Presencia del comandante Argimiro Gabaldón en Las Cuibas
José Luis Sotillo J.
Cronista Parroquial de Agua Viva-Palavecino
aguavivajose@hotmail.com
Hace ya algún tiempo, investigando sobre los quehaceres que nos ocupa el oficio por examinar los hábitos y vivencias de un pueblo, nos topamos con un enriquecedor relato sobre la presencia legendaria del comandante Argimiro Gabaldón por estos parajes de la serranía del Terepaima.
Las Cuibas, para el instante de las andanzas de Gabaldón, era casi desconocida, o quizás poco divulgada por algunos actores políticos del momento; tal vez por los hechos de la época, para alguien a quien la lucha lo arropaba, coartaban el desenvolvimiento y vínculo con personajes locales de manera pública y abierta, no obstante, esta omisión no sería excusa para la concreción de una vivencia usual.
Riesgos que se corrían por las pocas condiciones de libertad de pensamiento prohibidas en los albores de la Venezuela postgomecista, escenarios dominados por los designios de un gobierno casi negado a favorecer la mayoría de las necesidades de las masas populares, y sobre todo en transformar las condiciones sociales del campesinado rural.
Era evidente que las estructuras políticas de aquel período estaban sujetas a la clandestinidad o a las realidades poco desenvueltas para la organización partidista, tanto que algunas de estas, no podían actuar bajo sus originales siglas identificativas como ocurrió en los casos del PCV, AD y URD. Por solo señalar aquellas que, por razones del tiempo y su filosofía, formaban a sus militantes bajo el criterio de una mística revolucionaria, bien sea por sus estructuras organizacionales de cuadros o militancia de masas.
De esta forma en los albores de los años 40 del pasado siglo XX; participó en el desarrollo de una naciente cadena de células comunista en el sur oeste de la actual parroquia Agua Viva, la sobresaliente figura del incuestionable líder de la causa revolucionaria Argimiro Enrique de la Santísima Trinidad Gabaldón Márquez, justamente en los antiguos predios de la familia Gonzales-Lozada en el sitio de Las Cuibas, los cuales, con los años asumirían las tareas de cristalizar en el propio entorno, constantes logros en áreas no solo política sino en el crecimiento cooperativo, incluso en el seno hogareño, para bien del campesinado más cercano de las comunidades rurales entre los que se recuerdan: Las Cuibitas, El Manzano, Guamacire y Los Naranjos; sitios en el que según relato del respetado don Antonio Gonzáles: “Argimiro lograría aglutinar a unos cuantos pobladores, para no solo difundir la actividad política, sino también para fomentar la naciente Asociación Cooperativa Agrícola de Pequeños y Medianos Productores de las Cuibas-El Manzano”; representación ésta, que conseguiría capitalizar algunos créditos para cosechar una variedad palpable de cultivos como: maíz, yuca, caraota y sisal.
Estos acontecimientos se desarrollaron entre los años 1946–1947; en los antiguos terrenos de la familia Mendoza, en una zona que para el entonces eran parte de Las Cuibitas, y que luego conoceríamos muy de cerca dentro de los linderos internos de la Hacienda Vallecito.
Pero el encausar distintas luchas lo llevarían igualmente a materializar una imprenta clandestina para la edición de panfletos y propaganda política, ubicada ésta, según el irrefutable testimonio de don Antonio Gonzáles y de su fallecida tía materna María Gonzáles; “la misma estuvo escondida en una cueva o parte del Zanjón de mata de palo”; relato esté debidamente grabado, antes del fallecimiento de la eterna y resonada luchadora política María Gonzáles. Mujer formada en el cotidiano trajinar por un rumbo mejor para su pueblo.
Personajes, vínculos y persecución
Poco a poco la persecución llegaría con el arribo al poder de Marcos Pérez Jiménez, quien, desde un primer momento, a través de sus esbirros, amenazarían con la integridad física de sus oponentes, cómo en este caso sucedió con Argimiro Gabaldón, quien fue conocido entre sus más cercanos colaboradores; en Las Cuibas, con el apodo de Eliecer Montaño.
Los allanamientos y acosos produjeron a que Argimiro abandonara un cúmulo de positivos haberes junto a sus más fieles camaradas, estando entre ellos: la propia María Gonzáles, Martin del Socorro Torrealba, el que luego lo acompañaría en sus luchas por la zona alta de Morán en aquel frente guerrillero de los años 60; Dioclesiano Mendoza, Luis Gonzáles, Luis Torrealba, Jesús Mendoza, Ismael Gonzáles, Alejandro Acevedo, Brígido Torres; y así otros que la amplia lista del recuerdo siempre reivindicará para bien de quienes confirieron el norte de sus almas a favor de un ideal por los más desposeídos de aquella Venezuela rural.
Su trabajo organizativo
Otras evidencias dicen que Gabaldón perpetraría su trabajo de organización social en la zona de Las Cuibas, acompañado de eminentes individuos de amplia trayectoria marxista como: Alonso Ojeda Oleaichea, Cheche Cortez, Pedro Pablo Piña, Luis Ramírez Valero, entre otras; tanto que su influyente liderazgo ante el campesinado le permitiría sumar personajes e individualidades del sitio de El Manzano; y con ello recoger un resultado electoral propicio en el centro electoral que se formó en la Cooperativa Agrícola, donde incluso, dicho resultado se dividió en la parte de Las Cuibas a favor de los comunistas y abajo en Agua Viva en pro de los adeistas.
La última presencia de Argimiro Gabaldón por estos lares sería en la ocasión; en que según datos especificados por el escritor e investigador Freddy Torrealba, hace un tiempo, en un artículo periodístico publicado en CorreodeLara.com, narraría que: “entre 1956–1957, funcionó en Las Cuibas-Agua Viva, Radio Liberación, la cual habría funcionado de forma móvil y poseyendo como equipo de trabajo a: Lino Pérez Loyo, el Dr. Rafael “cheche” Cortez, y el propio Argimiro teniendo todo un equipo de guionistas, reporteros y narradores periodistas, junto a una red de colaboradores”. Más adelante destaca “que fue precisamente en este sitio (Las Cuibas) por ser el más indicado por lo alto para garantizar la eficacia de sus transmisiones evitando ser de esta manera detectada”.
La asignación de un epónimo para la institución
Fuera del contexto relatado en anteriores líneas, y vista la notoria presencia de dicho personaje en el hoy renombrado sector de la parroquia Agua Viva; y redundante en los testimonios orales de unos cuantos habitantes nativos de Las Cuibas; quienes argumentaban que donde funciona la hoy escuela de esta comunidad, era el punto donde se ubicaba la vivienda del señor Ismael Gonzáles y su pequeño núcleo familiar, vivienda donde Argimiro solía pernotar en sus acostumbradas visitas, incluso debajo de un árbol de cují donde tomaba sus horas para compartir, especia arbórea que aún sigue en pie.
Bajo estas deducciones me permití sugerir para el año 2002 que dicha institución educativa, para el entonces con el solo nombre de Unidad Educativa Las Cuibas, se le diera el nombre del ilustre líder, quien en vida curiosamente fue educador en las asignaturas de geografía y matemáticas; pero lamentablemente por resistencia de un grupúsculo reducido de “supuestos” líderes, hoy adeptos al gobierno de turno, fueron los principales oponentes a la justa proposición, dando al traste con la propuesta, y así, desconociendo una parte de la historia del entorno local.
Quizás existan otras anécdotas y recuerdos de Argimiro por estos parajes inconfundibles, trecho de territorio aguaviveño, testigo silente de la consecuente alma de aquel correcto hombre que dejó un pedazo de historia marcado en el horizonte Cuibeño, para quienes de cerca ‑incluso‑, le conocieron y admiraron.
Wow, excelente artículo, hechos irrepufiables carentes de sentido, arropados de un capricho político siempre han sido factores presentes ajenos a la razón, quiero decir que la razón de ser de algo es ignorada a cambio de cualquier argumento fuera de razón para no llevar a cabo, una causa noble, justa y necesaria como hacer valer las raíces de un pueblo y exaltar el nombre de quien merecido lo tienes.
Gracias amigo Frank por su elocuente comentario. Seguimos adelante por aportes cómo el suyo.
Gracias amigo Frank por su elocuente comentario. Seguimos adelante por aportes cómo el suyo.