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Templo de Nuestra Señora de San Juan en dos fotografías

 

Omar Garmendia
Cronista y escritor


Conocida como Iglesia de San Juan o Parroquia La Milagrosa, debe su nombre a una pequeña imagen original de unos 50 cm. de altura de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, considerada milagrosa y venerada en la ciudad de San Juan de los Lagos, en el estado de Jalisco, México, de la cual es patrona.

El 21 de enero de 1792, el Pbro. Doc­tor José Bern­abé Espinosa, vic­ario de la par­ro­quia de Bar­quisime­to, pidió licen­cia al Ilus­trísi­mo Señor Obis­po Mar­i­ano Martí para edi­ficar una capil­la en hon­or de Nues­tra Seño­ra de San Juan, ima­gen que poseían unas indias libres, may­ores de 50 años y solteras, lla­madas María de Jesús, María José, María Gertrud­is, María del Rosario y María Gabriela Pri­eto. Esta ima­gen era copia de la que se ven­er­a­ba en la ciu­dad de San Juan de los Lagos, del Obis­pa­do de Guadala­jara, provin­cia de Nue­va Gali­cia (hoy Esta­do de Jalis­co, México).

Altar del tem­p­lo de San Juan de Los Lagos en Barquisimeto

Fue el Obis­po Fray Juan Anto­nio de la Vir­gen María y Viana, quien con­cedió la licen­cia para la con­struc­ción de la capil­la, por auto del 26 de noviem­bre de 1793. El 18 de mayo del sigu­iente año se bendi­jo el ter­reno cedi­do por las her­manas Pri­etos y se colocó la primera piedra de la capil­la, cuyos tra­ba­jos de con­struc­ción duraron 4 años. El 26 de diciem­bre de 1798 tuvo lugar la inau­gu­ración de este san­tu­ario que bendi­jo con gran pom­pa y solem­nidad por parte del Pbro. Pedro Fran­cis­co de Anzo­la, teniente de Vic­ario y cura más antiguo de Barquisimeto.

Este tem­p­lo cayó en el ter­re­mo­to de 1812 y se refiere que cier­to via­jero del pueblo de Sanare, lla­ma­do Loren­zo Neme­ses, que a la sazón pasa­ba por allí lle­van­do comu­ni­ca­ciones y dinero, vio entre las ruinas del tem­p­lo una ima­gen de bul­to de Nues­tra Seño­ra de San Juan, que aún existe, la cual resolvió lle­varse envuelta en una bayeta, y la entregó al cura de su pueblo, Pbro. Pío Romero, quien la colocó en su igle­sia y la ofre­ció a la ven­eración de los fieles, has­ta que fue recla­ma­da por los veci­nos de Bar­quisime­to, por lo que, sen­ti­dos por aquel reclamo, los de Sanare hicieron labrar otra ima­gen igual, que aun hoy día se ven­era en aque­l­la población.

Alzado con las prendas de la Virgen

El Pbro. Andrés Domínguez resolvió reed­i­ficar el antiguo tem­p­lo, con may­or ampli­tud y esplen­dor, con recur­sos habidos de la ven­ta de los bienes y pren­das de la Vir­gen, que eran muchos. Hizo varias con­tratas de mate­ri­ales para este obje­to, pero a causa de la guer­ra de los “Cin­co Años”, ape­nas se cumpli­eron algu­nas, dan­do por resul­ta­do la com­ple­ta par­al­ización de la fábrica.

Los tra­ba­jos de con­struc­ción, inter­rumpi­dos por más de sesen­ta años, ofrecían el tristísi­mo aspec­to de unas antiguas y vetus­tas ruinas, en vez de una “obra incon­clusa, que gen­eral­mente llam­a­ba el pueblo “ruinas de San Juan”. Resolvieron reed­i­ficar el tem­p­lo y con plau­si­ble anh­elo reanudaron los tra­ba­jos. Lograron ter­mi­nar la cúpu­la y la parte que había de ocu­par el altar de las capil­las lat­erales. Guard­a­ba con gran respeto la ima­gen de bul­to de Nues­tra Seño­ra de San Juan la famil­ia Wohnsiedler.

Fuente
• Dic­cionario del Esta­do Lara por Telas­co Mac Pherson
• Archivos del Obis­pa­do de Barquisimeto
• Archivos de Caracas
• Capil­la de Nues­tra Seño­ra de San Juan”, por el Dr. Juan Pablo Won­siedler. Man­u­scrito, año de 1882

 

CorreodeLara

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