Mercedes Párraga, una heroína olvidada
Luis Heraclio Medina Canelón
M.C. de la Academia de Historia del Estado Carabobo
Tenemos tiempo tratando de rescatar de la memoria del colectivo a tantos personajes que tuvieron un papel estelar en la guerra de independencia, pero que han sido olvidados por la crónica tradicional que siempre repite al mismo grupito de personajes ignorando a muchos que merecen ser recordados.
Nos hemos ocupado, entre otros, de varias mujeres que en Carabobo se lucieron en esos tiempos, tales como Angela Lamas, Josefa “Chepita” Zavaleta, Teresa Heredia y Rita Quiteria. Hoy trataremos sobre Mercedes Párraga Hidalgo, una valenciana a quien el Libertador le reconoce los sacrificios de su familia en varias de las correspondencias que constan en su archivo. Sostienen que es la mujer a la que Bolívar llamó “La Heroína de Venezuela”.
Los Párraga eran de las principales familias de Valencia, blancos criollos con haciendas en Guacara y una de las mejores casas de la ciudad. Su madre era la señora María Jesús Hidalgo. Los hijos de la familia eran Rosa Francisco; Jacinta Gertrudis Josefa y Mercedes Josefa Ramona, o sencillamente Mercedes.
Su padre, Fernando Párraga, era Teniente de Justicia Mayor de Guacara y había tomado partido por la causa de la insurgencia. Para añadidura, Don Fernando era compadre del Marqués del Toro, prócer de la independencia, ya que éste era el padrino de Mercedes. A su vez, los Toro son la familia de la difunta esposa de Bolívar, María Teresa.
En los tiempos de la guerra a muerte Don Fernando fue un severo agente de la represión contra los monárquicos, lo que le granjeó el odio de los realistas lo que más tarde le costaría la vida.
Cuando Bolívar inicia lo que su invasión desde la Nueva Granada, con un puñado de venezolanos y neogranadinos trae a varios de los más valerosos granadinos que se distinguieron en la que se llamó la “Campaña Admirable”.
Allí vienen Girardot, Ricaurte, D’Eluyar Joaquín Paris, Francisco de Paula Velez y otros 150 valientes bajo las órdenes de José Félix Ribas. En el grupo viene un jovencito de 17 años: José María Ortega Nariño, quien es sobrino del precursor de la independencia neogranadina Antonio Nariño. El muchacho ya es conocido por su arrojo y valor y a tan corta edad ya tiene la jerarquía de capitán, ganada en combate.
Tienen su primer combate en tierras venezolanas y su primera victoria en Niquitao. Luego, en la vanguardia de las tropas insurgentes vuelven a vencer en Los Horcones.
Seguidamente Ribas recibe ordenes de dirigirse a Valencia para enfrentar a Monteverde, que es derrotado en Taguanes el 30 de julio.
De allí al joven capitán Ortega Nariño, segundo de D’Eluyar, le toca asediar Puerto Cabello, donde se había refugiado Monteverde, pero el asedio resulta infructuoso por lo que se retiran a Valencia a mediados de septiembre.
Seguramente es en ese paréntesis cuando oficial conoce a una linda joven, de su misma edad. Es la niña Mercedes, la hija de Don Fernando, la autoridad de la vecina Guacara.
El amor debió ser cosa instantánea. Pero la guerra no se detenía. Al poco tiempo de levantado el asedio salen de Puerto Cabello las tropas realistas comandadas por Monteverde y Salomón. De Valencia salen a su encuentro y nuevamente el batallón granadino con D’Eluyar, Girardot y el joven enamorado de Mercedes derrotan a los realistas.
Ya Ortega ha combatido en cinco batallas en Venezuela y el Libertador lo asciende a Teniente-coronel y nuevamente lo envía como segundo jefe a sitiar Puerto Cabello.
El 22 de octubre Bolívar llama al joven oficial a Valencia. Se ha creado la “Estrella de los Libertadores” y siete héroes recibirán por primera vez la condecoración en la casa de uno de los principales civiles patriotas, el señor Fernando Párraga. Entre los condecorados están: el propio Bolívar, Urdaneta, Ribas, D’Eluyar y el joven Ortega.
Quien tiene el honor de prender del pecho de los guerreros es la hija del dueño de la casa, la niña: Mercedes. Viene noviembre y Bolívar se encuentra con Ortega y lo felicita por su empeño en el sitio de Puerto Cabello.
El muchacho no pierde oportunidad y le pide autorización al Libertador para contraer matrimonio con la hija de Don Fernando Párraga. El Libertador acepta con la condición de ser él quien lleve a Mercedes al altar. Los prometidos apenas tienen 17 años.
El 23 de noviembre los realistas salen nuevamente de Puerto Cabello y avanzan hacia Valencia desde Vigirima. Se pelea duro por dos días en la batalla más larga de toda la guerra de independencia. Uno de los comandantes patriotas, el coronel Villapol se desbarranca por un precipicio. Bolívar ordena a José María tome el lugar de Villapol y le dice:
-Ortega, escriba a su novia y le dice que si de esto salemos vivos usted recibirá su mano el 28 de noviembre.
Al tercer día de combate los republicanos victoriosos tomaban las cerranías de Vigirima y los realistas volvían a refugiarse en el puerto.
El 28 en la noche se celebra suntuosamente el matrimonio. Bolívar es el padrino y el arzobispo de Caracas preside la ceremonia en la Iglesia Matriz de Valencia.
Luego viene un suntuoso baile, pero a las dos de la madrugada El Libertador ordena suspender la fiesta y que todos los militares vayan a sus puestos de combate. Los recién desposados se despiden y José María va a su trinchera en Puerto Cabello.
Pero la tragedia se cierne sobre la joven república. El terrible José Tomás Bóves destruye al ejército insurgente en La Puerta y avanza sobre Valencia. Ortega que había ido a la ciudad pasa a ser el segundo de la exigua tropa de Escalona que defiende la ciudad.
Bóves con tres mil de los suyos rodean la ciudad y comienza el asalto. Ortega carga en contra de los sitiadores y recibe dos graves heridas: un balazo que le destroza un brazo y otro tiro en el pecho que casi lo mata. Es arrastrado por sus compañeros y llevado al hospital de sangre en la retaguardia.
Luego de 22 días de asedio los valencianos se han quedado sin agua ni comida. Son sólo noventa hombres útiles. Les quedan apenas 200 tiros de fusil y seis balas de cañón. Caracas ya ha caído y no hay posibilidades de recibir apoyo alguno.
Escalona acepta la capitulación ofrecida por Bóves, quien jura respetar la vida de quienes se han rendido en plena misa en el templo mayor. Pero Bóves no sabe de respetos y asesina a una enorme cantidad de los habitantes de la ciudad, tanto civiles como militares. Dos de los asesinados es Don Fernando Párraga, el padre de Mercedes.
Pero entre las fuerzas realistas no todo es armonía. Cajigal, el capitán general de Venezuela, y quien no aprueba los desmanes de Bóves, a quien odia y considera un peligroso rival, escucha la petición de la joven esposa desesperada que pide clemencia para su marido herido en prisión.
Cajigal ordena a su secretario, el capitán Yaguno saque a Ortega del hospital antes de que sea pasado por las armas. Subrepticiamente sacan a Ortega y la pareja de esposos huyen de la ciudad y van a esconderse en un rancho en las montañas cercanas a Patanemo.
Allí donde permanecieron varios meses escondidos mientras convalecía José María, viviendo de lo poco que Mercedes podía cosechar. Pero en 1815 son descubiertos y Ortega es capturado por las fuerzas realistas, ahora bajo el mando de Pablo Morillo.
A José María no lo fusilan pero lo castigan obligándolo a ser un recluta de las tropas del rey, donde permanece año y medio. Luego ayudado por tres oficiales españoles Ortega y Mercedes pueden escapar y llegan a Bogotá en Julio de 1817, donde permanecieron ocultos hasta 1819.
El aprecio de Bolívar por Mercedes y su familia se evidencia de varios documentos que constan en el Archivo del Libertador. En carta a Soublette en octubre de 1821 Bolívar le ordena que con su dinero auxilie a los Párraga:
“… he llegado aquí y he encontrado en la mayor aflicción a la mujer de Ortega, a causa de la pena que le da el estado lamentable en que se encuentra su familia en Guacara. Ortega va para Santa Marta …, y de ahí puede socorrer a aquella familia con lo que pueda, pero no tiene medios para llevarla a su costa. Yo le he ofrecido a Mercedes que Vd. le proporcionará un pasaje a esa familia desgraciada, entendiéndose con Pancho Toro, su primo, para su trasporte hasta La Guaira. Cualesquiera gasto que haya que hacer para esto, pídaselo Vd. a Anacleto, o si no, a mi arrendatario de San Mateo, que con esta carta puede servir de orden. Espero que Vd. tenga la bondad de sacrificar una parte de su precioso tiempo en favor de esta buena familia, y que el padre ha perecido por su heroico patriotismo, y cuya miseria es tanto más dura, cuanto menos acostumbrada estaba a ella; además, yo la amo muy cordialmente.”
Más adelante, en 1826, Bolívar ordena tomar de su sueldo una pensión para socorrer a las hermanas de Mercedes que luego de la guerra habían quedado en la total miseria:
Cuartel general en Bogotá, a 20 de noviembre de 1826.
Al señor Secretario de Estado del Despacho de Hacienda [José María del Castillo].
Señor Secretario: Deseando aliviar en cuanto me sea posible la desgraciada suerte de las señoritas Rosa, Gertrudis y Hacinta Párraga, he creído de mi deber asignarles una pensión de ochenta pesos mensual sobre mi sueldo, que espero se servirá V. S. mandarles abonar.
Soy de V. S. atento servidor.
BOLÍVAR.
Mercedes, cuyo nombre completo era Mercedes Josefa Ignacia Nepomucena murió accidentalmente a los 32 años, el 28 de mayo de 1828
Fuentes: Archivo del Libertador
Apuntes autobiográficos del General José María Ortega y Nariño. Revista del Colegio del Rosario, Colombia s/n
Leonidas Scarpetta y Saturno Vergara. “Diccionario Biográfico de los Campeones de la Libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Perú. Bogotá. 1879