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Simón Bolívar, inspiración para Estados Unidos

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
TW/IG @LuisPerozoPadua

Venezuela y Estados Unidos tienen una larga historia en sus relaciones bilaterales, y pese a que esta crónica no pretender estudiar el origen o la cronología del apasionante tema, existen ciertas circunstancias que han influido de modo notable imposible de ignorarlas, como por ejemplo el nombre de nuestro Libertador Simón Bolívar


Pese a que Venezuela y Esta­dos Unidos exhiben dos sis­temas sociales, económi­cos, políti­cos y jurídi­cos difer­entes y con fre­cuen­cia con­tra­puestos, su relación a lo largo del tiem­po ‑con algunos rompimientos‑, con base políti­co ide­ológi­co, han sido enmar­ca­dos en la fraternidad.

Simón Bolí­var vis­itó Esta­dos Unidos en 1807, donde acen­tuó su admiración por George Wash­ing­ton, a quien denom­inó “El Nés­tor de la Lib­er­tad”. Luego, cuan­do el caraque­ño ya era recono­ci­do con el títu­lo de Lib­er­ta­dor, la famil­ia del primer Pres­i­dente de EE.UU. le hizo lle­gar, medi­ante el Gran Mariscal francés La Fayette, una her­mosa medal­la con el retra­to graba­do del héroe norteamericano.

La primera ciudad Bolívar

Pero la inspiración norteam­er­i­cana por el héroe de la lib­er­tad suramer­i­cana se exten­dería por la gran unión y es cuan­do en 1815, en Texas, la autori­dad civ­il reg­is­tra y asigna el nom­bre de “Port Bolí­var“ a un pueblo.

Para Gus­ta­vo Mén­dez, pro­fe­sor de His­to­ria en la Uni­ver­si­dad de Medel­lín, Colom­bia, la impor­tan­cia de este hecho geográ­fi­co rad­i­ca, por increíble que parez­ca, en Venezuela, su Patria que le debe a él su razón de exi­s­tir, no hon­ró su nom­bre has­ta 1846, o sea, 16 años después de su muerte, cuan­do a solic­i­tud de los habi­tantes de la antigua Angos­tu­ra se adop­tó el nom­bre de “Ciu­dad Bolívar”.

Pero resul­ta que la primera ciu­dad en la his­to­ria con el nom­bre de Bolí­var se fundó en Ten­nessee, cuyos habi­tantes esco­gieron el nom­bre al escuchar de la hero­i­ci­dad del per­son­aje sudamer­i­cano, al cual con­sid­er­a­ban como la ver­sión lati­noamer­i­cana de George Washington.

Apun­ta Mén­dez, que Boli­var Mis­souri es otra urbe norteam­er­i­cana en crec­imien­to sostenido, con­vir­tién­dose en la ciu­dad más grande con este nom­bre en la unión fed­er­al y la que ha tenido may­or con­tac­to con Venezuela, puesto que des­de hace más de cin­co décadas, el gob­ier­no vene­zolano le ha otor­ga­do a la referi­da ciu­dad, obse­quios como dos estat­uas de Simón Bolí­var, la répli­ca de la espa­da del Lib­er­ta­dor y la Orden del Libertador.

Para 1821 solo en Esta­dos Unidos esta­ban con­tabi­lizadas 15 local­i­dades que llev­a­ban el nom­bre “BOLIVAR”: dos en Nue­va York, una en Alaba­ma, otra en Geor­gia, igual en Indi­ana, Luisiana,  Mary­land, Mis­isipi, Mis­souri, Ohio, Penn­syl­va­nia, Ten­nessee, Texas, Vir­ginia, y Port Bolí­var en el con­da­do de Galve­ston, que des­de 1815, fue el primer lugar geográ­fi­co que en usó el homón­i­mo del Libertador.

Sub­mari­no Nuclear USS “Simón Bolí­var”, un sub­mari­no balís­ti­co clase Ben­jamín Franklin

Un bombardero lleva su nombre

La peri­odista y escrito­ra Xiomary Urbáez, en su artícu­lo Simón Bolí­var, un nom­bre, un lega­do, esgrime que durante la Segun­da Guer­ra Mundi­al, hubo dos bom­barderos Con­sol­i­dat­ed B‑24, bau­ti­za­dos en hon­or al Lib­er­ta­dor. El B‑24J-1-CO, ser­i­al 42–72994, voló con el 30th Bomber Group, en 81 misiones en el Pací­fi­co, para estrel­larse por fal­las mecáni­cas durante una exhibi­ción de recau­dación de fon­dos, en Los Ángeles.

Para cel­e­brar­lo, se bau­tizó al B‑24-M-CO, ser­i­al 44–42151 como Bolí­var Jr.  Este otro, voló con el 431st Bomb Squadron y el 11th Bomb Group, tam­bién en el Pací­fi­co. Sin embar­go, el lega­do del nom­bre de nue­stro prócer no se ha lim­i­ta­do a los aviones.

De igual modo, la arma­da esta­dounidense lan­za al mar en 1964, el Sub­mari­no Nuclear USS “Simón Bolí­var”, un sub­mari­no balís­ti­co clase Ben­jamín Franklin. Para la des­i­gnación del nom­bre, fue con­sul­ta­dos el Con­gre­so y el argu­men­to fue unán­ime: “El nom­bre “Bolí­var” rep­re­senta­ba: lid­er­az­go, inteligen­cia, valen­tía, dis­ci­plina, sabiduría, e inmor­tal­i­dad, como el poder de esa arma letal que cam­biará el rum­bo del planeta”.

[drop­shad­ow­box align=“none” effect=“lifted-both” width=“auto” height=”” background_color=“#edab60” border_width=“1” border_color=”#dddddd” ]Los Simón Bolí­var estadounidenses 

Pero es que tam­bién en Esta­dos Unidos hay una famil­ia que decidió hon­rar la memo­ria de nue­stro lib­er­ta­dor, pese a que no existe par­entesco alguno con él. Son una famil­ia de mil­itares, los Buck­n­er, quienes tienen el hon­or de bau­ti­zar sus hijos pri­mogéni­tos con el nom­bre del prócer vene­zolano, des­de Ken­tucky en el año 1823 y que aún se mantiene has­ta el pre­sente. Simon Boli­var Buck­n­er Jr, Fue el mil­i­tar norteam­er­i­cano de más alto ran­go muer­to en com­bate, durante la II Guer­ra Mundi­al. Le sobre­vivió su hijo Simon Boli­var Buck­n­er III, quien tam­bién sigu­ió la car­rera mil­i­tar. Al morir en 2013, legó el nom­bre a su primer hijo Simon Boli­var Buck­n­er IV, quien tam­bién lo ha dis­puesto para el suyo, el ado­les­cente Simon Boli­var Buck­n­er V.[/dropshadowbox]

En la Oficina Oval

Simón Bolí­var murió dester­ra­do por los pueb­los que liberó del impe­rio español, tras decre­tos de Páez y San­tander donde especi­fi­ca­ban que mien­tras el Lib­er­ta­dor estu­viese en ter­ri­to­rio vene­zolano y colom­biano, no habría ningún trata­do com­er­cial entre ambas naciones. El doc­u­men­to de Páez tam­bién exponía que Bolí­var jamás podría entrar vivo a ter­ri­to­rio del país que lo vio nac­er. El de San­tander pre­cis­a­ba que el Lib­er­ta­dor era indig­no de per­manecer en sue­lo colom­biano, por lo tan­to lo invita­ba a aban­donarlo. Bolí­var abru­ma­do por la decep­ción y com­pro­meti­da su salud, emprende via­je con des­ti­no a Europa pero fal­l­ece en San­ta Mar­ta, Colom­bia el 17 de diciem­bre de 1830.

Cuan­do el pres­i­dente de Esta­dos Unidos, Andrew Jack­son, supo del penoso suce­so, ordenó 13 cañon­a­zos dis­para­dos de difer­entes buques de la Arma­da en hon­or al Lib­er­ta­dor Simón Bolí­var. El 5 de noviem­bre de 1945, el pres­i­dente Har­ry S. Tru­man develó un cuadro de Simón Bolí­var en un solemne acto en la Casa Blan­ca, una pin­tu­ra real­iza­da por Tito Salas. El man­datario dio instruc­ciones que mien­tras estu­viera gob­er­nan­do, la obra per­manecería col­ga­da sobre la chime­nea del Despa­cho Oval jun­to a los retratos de Franklin D. Roo­sevelt y George Washington.

Foto de por­ta­da: El Pres­i­dente Har­ry Tru­man devela una pin­tu­ra del Lib­er­ta­dor Simón Bolí­var en la Ofic­i­na Oval de la Casa Blanca

CorreodeLara

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