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A Jacinto Lara culparon de la degollina de veinte frailes capuchinos en el Caroní

 

Juan José Peralta
Periodista

El 7 de mayo de 1817 llevaron a 18 misioneros y dos enfermeros a una laja cerca del templo de San Ramón de Caruachi, en la Guayana venezolana y degollados uno por uno, luego quemados y sus restos lanzados al río Caroní, degollina a la que responsabilizaron al teniente coronel Juan Jacinto Lara y al capitán Juan de Dios Monzón. 

Otros siete capuchinos lograron escapar con algunos indios y cargados de ropa, dinero, pólvora y fusiles


El Esta­do May­or había resuel­to trasladar los capuchi­nos a Div­ina Pas­to­ra, pueblo más al inte­ri­or de la provin­cia en caso de los real­is­tas avan­zar y el ofi­cial a car­go, quien desconocía la geografía local, entendió se los enviara con la Div­ina Pas­to­ra, es decir, con la Vir­gen María y los eje­cutó. Esa fue la jus­ti­fi­cación y fueron absuel­tos de todo car­go. Los autores mate­ri­ales fueron indios de las misiones.

Según las cróni­cas, la degol­li­na ocur­rió luego que los patri­o­tas sometieron a los 28 pueb­los fun­da­dos durante la colo­nia y los misioneros y dos enfer­meros, jun­to a otros que escaparon. Con­sid­er­a­dos siem­pre del lado real­ista, sus prin­ci­pales provee­dores y por ejercer gran influ­en­cia sobre sus ter­ri­to­rios, fueron apre­sa­dos en las misiones que admin­is­tra­ban y encer­ra­dos en el tem­p­lo de Caru­achi y cuan­do se creía que no pasarían de ser meros pri­sioneros a quienes cas­ti­garían ponién­do­los de vuelta a España, los degol­laron sobre una laja cer­cana al pueblo de la Mis­ión de San Ramón de Caru­achi, al oeste de Upata.

Lara nació en Caro­ra el 28 de mayo de 1778 

La degol­li­na fue con­sid­er­a­da una ven­gan­za por los crímenes de los real­is­tas en la Casa Fuerte de Barcelona el 7 de abril de ese mis­mo año, donde asesinaron a niños, mujeres, ancianos y enfer­mos allí refu­gia­dos y las eje­cu­ciones que hizo Moril­lo en Nue­va Grana­da, sin embar­go, fue repu­di­a­da y cal­i­fi­ca­da como hecho san­guinario y cru­el, innece­sario e indig­no de la causa republicana. 

Lara y Monzón habían susti­tu­i­do al capitán Juan Gamero, par­tidario de Piar, en el man­do mil­i­tar y políti­co de Caru­achi tras asumir el Lib­er­ta­dor el man­do supre­mo del ejérci­to de Guayana el 2 de mayo, recono­ci­do Jefe Supre­mo de la Repúbli­ca de Venezuela y quedan­do el gen­er­al Manuel Piar a sus órdenes, fusila­do el 16 de Octubre de 1817 en Angos­tu­ra por diver­gen­cias con las órdenes de Bolí­var, otro capí­tu­lo atroz de la guer­ra de inde­pen­den­cia. Las misiones pos­te­ri­or­mente fueron con­ver­tidas en hatos ganaderos, cam­bian­do toda su estruc­tura indus­tri­al y así ter­minó la saga de las misiones capuchinas.

De principio a fin

En el rebul­li­cio en Cara­cas aquel 19 de abril de 1810, solo dos per­son­ajes de impor­tan­cia sin­gu­lar en nues­tra his­to­ria estu­vieron des­de el prin­ci­pio en la ges­ta de inde­pen­den­cia ini­ci­a­da aquel día. Allí en la plaza esta­ba un ado­les­cente cumanés de quince años lla­ma­do Anto­nio José de Sucre y el otro, un caroreño de 32 años lla­ma­do Juan Jac­in­to Lara, quien ya forma­ba parte de la Sociedad Patrióti­ca. Ambos ter­mi­narían jun­tos en la deci­si­va batal­la de Ayacu­cho, pero Lara fue el úni­co per­son­aje en par­tic­i­par durante toda la lucha eman­ci­pado­ra ini­ci­a­da aquel 19 de abril en Cara­cas, cul­mi­na­da en 1824 en Perú.

Lara nació en Caro­ra el 28 de mayo de 1778 –este jueves se cumplen 242 años de su nata­l­i­cio – y se ded­i­ca­ba a la agri­cul­tura y la ganadería en los llanos de Bari­nas, real­izan­do com­er­cio de gana­do des­de los llanos hacia Cara­cas. Vin­cu­la­do a los jóvenes patri­o­tas de la cap­i­tal se incor­poró a la lucha por la inde­pen­den­cia. Después de los suce­sos del 19 de abril, Lara com­bat­ió a las órdenes del gen­er­alísi­mo Fran­cis­co de Miran­da. En 1812 es teniente coro­nel y sirve bajo las órdenes de Simón Bolí­var, al año sigu­iente toma parte en la batal­la de Cúcu­ta con­tra el coro­nel Ramón Cor­rea, en 1813, lo acom­pañó en la Cam­paña Admirable, desta­can­do en Niq­ui­tao, Los Hor­cones y Taguanes, en julio de ese año y sigu­ió con él en el sitio a Puer­to Cabel­lo y en las batal­las de Bár­bu­la, Trincheras y Vigirima.

El día que cumplía 36 años toma parte en la primera batal­la de Carabobo, el 28 de mayo de 1814, pasa a las órdenes del gen­er­al Rafael Urdane­ta en las acciones en el occi­dente del país y par­tic­i­pa en la reti­ra­da has­ta la Nue­va Grana­da, donde se suman a Bolí­var y marchan has­ta San­ta Fe de Bogotá para enfrentar a Manuel Bernar­do Álvarez, operación con­clu­i­da en diciembre.

Cuan­do al año sigu­iente Bolí­var via­ja a las Antil­las, Lara se que­da en la Nue­va Grana­da has­ta la lle­ga­da de Pablo Moril­lo. Con otros repub­li­canos se suma a las fuerzas del gen­er­al José Anto­nio Páez, en los llanos de Apure, con quien par­ticipó en El Yagual, Mucu­ri­tas y la toma de San Anto­nio de Apure. En 1817 se vio envuel­to en los episo­dios de las misiones de Caroní al prin­ci­pio comen­ta­dos y ascendió a coro­nel. Lara acom­pañó al Lib­er­ta­dor en la der­ro­ta de Pablo Moril­lo en Cal­abo­zo en 1818.

Jun­to al gen­er­al Fran­cis­co de Paula San­tander ven­ció a Car­los Toirá, favorito del vir­rey Samano en Casanare en 1819 como sub­jefe del esta­do may­or del Ejérci­to Lib­er­ta­dor. Ese mis­mo año Bolí­var le encar­gó una cam­paña sobre Mara­cai­bo abor­ta­da por el armisti­cio de Tru­jil­lo y sirvió como jefe de esta­do may­or gen­er­al y en 1821 fue gob­er­nador de San­ta Mar­ta y Carta­ge­na de Indias.

Campaña del Sur

En 1822 se trasla­da a Perú como gen­er­al de briga­da y par­tic­i­pa en la Cam­paña del Sur con el gen­er­al Manuel Valdés en la división colom­biana aux­il­iar del Perú. En 1824 par­tic­i­pa, bajo las órdenes del gen­er­al Anto­nio José de Sucre en Junín y le ascien­den a gen­er­al de división de reta­guardia del ejérci­to. Se le lla­ma héroe de Cor­pahuaico al sal­var a los batal­lones Rifles, Vence­dor y Var­gas. El 9 de diciem­bre de 1824 toma parte en la deciso­ria batal­la de Ayacu­cho al man­do de la división de reser­va del Ejérci­to Unido y alcanzó el gra­do de gen­er­al de división. En 1825 es coman­dante gen­er­al e inten­dente de Cuz­co, Are­quipa y Ayacucho.

Al tri­un­far en Lima una con­spir­ación del vicepres­i­dente de la Gran Colom­bia, gen­er­al San­tander con­tra Bolí­var y su gente, en enero de 1827 fue arresta­do cuan­do comand­a­ba la división colom­biana aux­il­iar del Perú y lo expul­saron a Colom­bia. De regre­so a Venezuela fue inten­dente y coman­dante gen­er­al del depar­ta­men­to del Zulia y en 1828 coman­dante gen­er­al del depar­ta­men­to del Orinoco. Después de la división de la Gran Colom­bia se retiró a la vida pri­va­da, aunque en 1843 acep­tó la gob­er­nación de su provin­cia natal, Bar­quisime­to, car­go ejer­ci­do con pro­bidad por cua­tro años. Lara se car­ac­ter­izó por su leal­tad a toda prue­ba al Lib­er­ta­dor Simón Bolí­var y su sueño de la Gran Colom­bia. Tam­bién fue leal al mariscal Sucre.

El 25 de febrero de 1859, con 81 años de edad Lara murió en Bar­quisime­to y sus restos yacen en el Pan­teón Nacional des­de el 24 de julio de 1911. Obtu­vo muchas con­dec­o­ra­ciones y dis­tin­ciones, entre ellas desta­can la “Orden de los Lib­er­ta­dores de Venezuela” y el escu­do “Bus­to del Libertador”. 

Es héroe epón­i­mo del esta­do según decre­to de la Asam­blea Leg­isla­ti­va en 1881, tiene dos estat­uas en Bar­quisime­to, una en el corazón de la ciu­dad en la pla­zo­le­ta ubi­ca­da entre la Igle­sia de San Fran­cis­co de Asís y el Ate­neo de Bar­quisime­to y otra frente al aerop­uer­to inter­na­cional que tam­bién lle­va su nombre.

 

CorreodeLara

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