Bicentenario de la visita de Bolívar a Barquisimeto: 14 de agosto de 1821
Omar Gil Pereira
Investigador
En territorio larense Bolívar escribió correspondencias al General Francisco de Paula Santander, Vicepresidente del Departamento de Colombia y al Dr. José María Castillo y Rada, vicepresidente interino de la Gran Colombia. Trata de fortalecer el Ejército de Occidente y el ejército mientras llega a Cúcuta. Revela a Santander su interés de causar una buena impresión ante el General San Martín para la gestión de la independencia del Perú.
No se conoce una información detallada sobre las actividades realizadas por El Libertador en su visita a Barquisimeto el 14 y 15 de agosto de 1821, semanas más tarde de haberse escenificado la Batalla de Carabobo. Las fuentes que hablan sobre las reuniones que sostuvo en la ciudad se sustentan en la tradición oral, sin embargo, la correspondencia personal y oficial nos da una idea del marco en el cual se desarrolló esa visita.
De acuerdo a oficio del Coronel Pedro Briceño Méndez al Ministro de Interior y Justicia de la Gran Colombia, el mismo día de la llegada a Barquisimeto, expresa que la finalidad de la visita era revisar y poner en acción al ejército de occidente.
Se discute a Constitución en Cúcuta
En esos días se discutía en el Congreso de Cúcuta sobre la nueva constitución que regiría a la Gran Colombia. Y en la misma comunicación le indica que ha realizado copias de la Ley Fundamental de Colombia y del decreto en que el Congreso General “se ha designado conceder los honores de triunfo y otros a su excelencia El Libertador y al ejército vencedor en Carabobo.
Ya en el mes de mayo Bolívar manifestaba en la correspondencia oficial que estaba interesado en todo lo que tuviera relación con la guerra como General en Jefe del Ejército de Colombia, desprendiéndose de la responsabilidad administrativa en el gobierno.
Para el mes de junio se enviaron proclamas a los gobernadores y comandantes de las provincias para ser publicadas y se comunicaba a las municipalidades que se procediera a la elección de los representantes para el Congreso General, a la vez que se instaba a que trabajaran en función de enviar a Cúcuta a los diputados que resultasen elegidos de acuerdo al Reglamento de Elecciones.
La propuesta de constitución de Bolívar
Bolívar había hecho una propuesta de Constitución para la Gran Colombia pero ésta no había sido aprobada. Y en una comunicación del 25 de mayo de 1821 al señor Alejandro Osorio le escribe:
“Estando resuelto a no mandar más un Estado en que todo va contra mi sentir y en que hasta los hombres más ilustrados obran como el señor Zea. Estoy como se dice aburrido con lo que se habla, piensa, escribe y hace. En esto he dicho a usted todo, no puedo ser ciudadano de Colombia con cuyas leyes no me conformo. He presentado un proyecto de Constitución que no se aprobó. Aquel proyecto era mi condición para ser ciudadano de Colombia. No habiéndose adoptado, estoy cierto de que no habrá estabilidad política y social; y aunado que aquel mismo proyecto no contiene todo lo que yo pienso que se requiere para asegurar nuestra existencia.”
Esta misma sensación la tendrá Bolívar hacia 1828 cuando plantea un cambio en la constitución aprobada en Cúcuta al ver el desmoronamiento de la República, entre las guerrillas aún existentes, el descontento de oficiales y soldados exigiendo sus recompensas por su entrega a la guerra, el descontento de los ciudadanos que no ven mejoras en sus condiciones de vida, los problemas políticos entre las élites gobernantes, la inconformidad de los departamentos que luego de haber contado con gobiernos con características federalistas ahora dependían de un gobierno centralizado con el cual no se sentían representados y el descontento con Bolívar por su empeño de independizar otros países fuera de la Gran Colombia.
Por esta nueva propuesta de Constitución va a tener un enfrentamiento con el general Santander que se oponía al cambio de la misma.
Escasez de recursos para la guerraEn su visita a Barquisimeto, el Libertador constató las condiciones precarias del ejército de occidente, “por la escasez de víveres, vestuario y dinero.” También se ocupó de darle apoyo al ejército en la Provincia de Coro para controlar alteraciones de guerrillas en la zona. Más aun estando en conocimiento que quedaban focos en Puerto Cabello luego de la Batalla de Carabobo. En esta época el apremio económico de la Gran Colombia era grande, motivado principalmente a la guerra, por lo que había muchas limitaciones en los gastos, y se solicitaba a los oficiales responsables, promover y facilitar los ingresos y en lo posible aumentar las rentas en las provincias.
El Libertador llega a Barquisimeto
De acuerdo a la tradición oral, fue recibido por sus habitantes, en la calle de El Puente, actual carrera 17 entre calles 20 y 22, con un arco alegórico de flores y palmeras.
También se cuenta que se reunió en la vivienda que pertenecía a Carmen de Alvarado, hija del Alférez Real Juan José de Alvarado (1), casada con Francisco de Paula Escalona y que posteriormente perteneció a la familia Silveira, en la cara oeste de lo que era el Convento de San Francisco, actual calle 23 entre 16 y 17, que para ese momento se encontraba en ruinas por el terremoto de 1812 y que fue reconstruido como iglesia.
Así como otra información que indica visitó en la Calle Real, actual carrera 19, entre 21 y 22, la casa de Juan Amaral, donde aparentemente pernoctó, de acuerdo a la referencia que se hizo en el Plano de Barquisimeto, señalado con el número 22, realizado bajo la dirección de Gumersindo Giménez (2), hacia 1876, mientras que los oficiales que le acompañaban lo hicieron en una vivienda con balcón ubicada en el lado sur de la cuadra siguiente más al oeste de la misma Calle Real. (3)
En Barquisimeto permaneció los días 14 y 15, en El Tocuyo el día 16, para Carora planifica partir el 17, y estará hasta el 19, para luego proseguir a Trujillo.
Bolívar le escribe a Santander Vicepresidente del Departamento de Colombia desde El Tocuyo
La comunicación escrita durante la guerra era permanente y en cada uno de estos sitios se redactaron comunicaciones importantes para la continuación de la guerra.
Una de estas comunicaciones fue la que escribió el día 16 desde El Tocuyo al General Francisco de Paula Santander donde le indica que piensa viajar a Bogotá, una vez que pase por Cúcuta y le escribe que espera le consiga de “4.000 a 5.000 hombres, para que El Perú me de dos hermanas de Boyacá y Carabobo”. La batalla de Boyacá había ocurrido en agosto de 1819. Seguirían Pichincha, Ecuador en 1822; Junín, Perú en agosto de 1824; y la que define la salida del poder español de Suramérica, Ayacucho en Perú en diciembre de 1824.
Adicionalmente le manifiesta: “El fruto de once años no lo quiero perder con una afrenta, no quiero que San Martín me vea, sino es como corresponde al hijo predilecto”, esto último en referencia a un elogio que le había hecho Santander. Le muestra también las molestias que tiene respecto a la gente de Cúcuta:
“Yo no hablaré a Ud. nada, porque no tengo tiempo para nada, quiero decir de congreso, constitución, vicepresidentes y todas las demás sacaliñas de Cúcuta y sus cercanías. Estas bagatelas me harían escribir una resma si yo supiera escribir y tuviera tiempo. Digo más, ni aun de palabra podré decir la mitad de las cosas que me ocurren sobre estas miserias de las cuales depende nuestra vida y alma, sin contar el honor y la gloria”.
En Carora le volverá a escribir a Santander haciéndole solicitudes para el ejército.
También le escribe al Vicepresidente de la Gran Colombia desde El Tocuyo
El mismo día 16 le escribe al Dr. José María del Castillo y Rada, Vicepresidente interino de la Gran Colombia. Le pide disculpas por no haber contestado sus cartas y le dice:
“Imagínese Usted lo que estaré de ocupado creando, por decirlo así, una República en este departamento de Venezuela en que cada pueblo y cada hombre es un mundito. Además, marchando de día y escribiendo de noche, sobre todo lo que ocurre al Estado y a todos los nuevos colombianos. Si yo fuera capaz de fatigarme, estaría ya cansado, pero no, porque aún quedan enemigos de Colombia y el fin (de) mi vida es destruirlos”.
Es sus palabras se muestra la decepción que siente en la misión que le ha tocado llevar a cabo para sostener el trabajo de la creación de la nueva nación.
Ratifica que solo quiere mandar como General, que desea ir a Quito, “con el objeto de terminar la guerra en Colombia y terminar igualmente mi carrera pública, pues estoy bien resuelto a no mandar más y servir sólo como militar”.
Agrega más adelante que su accionar en once años es en la esfera militar, piensa que es difícil gobernar siendo el centro de la revolución, lo que podrá hacer otro que no se encuentre en idéntica situación. Aquí hace una confesión importante que muestra lo que han sido sus dudas sobre cómo lograr mantener un gobierno débil. Por lo importante que revela me permito transcribirla:
“Esta es otra razón que tengo además para querer salir de la presidencia porque yo jamás podré tirar mis líneas más allá de la esfera de la revolución, aunque ésta haya fenecido o esté pronta a fenecer. Es tan difícil, por otra parte, que un jefe que se ha creado en medio del tumulto, de la anarquía y del ruido de las armas, pueda gobernar con acierto una república filosófica, cual se ha decretado por el Congreso. Tal República no es ni aun para ser habitada de los hombres que se han educado en medio de estos huracanes revolucionarios. Yo me persuado que el Congreso ha penetrado la exactitud de estas verdades y, por lo mismo, no quiere que se gobierne más por la espada ni con un pulso terrible, sino con una pluma y un tacto delicado; porque sin duda a la marcha del tiempo todo debe plegar.”
Y agrega: “Esta consideración, mi amigo, me ha hecho aprobar el nombramiento de Ud., que pocos días ha no me habría parecido bien, porque yo estaba en la idea de que para gobernar esta república se necesitaba no de un hombre como Ud. sino de otro que fuese mil veces más fuerte que yo”.
Finaliza diciendo: “y tanto he estado prevenido de esta idea, que me hallo íntimamente persuadido de que yo no tengo, en mucho, la firmeza necesaria para llevar el timón de esta nave acosada por las tempestades; bien entendido de que yo no conozco otra ciencia que la de la fuerza militar, me conceptúo incapaz de usar de aquella políticas sagaz, supletoria de todas las fuerzas y de todos los medios”.
Esta era en líneas generales la situación que reinaba en el ambiente social y político cuando Bolívar realiza su visita a Barquisimeto y poblados cercanos extraída de la comunicación personal y oficial, una situación tensa a nivel social, económico, político y militar.
Fuentes
Archivo de El Libertador archivodellibertador.gob.ve/escritos
Barquisimetaneidad, Personajes y lugares Raúl Azparren, edición de la Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela. (1),(2),(3)