robert Smith, realza la con­tribu­ción teóri­ca con el cual fue con­ce­bido; ya que su orig­i­nal inten­ción era evi­tar y detener: 

“La gran pér­di­da de especies de ani­males y plan­tas sil­vestres, la dis­min­u­ción y desapari­ción de cor­ri­entes de agua y la degradación de los sue­los es debido en gran parte, a la acción direc­ta del hom­bre actu­al y de la mod­i­fi­cación del habitad como resul­ta­do de activi­dades tales como el cul­ti­vo, explota­ciones mader­eras, cac­ería indis­crim­i­na­da, la expan­sión de los cen­tros urbanos, el pas­toreo exce­si­vo, las inun­da­ciones provo­cadas, y el mane­jo no racional de la tier­ra con el empleo del fuego. A medi­da que el hom­bre ha ido ocu­pan­do y mod­i­f­i­can­do una por­ción may­or de la super­fi­cie ter­restre ha desa­lo­ja­do y con­tinúa desa­lo­jan­do de ella un gran número de ani­males y plan­tas de habitad exten­sos y frágil.”

En otro pár­rafo, los men­ciona­dos men­tores de este sis­tema de áreas pro­te­gi­das ale­gan que:

 “…… de preser­var los ejem­plares de la nat­u­raleza en su for­ma más gen­uina, es medi­ante la apli­cación de Io inher­ente a la expre­sión de Par­ques Nacionales áreas equiv­a­lentes, ade­cuadas para el caso.”

Con la creación de los par­ques nacionales deben servir tam­bién en gran parte, la ele­vación de una con­cien­cia del públi­co al respec­to, no solo en el goce y dis­frute; sino tam­bién en su con­tribu­ción en el enten­der de poder desar­rol­lar una con­cien­cia con­ser­va­cionista en el con­jun­to de ele­men­tos que con­fluyen en los mismos. 

Sobre Tere­paima aler­tan los con­no­ta­dos académi­cos en el resumen de sus párrafos:

“La belleza nat­ur­al de Tere­paima, sus exten­sos bosques y vari­a­da fau­na, jus­ti­ficó su inclusión en el sis­tema de Par­ques Nacionales. Durante años ha exis­ti­do una cam­paña acti­va a favor de la preser­vación de este empo­rio de orquídeas y fuente de agua, antes, de que su dete­ri­oro sea irreversible…”

En con­clusión, si no se toman las medi­das más acer­tadas y ajus­tadas a la actu­al leg­is­lación ambi­en­tal, estaríamos ponien­do en peli­gro el futuro de esta área vul­ner­a­ble, hoy en día ame­naza­da por la incon­scien­cia de unos, que vienen ata­can­do sus límites con el agra­vante de lucrarse para cuen­ta de sus intere­ses per­son­ales. Todo esto, en una zona donde el uso pri­or­i­tario debe ser abastec­imien­to de aguas para los prin­ci­pales cen­tros urbanos circundantes.