Un inventor barquisimetano
Omar Garmendia
Cronista e investigador
EL DESAPARECIDO CRONISTA de Irbarren, Ramón Querales, publicó hace algún tiempo algunos datos biográficos de un curioso personaje barquisimetano. Se trata de Nicolás Vizcaya.
Resulta que Nicolás Vizcaya, nacido el 14 de octubre de 1854, ejerció muchos oficios, entre ellos el de monaguillo del padre Raldíriz en la iglesia de San Juan, pero de entre todos destaca el de tener una profesión que no existe: el de neologista, es decir creador de vocablos nuevos. Esta “profesión” está ligada a otro “oficio” que era el de “inventor”.
El periódico Notas en 1933 publicó una pequeña biografía en la cual se lee el siguiente fragmento: “Tiene su ingenio mental; y sus descubrimientos no los aplica pero los explica como si los hechos fueran factibles; y así tiene ideado el arepómetro y el pandetrigómetro, para hacer panes y arepas sin tocar la masa: mil arepas salen por minuto”.
¿Tuvimos un Leonardo Da Vinci en Barquisimeto?
Otros inventos fueron el pluvoenvolaerostato formado por 60 aeroplanos para traer agua a la sedienta Barquisimeto (hay que recordar que para la fecha de vida de Nicolás Vizcaya la ciudad era muy pequeña y siempre ha sido una “ciudad seca”, por la falta de agua). También inventó el motofoquidrodaplano, para competir en velocidad con el ferrocarril. Creó la girándola rotatoria por la cual recibió un diploma.
Inventó el verbo pordondear, que quiere decir ¿por dónde empezar? (como cuando queremos hacer algo, pero dudamos o no sabemos por dónde empezar, o cuando decimos, por ejemplo, ¿por dónde empiezo?, es decir pordondear).
Fue poeta rubendariano, de aspecto romántico, embigotado y con pera (barba) apincelada. Una de sus composiciones poéticas la tituló Regresandina. Fue filósofo y escribió un libro titulado: El ciego y el discípulo.
Vendía preparados medicinales con la particularidad que unos los vendía solo en Barquisimeto, otros en Cabudare y algunos exclusivamente en Santa Rosa. ¿Tuvimos un Leonardo Da Vinci en Barquisimeto?