Fervor y sentimiento vivo por San Pascual Bailón en Agua Viva
José Luis Sotillo J.
Cronista Parroquial de Agua Viva
aguavivajose@hotmail.com
twitter: @aguavivajose
Dentro de las curiosidades existentes en el hecho cultural de Agua Viva en el municipio Palavecino, se conserva aún como una muestra por las creencias pasadas de viejos pobladores, la devoción por San Pascual Bailón
Imagen Santa que se le supedita con la profunda devoción por la eucaristía, es el Santo del que se le atribuyen la: “…multiplicación del pan para los pobres, la curación de enfermos, el don de profecía y el que narra cómo de una piedra salió agua para unos pobres. La tradición popular afirma que muchas veces orando experimentaba tanta alegría que se ponía a bailar (por eso algunos creen que su apellido es un apodo por esta reacción característica).”
De allí, que las huellas de la presencia de está evocación cultural; hasta hace poco mostrada en el calendario de manifestaciones de Agua Viva, se sostenía gracias a la continua labor y proyección que marcadamente realizaba el joven profesor Andrés Salguero, de quien, hasta hace poco, fuese director de la agrupación Tamunangueros de Agua Viva. Visible descendiente de una tradición que muestra su continua formación en su trayectoria, quizás aprendida años atrás del buen amigo Diego Yépez. Aprendizaje que se convierte en una práctica habitual en la víspera del Santo, dentro de los espacios de la Casa de la Cultura San Antonio de Agua Viva, lugar donde hace cierto tiempo atrás exhibía en su cronograma anual de actividades, esta curiosa manifestación folklórica; cultivada por quienes se desplazaron desde la banda vecina de Boro cerca del Tocuyo, y fijarían su residencia por estos parajes inconfundibles del oeste palavecinense.
En cuanto a la riqueza y permanencia de esta manifestación, y como logro afianzarse como una costumbre dentro del lenguaje cultural del pueblo de Agua Viva, es atribuida y adjudicada a la recordada familia Yépez; quienes una vez residenciados cerca de la vecina hacienda Agua Viva, en los primeros años 50 del siglo XX; empezarían a sustentar la promesa al invitar e incluir a sus allegados con la festividad; que inicialmente era familiar y de agradecimiento por los favores concedidos.
A este particular santo que usualmente se le fija su festividad dentro del calendario litúrgico en nuestra entidad cada 17 de mayo; en pueblos, no solo como Boro del municipio Moran, sino también en la fría Sanare. Teniendo Agua Viva en su reciente pasado como protectora de esta tradición a Julia del Carmen Yépez Brito de Alvarado, conocida como doña Julita.
Puesto que ella hasta el lecho de su muerte acaecido el 16 de diciembre del 2000; sería el nervio fundamental que encendía con su entusiasmo y su fluido verbo corporal el mantener vivo el fervor heredado por su antigua bisabuela Renata Yépez, y así por su madre Petra Yépez. En una fiesta de familia donde él antiguo poblador de la nostálgica Agua Viva exclamaban: “¡Vamos a la curva de las Yépez a bailar un San Pascual!”; lo cual, curiosamente era ejecutado por muchos de los cantores que comúnmente tocaban Sones de tamunangue nativos de Agua Viva, pero de descendencia Curarigueña; lo cual presupone aprenderían a manosear a San Pascual musicalmente y culturalmente, cuando estos mantenían el rose social con los llegados de la región Morandina.
Esta tradición de familia exigía a los progresivos devotos, llevar los niños sanados (en promesa) a la fiesta, y con ello danzar un son a San Pascual, que, por lo general, lo tomaba en hombros el padre del infante o promesero, y de allí realizaba un movimiento o juego circular de velas en cruz, y la madre trataba de esconder el Santo de las luces de las velas encendidas.
Así mismo Doña Julita no solo fue una apasionada defensora de lo que creía, pues según la memoria de algunos, era una maestra autodidacta que continuamente enseñaba y preparaba niños y adultos, al dichoso arte cultural de aprender a danzar Sones de negro y San Pascual, e incluso inducir a los infantes a practicar el Baile de las Cintas.
En algunos relatos reiterados por el joven Andrés Salguero, este señala: “que la variable de ejecutar y cantar San Pascual se resume conque cuando el toque es por promesa se cantan los sones comenzando con el yiyibamos hasta la bella menor o bella de promesa; es decir la letra es similar a la de San Antonio, pero esta varia con los versos o poemas que les dedican a San Pascual. Y cuando son presentaciones se cantan con los sones de Zaragoza”.
Es así como esta promesa no desvanece y se resiste a las trasformaciones cotidianas que imponen la sociedad moderna, siendo lo entrañable y poco difundido en nuestro añorado pueblo de Agua Viva, pero con la honrosa satisfacción de haberse mostrado está manifestación, en escenarios resaltantes de la televisión nacional conducido por la reconocida comunicadora del turismo nacional Valentina Quintero, o en el homenaje que los cultores le rendían cada 13 de enero a la excelsa patrona la Divina Pastora en Santa Rosa, donde seguro estamos el hecho cultural de la tierra aguaviveña dejo su inquietante huella