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Las Mercedes, el viejo oratorio de la Hacienda Tarabana

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
TW / IG @LuisPerozoPadua

CON LOS DESTELLOS del sol sobre la capil­la, los veci­nos de las Sabanas de Tara­bana y algunos alle­ga­dos de otras lat­i­tudes esper­an impa­cientes. Escuchan lejanos cas­cos de bes­tias de sil­la. Al poco, en medio del tan famoso y polvorien­to camino, apare­cen final­mente dos fig­uras. Eran el cura del tem­p­lo San Juan Bautista de Cabu­dare, segui­do de su monaguillo.

Aque­l­la mañana por sug­eren­cias suyas, el repi­que­teo de las cam­panas del ora­to­rio debía ser rápi­do, enér­gi­co y ale­gre, pues era domin­go 24 de sep­tiem­bre de 1922, día de la fes­tivi­dad de la Vir­gen de Las Mer­cedes, que des­de los albores del siglo XVII fue nom­bra­da en Venezuela como la patrona del cacao, de allí su cul­to y ven­eración en pre­dios del Valle de Barquisimeto.

Las Mer­cedes, el antiguo ora­to­rio-capil­la, que según úni­co doc­u­men­to ras­trea­do –has­ta el momento‑, con­tabi­liza 134 años de edi­fi­ca­do (para el 2021), desem­peñó una fun­ción de primer orden en las Sabanas de Tara­bana, del Can­tón Cabu­dare de aque­l­la Venezuela rur­al de finales del pasa­do siglo. Con asien­to en la Hacien­da Tara­bana, juris­dic­ción del hoy munici­pio Palave­ci­no del esta­do Lara, aun sobre­vive a los rig­ores del tiem­po y al des­pre­cio de los gob­ier­nos de turno.

Su his­to­ria se remon­ta a finales del siglo XIX, propi­a­mente a 1887, dato ras­trea­do por la his­to­ri­ado­ra Yolan­da Aris, cro­nista de Palave­ci­no, en una nota peri­odís­ti­ca de La Rein­te­gración Lib­er­al, del 19 de agos­to de 1887, ejem­plar número 15, en donde se lee que don Felipe Cruz Ponte, lev­an­tó la capil­la en la Hacien­da Tara­bana, feliz ini­cia­ti­va eje­cu­ta­da como com­pro­miso con El Altísi­mo, los jor­naleros de las hacien­das de cacao y cañame­lar del Valle del río Tur­bio, que disponían de la firme empre­sa de recon­stru­ir una der­rui­da choza de bar­ro y techo de cañabra­va que servía de oratorio.

Otro dato rev­e­lador es el pub­li­ca­do en el per­iódi­co El Ate­neo de Bar­quisime­to, del 24 de sep­tiem­bre de 1881, mar­ca­do con el Número 64, cuyo tex­to asien­ta: «Ple­garia a Nues­tra Seño­ra de las Mer­cedes en Cabu­dare (fies­ta anu­al que le ded­i­can sus cofrades)», más no especi­fi­ca si las fies­tas se realizarán en la capil­la o en los espa­cios de la Hacien­da Tarabana.

Existía una antigua capilla

Pese a no poseer reg­istros de la fecha de cuan­do la capil­la comen­zó a fun­cionar bajo la advo­cación de la Vir­gen de Las Mer­cedes, las pesquisas del antiguo doc­u­men­to de com­pra de la Hacien­da Tara­bana, demues­tra que la pos­esión disponía de un lugar sagra­do, pues para 1920, “el fun­do” antes denom­i­na­do Tara­bana, era cono­ci­do como Las Mer­cedes, en hom­e­na­je a la capil­la que honra­ba a la Madre de Jesús.

Juan Bautista Piñero Higuera, nat­ur­al de San­ta Ana de Coro (bis­abue­lo de los her­manos Yepes Gil, que luego serán los propi­etar­ios de la hacien­da en cuestión) suscribe doc­u­men­to: “En la ciu­dad de Bar­quisime­to, a los veinte y un días del mes de mayo de mil ochocien­tos veinte y dos años, ante mí el escrib­ano públi­co y tes­ti­go […] la ciu­dadana Rosa de Alvara­do, viu­da y albacea tes­ta­men­taria del ciu­dadano Juan Galín­dez, a la que doy fe conoz­co, que es veci­na y may­or de veinte y cin­co años: que traspasa en el ciu­dadano Juan Bautista Piñero […] una pos­esión com­pues­ta de diez y seis fane­gadas de tier­ra de labor, en las que están fun­da­dos doce mil árboles de cacao, con regadío pro­pio de el agua viva, con una casona y un lugar de oración, en el sitio que lla­man de Tara­bana, cuyo nom­bre tam­bién viene de dicha posesión…”

La tradi­ción de la Hacien­da Tara­bana data del 14 de octubre de 1791, cuan­do según escrit­u­ra, Juan Galín­dez y Anzo­la, esposo de Rosa de Alvara­do, com­pró veinte y una fane­gadas de tier­ras de labor por la can­ti­dad de “siete mil quinien­tos pesos” al Regi­dor Don San­ti­a­go Vil­la­lon­ga, cuyos lin­deros se describen así: “La hacien­da Tara­bana lin­da con el Naciente con el Camino Real que viene de los Llanos, y tier­ras de los herederos de Don Anto­nio Pino”.

El ora­to­rio fue lev­an­ta­do lin­dante al camino car­retero que, en tiem­pos de la Guer­ra de Inde­pen­den­cia, comu­ni­ca­ba a Bar­quisime­to con Cabu­dare, y a su vez con los llanos, en el exac­to lugar donde se reor­ga­ni­zaron las tropas de Simón Bolí­var, Rafael Urdane­ta y Cristóbal Palave­ci­no, para par­tir al encuen­tro vio­len­to de la Batal­la de Tier­ri­tas Blan­cas, con­tra las tropas real­is­tas del brigadier José de Cebal­los, aquel funesto 10 de noviem­bre de 1813.

 

Inciso: Hoy la capil­la Las Mer­cedes, desa­parece en el inmere­ci­do olvi­do guber­na­men­tal. Exhibe abru­mado­ra desidia a pesar de estar recono­ci­da por el Insti­tu­to del Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al Vene­zolano, IPC, que declaró, entre otras cosas, esta bien­hechuría como Bienes de Interés Cul­tur­al, según Res­olu­ción N 003–05 de fecha 20 de febrero de 2005, quedan­do someti­das a las dis­posi­ciones con­tem­pladas en la Car­ta Magna, la Ley de Pro­tec­ción y Defen­sa del Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al e Históri­co y su Reglamen­to. En la grá­fi­ca de LAPP, se apre­cia el mar­ca­do mal­tra­to de su fron­tispi­cio, el cual sobre­vive parcialmente

De ances­tral tradición

Serán Mar­i­ano, Cruz María, José Anto­nio, Domin­go Anto­nio y Daniel Yepes Gil, los bis­ni­etos de Juan Bautista Piñero, quienes pros­eguirán la tradi­ción ini­ci­a­da por la famil­ia Ponte, cuan­do cada 24 de sep­tiem­bre, luego de la Eucaristía que impartía el sac­er­dote de Cabu­dare, des­de la her­mosa capil­la que cobi­ja el Cen­tral Tara­bana, por cos­tum­bre ances­tral, orga­ni­z­a­ban la fes­tivi­dad reli­giosa para com­par­tir con los tra­ba­jadores del inge­nio y agrade­cer a la Vir­gen el éxi­to de la zafra.

Luego del sarao, saca­ban la sagra­da figu­ra en pro­ce­sión, ‑con velas, mecheros y lám­paras de kerosén en mano‑, por los caseríos Tara­bana y El Peñus­co has­ta el sitio de La Mon­tañi­ta o Bosque de Agua Viva, entre cán­ti­cos mar­i­anos y rog­a­ti­vas para revivir las aguas. Durante las paradas real­iz­a­ban el respec­ti­vo velo­rio y pos­te­ri­or tamu­nangue, fies­tas que se pro­longa­ba por tres días. 

Con el paso de los años, las pro­ce­siones se hicieron tan atrac­ti­vas, que comen­zaron a lle­gar devo­tos de Bar­quisime­to, Cabu­dare, Agua Viva, La Piedad, Los Ras­tro­jos, El Plac­er, El May­al, Sarare, La Miel y Yaritagua, “y has­ta de Curarigua y El Tocuyo, acud­ían los golper­os”, tradi­ción que se man­tu­vo has­ta 1992, cuan­do fue mer­man­do como con­se­cuen­cia de la con­struc­ción de la aveni­da Her­mano Nec­tario María, señal­a­da como La Ribereña, vía que par­tió en dos los espa­cios de la Sabana de Tarabana.

La her­mosa capil­la de impeca­ble tonal­i­dad blan­queci­na, con pare­des de adobonci­tos per­fec­ta­mente frisa­dos, techo de cañabra­va y tejas enro­je­ci­das, con un gran ven­tanal y un por­tal prin­ci­pal de dos hojas, res­guard­a­ba en su nicho de cristal enclava­do en el altar may­or, la cán­di­da y enterneci­da figu­ra de la Sagra­da Vir­gen de Las Mer­cedes, celosa­mente con­ser­va­da por gen­era­ciones de campesinos creyentes de la Madre de Jesús.

Igual­mente se realizaron impor­tantes cel­e­bra­ciones eucarís­ti­cas en este recin­to reli­gioso, fig­u­ran­do la boda de don Jesús Briceño Eck­er ´Chu­cho´ con Elia Yepes-Gil Oropeza, el 15 de diciem­bre de 1945. (Hija de don Mar­i­ano Yepes Gil y Guiller­mi­na Oropeza), socio propi­etario del Cen­tral Tara­bana, inge­nio con­stru­i­do bajo la pro­tec­ción de la Vir­gen de Las Mer­cedes y su ances­tral capilla-oratorio.

José Anto­nio, Mar­i­ano, Cruz María, Daniel y Domin­go Anto­nio Yepes Gil

Breve genealogía

Juan Bautista Piñero Higuera, nat­ur­al de San­ta Ana de Coro, casa­do en primeras nup­cias con Domin­ga Galín­dez, naci­da en El Tocuyo, en 1817 y fal­l­e­ci­da en 1837. Tuvieron 13 hijos, 7 varones y seis hem­bras, entre ellas:

Abi­gail Piñero Galín­dez, con reg­istro de nacimien­to en El Tocuyo, casa­da, con Pací­fi­co Yepes Arangú, igual­mente naci­do en El Tocuyo. Casaron el 30 de abril de 1849. Pro­cre­aron 14 hijos, sien­do el últi­mo Juan Bautista Yepes Piñero, quien nació en El Tocuyo, el 27 de febrero de 1856.

Juan Bautista Yepes Piñero con­tra­jo mat­ri­mo­nio el 20 de enero de 1881, en El Tocuyo; con Jose­fa Anto­nia Gil For­toul, naci­da el 14 de febrero de 1863, en El Tocuyo. Hija del Doc­tor y gen­er­al José Espir­i­tu­san­to Gil Gar­cía (cono­ci­do en la lit­er­atu­ra históri­ca como el Pelón Gil) y doña Ade­lai­da For­toul Obregón.

Entre la unión de Juan Bautista Yepes Piñero y Jose­fa Anto­nia Gil For­toul, nacieron:

  1. Juan Bautista Yepes Gil, en El Tocuyo, 29 de enero de 1882.
  2. José Anto­nio Yepes Gil, Hacien­da Vira-Vira, Hato Arri­ba, el 14 de mar­zo de 1883.
  3. Abi­gail Yepes Gil, en Hato Arri­ba, Bar­ba­coas, el 4 de octubre de 1884.
  4. Mar­i­ano Yepes Gil, en El Tocuyo, el 8 de mayo de 1886.
  5. María Ade­lai­da de las Mer­cedes Yepes Gil, Hacien­da Vira-Vira, Bar­ba­coas, el 14 de diciem­bre de 1887
  6. Cruz María Yepes Gil, en Bar­ba­coas el 25 de sep­tiem­bre de 1890
  7. Domin­go Anto­nio Yepes Gil, en Bar­ba­coas el 4 de agos­to de 1892
  8. Manuel María Yepes Gil; en El Tocuyo el 20 de octubre de 1894
  9. Daniel Yepes Gil en El Tocuyo el 4 de junio de 1896, (abue­lo mater­no del autor de esta crónica)
  10. María Jose­fa Yepes Gil, en El Tocuyo, el 13 de abril de 1898
  11. Lisan­dro Yepes Gil, en El Tocuyo el 17 de mayo de 1900
  12. Ade­lai­da Yepes Gil, en Bar­quisime­to en 1901
  13. Car­los Yepes Gil, en El Tocuyo, el 8 de diciem­bre de 1903


Cen­tral Tara­bana. Cir­ca 1940

 

 

Fuente:
Tara­bana. José Anto­nio Yepes Azpar­ren. Alcaldía de Irib­ar­ren y Fon­do Edi­to­r­i­al Río Ceni­zo. Bar­quisime­to 2003
His­to­r­i­al Genealógi­co de Famil­ias Caroreñas. Ambro­sio Per­era, Tomo I. Segun­da Edi­ción. Grá­fi­ca Amer­i­cana, C.A, Cara­cas 1967

Tara­bana, con­tem­plación Mar­i­ana por la Vir­gen de Las Mer­cedes. José Luis Sotil­lo, cro­nista de Agua Viva. 26 de sep­tiem­bre de 2018. CorreodeLara.com
Diario La Rein­te­gración Lib­er­al Número 15 del 19 de agos­to de 1887. Edi­ta­do por Telas­co MacPherson

CorreodeLara

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