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Ana Luisa Branger, y su récord mundial de aviación

Carlos G. Cruz H.
Individuo de Número de la Academia de Historia del estado Carabobo
Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia

Cuan­do pen­samos en la par­tic­i­pación de la mujer en la his­to­ria de la aviación inmedi­ata­mente vienen nom­bres como los sigu­ientes: Emma Emil­ia Todd (1895), primera mujer dis­eñado­ra de aviones, Thérese Pelti­er (1873), primera mujer en pilotar un avión más pesa­do que el aire, Ray­monde de Laroche (1882), primera mujer en obten­er licen­cia de pilo­to, Bessie Cole­man (1892), primera mujer afroamer­i­cana en obten­er licen­cia de pilo­to, Amy John­son (1903) primera mujer en volar de Inglater­ra has­ta Aus­tralia y por supuesto la emblemáti­ca Amelia Earhart (1897) primera mujer pilo­to en atrav­es­ar el Atlántico.

 

 


Ana Luisa Branger fue una de las pio­neras en la aviación civ­il femeni­na venezolana

 

 

Pero en el caso de Venezuela, nue­stro país tam­bién tiene impor­tantes logros para la his­to­ria de la pres­en­cia de la mujer en la aviación civ­il del país y del mun­do, ya que ten­emos a María Asun­ción Cal­caño quien se graduó de pilo­to en Esta­dos Unidos en el año 1939 con­vir­tién­dose en la primera vene­zolana que se graduó de pilo­to (fuera de Venezuela), la segun­da lo fue Car­oli­na Her­rera de Moli­nari, quien en 1941 obtu­vo la licen­cia de pilo­to (en los Esta­dos Unidos) y luego ten­emos a la mujer quien es obje­ti­vo prin­ci­pal de nue­stro artícu­lo porque se tra­ta de la primera mujer vene­zolana en obten­er la licen­cia de pilo­to (en Venezuela) en 1942 y que para máx­i­mo orgul­lo nue­stro, Ana L. Branger M. nació en Valencia.

Su acta de nacimien­to dice así:

En cin­co de agos­to de mil nove­cien­tos diecio­cho, el Vic­ario Fco. A. Granadil­lo bau­tizó solem­ne­mente con­forme al rit­u­al romano en el Ora­to­rio del Sr. Ernesto L. Branger a una párvu­la que nació el diez y siete de junio del cor­ri­ente año a quien puso por nom­bre ANA LUISA DE SAN JOSÉ hija legí­ti­ma de Rafael Enrique Branger y Mag­da­lene Mordaing.

Fueron sus padri­nos Luis Rafael Branger y Ana Cecil­ia Branger a quienes advertí el par­entesco espir­i­tu­al y obliga­ciones lo que certifiqué”. 

Fir­ma el Pres­bítero Mar­i­ano Parra.

Es impor­tante decir que Ana Luisa era “morocha” de un her­mano varón de nom­bre (Rafael Enrique Branger) quien, por supuesto fue bau­ti­za­do ese mis­mo día, pero que en que en su caso los padri­nos fueron: Ana de Branger y Luis E. Branger.

En la vida pri­va­da de Ana Luisa Branger Mor­daing resaltan dos cosas, la primera fue su pasión por la aviación, que le llevó a obten­er la licen­cia de pilo­to cer­ti­fi­ca­da en Venezuela y Esta­dos Unidos.

Ana Luisa Branger y Luisa Elena

En Nue­stro país la obtu­vo en la Escuela de Aviación “Miguel Rodríguez” en la ciu­dad de Mara­cay en 1942 y luego en Esta­dos Unidos en la escuela “Der­vand Fly­ng School at Roo­sevelt Field, New York.”. Y tam­bién estu­vo lab­o­ran­do en fun­ciones diplomáti­cas en el Min­is­te­rio de Rela­ciones Exte­ri­ores de Venezuela.

Para el año de 1950, Ana L. Branger M. se encon­tra­ba como agre­ga­da cul­tur­al en la Emba­ja­da de Venezuela en los Esta­dos Unidos (Wash­ing­ton D.C) sien­do en ese momen­to emba­jador de Venezuela el tam­bién valen­ciano, Dr. José Rafael Pocater­ra, y es allá que logra estable­cer esa nue­va mar­ca mundial.

Nues­tra avi­ado­ra valen­ciana había plan­i­fi­ca­do su vue­lo para el día 31 de mar­zo de 1950 y pre­vi­a­mente debía hac­er los prepar­a­tivos for­males a los fines de que el vue­lo quedase reg­istra­do for­mal­mente y para ello se requir­ió de la debi­da inspec­ción por el “Con­test Board Of nation­al Aero­nau­ti­cal Asso­ci­a­tion”, cuyos ofi­ciales revis­aron el avión y los instru­men­tos de medición que en él se encon­tra­ban los cuales tenían que estar debida­mente cal­i­bra­dos por el “Nation­al Bureau Of Stan­dars In Washington”.

El vue­lo par­tió del aerop­uer­to “Con­gres­sion­al Air­port, Wash­ing­ton” en un avión de su propiedad de mar­ca PIPER CUB SPECIAL, que disponía de un motor (Con­ti­nen­tal C‑90–8F). Y requir­ió de dos horas y medias para lograr la haz­a­ña de lle­gar a la altura de 24.504 pies batien­do el récord mundi­al de altura que era de 18.999 reg­istra­do por la avi­ado­ra france­sa Eliz­a­beth Boselli.

Tam­bién es impor­tante decir que Ana L. Branger M. tam­bién voló en Perú y allí tuvo un acci­dente donde en pleno vue­lo la hélice del motor se aver­ió y según la nota de pren­sa, gra­cias a sus habil­i­dades como pilo­to logró salir ile­sa del accidente.

Ana Luisa Branger M, la vene­zolana que impu­so un récord mundial

La noti­cia del récord mundi­al fue recibi­da con mucho bene­plác­i­to en la Emba­ja­da de Venezuela en Wash­ing­ton y fue reseña­da por la pren­sa inter­na­cional y tam­bién recibió muchas car­tas de felic­ita­ciones de admi­radores y de altas autori­dades de la aviación de var­ios país­es incluyen­do por supuesto a Venezuela y Esta­dos Unidos.

Otro detalle impor­tante es que ella tam­bién fue miem­bro del lla­ma­do “Club 99”, Capí­tu­lo Wash­ing­ton orga­ni­zación de la cual fue pres­i­dente la famoso pilo­to Amelia Earhart.

Es muy impor­tante resaltar la haz­a­ña porque nues­tra biografi­a­da nació en Valen­cia y además es la primera mujer vene­zolana que logró su licen­cia den­tro del país y batió un récord mundi­al de altura en 1950.

Por ello hemos prop­uesto for­mal­mente a la Jun­ta Direc­ti­va del Aero­club de Valen­cia actual­mente pre­si­di­da por Luis Cano Mag­gi, que en dicha sede se colo­quen un retra­to de Ana L. Branger M. y una pla­ca con un resumen de vida y haz­a­ña, por ser ejem­p­lo para la aviación de la ciu­dad y un orgul­lo para las mujeres de Valen­cia, Carabobo y Venezuela.


Bibliografía:
Venezuela Up-To-Date, June 1950, Pag. 4.
Air Force, June 1951, Air corps newsletter, Vol. 34, Pag. 52.
Diplomatic List, November 1949, United States. Government Printing Office, Washington, 1949, Department of State.
Air Bulletin, Department of State, June 20, 1950, Vol 4, Pag. 10.
The Aeroplane, Feb. 1951, Vol. 80, Pag. 156.
Business Week, 1951, N* 1127-1139, Pag. 120.
Flying Magazine, August 1950, Vol. 47, Pag. 47.

CorreodeLara

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