Recuas de burros y mulas: Un camino a Barquisimeto
Henry Montero
Historiador
La historia de la región de Barquisimeto no puede ser contada sin el intercambio comercial de la misma con el resto de las zonas geográficas cercanas
Barquisimeto siempre ha sido considerada la metrópolis comercial por excelencia. Desde la época prehispánica hasta nuestros días se ha mantenido un intercambio comercial, y por ende, económico.
En este sentido, ya desde la época colonial se observa un fluido comercial entre las comarcas de Baragua, Siquisique, Carora y la ciudad Ceniza. En la ruta comercial va a jugar un rol de enorme importancia los caminos de Recuas de burros y mulas.
Era la locomoción o la “máquina” que ponía en circulación el mundo de las mercancías de la época. Un tiempo histórico caracterizado por una locomoción sencilla que generaba una dinámica comercial incesante. O como lo plantea Lameda Acosta I. E ” en un caserío ubicado cerca de Baragua, llamado Ojo de Agua habían más de 40 arreos de burros, o sea, como quién dice: 40 camiones”.
Un arreo de burros estaba compuesto por 8 burros o mulas. Sin olvidar el Campanero. Se pueden imaginar las partidas y llegadas de los mismos a las famosas pulperías establecidas en la ruta comercial y su destino final.
Una ruta o camino real de Baragua a Barquisimeto era el siguiente: Arenales, Pie de Cerro, Algodones, La Sabanita, La Esperanza, Agua Buena, Siquisique, Aguada de los Perros, Entrada del Cambural, Los Cañitos, Matatere, Uvedal, Caujarito, Cogollal, Puerta de Bobare, Durigua , Los Camagos y Barquisimeto, siendo éste el camino más corto entre Baragua y la ciudad anclada en el río turbio o cenizo, pero el menos transitado por la escasez, durante casi todo el año, de pastos y agua para los arreos.
Los arrieros llevaban a Barquisimeto: Queso de Cabra, Pieles, Cordobanes de los curtiembres, Chinchorros, Hicos, Chinelas, Alpargatas, Morrales, Sacos y el famoso cocuy 7 x 8 de pura penca, o llamado también 56. Por cierto, la comercialización de cocuy de pura penca se vendía en todo el país. Las recuas llegaban inclusive a las zonas fronterizas del país.
Lamentablemente el mundo de los arreos bajó considerablemente con la irrupción del oro Negro, la aparición del mundo automotriz y la declinación de nuestra economía Baragueña y Siquisiqueña. Nuestra gente empezó a migrar. Y en nuestro imaginario quedó grabado para siempre los caminos reales y los famosos arreos.
Referencia Bibliografíca:
Lameda- Acosta I. E. (1956). Pasado y Presente de Baragua. Edición: Tipografía Barquisimeto