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Aline Antonio Araña “No hay un solo día que no lea EL IMPULSO”

Aline Araña, artista plás­ti­co cabu­dareño de sobre­saliente obra

Cuan­do Aline Araña era niño, Cabu­dare tenía tres calles: dos de tierra
y una esta­ba recu­bier­ta de granzón 

Eran tiem­pos difí­ciles en donde las
famil­ias no tenían gran capaci­dad financiera, más las madres se pre­ocu­pa­ban por
la edu­cación de los niños.
Esas cir­cun­stan­cias per­mi­tieron que el niño Aline creciera vien­do a
sus famil­iares cer­canos leer el per­iódi­co diari­a­mente, esce­nario que le llamaba
poderosa­mente la atención.
Aline recuer­da que cuan­do el per­iódi­co era desecha­do, deja­do en alguna
mesa, rincón o deposi­ta­do en la basura, él hacía lo que fuera para revis­ar ese
mun­do de gara­batos y figuras.
A los cin­co años ‑hace 74 años‑, una tía, Gra­ciela de Hernández,
esposa del mae­stro don Vidal Hernán­dez, lo con­sigu­ió oje­an­do EL IMPULSO al
revés, cuestión que le causó hon­da risa, tomán­do­lo por la mano e invitán­do­lo a
sen­tarse en jun­to a la ven­tana de celosías para indi­car­le las primeras vocales.
Aline remem­o­ra que así cono­ció las primeras letras, y su interés por
cono­cer el sig­nifi­ca­do de las pal­abras cre­ció con rapi­dez, lo que oblig­a­ba al
niño ‑ya más crecido‑, esper­ar que los adul­tos ley­er­an EL IMPULSO para luego
“devo­rarse las pági­nas lit­er­arias y las noti­cias inter­na­cionales envi­adas a
Cara­cas por cable.
En la II Guer­ra Mundi­al, EL IMPULSO destacó numerosas pági­nas al conflicto
béli­co, lo que atra­jo a muchos lec­tores, en espe­cial a Aline, que ya había
suscrito un con­ve­nio com­er­cial con Dante Rojas, un famil­iar que dis­tribuía el
per­iódi­co a clientes selec­tos de Cabudare.
Las pági­nas de deporte “des­de siem­pre han sido mis preferi­das, seguido
suce­sos, sociales y una muy recor­da­da: Orbi­ta Cien­tí­fi­ca que escribía
magis­tral­mente Otto Civi­danes Lira”.
El Rincón de los Miér­coles del peri­odista Luis Rodríguez Moreno,
sin­gu­lar colum­na muy vis­i­ta­da por Aline des­de hace muchos años.
Actual­mente Aline sale cada mañana a com­prar EL IMPULSO, circunstancia
que le per­mite tomar aire fres­co, hac­er algo de activi­dad físi­ca y encontrarse
con viejos ami­gos en la Plaza Bolí­var de Cabudare.
De regre­so de la Libr­ería de la Plaza, que es donde adquiere EL
IMPULSO, com­parte con los ami­gos los temas más desta­ca­dos de rotativo
cen­te­nario, “y es casi oblig­a­do leer las pági­nas de políti­ca o las noti­cias de
Palave­ci­no”, munici­pio que a su cri­te­rio ha cre­ci­do drás­ti­ca­mente y que a
través de los even­tos reseña­dos, dice ya no conocer.

Luis Alber­to Per­o­zo Padua

CorreodeLara

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