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Botica del Carmen y Farmacia Lara, historia de la antigua botiquería tradicional

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisperozop@hotmail.com
En las redes sociales: @LuisPerozoPadua

La Bot­i­ca del Car­men del Dr. Juan Bautista Zubil­la­ga Per­era en sociedad con su hijo Pablo Jesús Zubil­la­ga Gutiér­rez ocu­pa­ba la esquina de la calle Tor­res, frente a La Capil­la San Dion­i­sio, en aque­l­la Caro­ra, ári­da y rese­ca del esta­do Lara.

Tem­pra­no, con los primeros res­p­lan­dores del astro rey, el Dr. Zubil­la­ga Per­era abría las puer­tas de dos hojas de su local, en donde, con el tran­scur­rir de las horas, comen­z­a­ban a lle­gar los veci­nos que, en ame­nas ter­tu­lias, se con­gre­ga­ban entre póci­mas, embu­dos, morteros, pipetas, pince­les, fras­cos, fil­tros y todo tipo de recip­i­entes, para solic­i­tar sus bre­ba­jes, reme­dios y has­ta con­se­jos de los bot­i­car­ios y mancebos.

La bot­i­ca tenía su lab­o­ra­to­rio pro­pio en donde el Dr. Zubil­la­ga Per­era fab­ri­ca­ba med­i­c­i­na tradi­cional para todo tipo de dolen­cias, lo que con­sti­tuía su prin­ci­pal oferta.

Este caroreño era famoso por preparar “for­mu­las mila­grosas” para com­bat­ir padec­imien­tos del sis­tema res­pi­ra­to­rio que todavía hoy han sana­do a más de uno.

Bot­i­ca del Car­men, Caro­ra, esta­do Lara

Las pócimas de Zubillaga

Los clientes bus­ca­ban en la Bot­i­ca del Car­men, las cono­ci­das gotas de Lame­dor, un efi­caz expec­to­rante; Tim­ol para los hon­gos de pies y manos, tam­bién era muy solic­i­ta­do, así como cloruro de mag­ne­sio para dolores en los huesos.

Igual­mente se con­seguía en el expen­dio las pop­u­lares Píl­do­ras Rosadas de Williams, exce­lente antianémi­co que hacía subir el bermel­lón de la san­gre a los cachetes de las niñas pál­i­das. Además, se vendía las píl­do­ras purga­ti­vas del Dr. Guil­lié, para no dar­le tregua a los repug­nantes parásitos.

Otro reme­dio mila­groso era la Ovolecithine Bil­lón para aque­l­los mal­cri­a­dos que sufrían de neuras­te­nia y descal­ci­fi­cación. Para los vom­i­tones y diar­reas, les recomend­a­ban el “Elixir Estom­acal de Sainz de Carlo”.

Acud­ían a la bot­i­ca caroreña las madres de los niños car­co­mi­dos por las lom­brices y soli­tarias para que el Dr. Zuvil­la­ga les rec­etara un reme­dio poderoso, quien a regaña­di­entes y con fuete en mano, oblig­a­ba a los “cipotes” a tomar el hor­rip­i­lante ver­mífu­go de Car­lo Mier que se elab­ora­ba sola­mente en la Bot­i­ca Oli­vares de Fran­cis­co A. Bolaños, en la calle del Lib­er­ta­dor, N° 46–48 (Car­rera 19 con calle 23) de Barquisimeto.

Asimis­mo, para los pechos apre­ta­dos este recor­da­do bot­i­cario recomend­a­ba: Agua Nat­ur­al Pur­gante, Emul­sión Scott y Licor Pectoral.

El Vino Rabot lo rec­eta­ba el Dr. Zubil­la­ga Per­era para des­per­tar el apeti­to voraz y Fos­fati­na Falieres para los que and­a­ban ter­rosos y fla­cos, tratamien­to dis­tribui­do exclu­si­va­mente por el Dr. Pedro Bar­tolomé en Barquisimeto.

La Achico­ria (jarabe para la tos), tam­bién era una de las med­i­c­i­nas más solic­i­tadas en la Bot­i­ca del Car­men, así como el Alco­hol Quina­do o Sulfa­to de Quin­i­na (para tratar las escaras que sur­gen en los enfer­mos que están mucho tiem­po en cama) era otro de los men­jur­jes mila­grosos, ambos fab­ri­ca­dos por el doc­tor Agustín Gómez Rojas, propi­etario de Bot­i­ca Coro­mo­to, con asien­to en la aveni­da Lib­er­ta­dor de Cabudare.

En 1973, la Bot­i­ca del Car­men dejó de fun­cionar en aque­l­la calle debido a la inun­dación suce­di­da ese año y que prác­ti­ca­mente asoló a Carora.

Inau­gu­ración de la Far­ma­cia Lara

De Farmacia Lara a Farmatodo

Luego de sope­sar­lo por un tiem­po, el Dr. Rafael Zubil­la­ga, her­mano del Dr. Juan Bautista Zubil­la­ga Per­era, decidió mon­tar tien­da aparte en la cap­i­tal larense; así que abrió una pequeña boti­quería en la calle del Com­er­cio entre Lara y Juares, que según la nomen­clatu­ra actu­al sería la aveni­da 20 entre calles 24 y 25. Su inau­gu­ración ocur­rió el 18 de febrero de 1918, en cuyo avi­so frontal se leía: Far­ma­cia Lara.

En 1929, después del fal­l­ec­imien­to del Dr. Rafael Zubil­la­ga, el nego­cio quedó en manos de su hijo Teodoro Zubil­la­ga Her­rera en sociedad con el Sr. José Luis López Moran­di, quienes cam­biarán el nom­bre com­er­cial por Droguería Lara en 1955. Esta sociedad tomó la ini­cia­ti­va dis­tribuir med­i­c­i­nas al may­or, primero a los esta­dos veci­nos; luego a los esta­dos cen­trales del país.

Para 1985, se establece una nue­va idea de un autoser­vi­cio, emprendimien­to que llevó a cabo uno de los hijos de Teodoro Zubil­la­ga Her­rera, el tam­bién caroreño, Rafael Teodoro Zubil­la­ga Isaac,​ quien cam­bió nue­va­mente el nom­bre de la empre­sa por Far­mato­do, y en 1994 com­pra la red de tien­das de cos­méti­cos Sarela.

Far­mato­do con­cen­tra el 13,7% del mer­ca­do far­ma­céu­ti­co de Venezuela. Para el año 2021, Far­mato­do poseía un total de 175 sucur­sales dis­tribuidas en 22 esta­dos de Venezuela. Far­mato­do está pre­sente con sucur­sales en Colom­bia y Argentina.

Far­ma­cia Lara, estu­vo ubi­ca­da en la Calle del Com­er­cio entre Lara y Juares

 

Far­ma­cia Lara. Colec­ción del his­to­ri­ador Luis Her­a­clio Medina

Botiquería tradicional

Yatrén 105: para la disentería
Aceite de Rici­no o aceite de cas­tor: efi­caz purgante
Cuer­no de cier­vo: “para los yeyos”
Sul­fa­di­az­i­na de pla­ta: Ungüen­to para las quemaduras
Guay­a­col: para los ataques de tos
Leche de mag­ne­sia: para el estreñimiento
Aceite de almen­dras: bueno para la piel
Extrac­to de vale­ri­ana: para el insomnio
Gotas del Car­men: infusión relajante
Bay-Rum: para los dolores de cabeza
Gotas de Cun­deamor: bál­samo para el mal de amores y con­tra la nostalgia
Píl­do­ras Olarte: con estas pastil­las se errad­i­ca­ba la pereza
Eufe­nil: para la hinchazón
Ver­mífu­go de B. A. Fahne­stock: para las lombrices
Aceite de híga­do de bacalao: para la preñez
Triq­ui­traque: para los menstruos
Jen­gi­bre: exci­tante del apeti­to y cura­ti­vo para los resfriados
Cacao: para el híga­do, los humores y la tisis
Aceite de oli­va: con­tra la fiebre, náuse­as y males de costado
Ore­ja de tigre: para las enfer­medades venéreas
Aguar­di­ente de caña: para la debil­i­dad e impotencia
Fos­fa­to de hier­ro sol­u­ble de Leras: para la curación de los col­ores páli­dos, dolores de estó­ma­go y para dar al cuer­po vigor

Far­ma­cia Lara N2

Jarabe de Pino Marí­ti­mo: para los catar­ros, bron­quitis y el asma
Polvos y pastil­las Amer­i­canos: para las diges­tiones labo­riosas y gastritis
Gránu­los de Bis­mu­to: para las diar­reas, dispepsias
Fier­ro amuri­ata­do: para la fiebre amarilla
Píl­do­ras tocológ­i­cas: con­tra los abor­tos y enfer­medades de la matriz
Cáp­su­las de mati­co: con­tra la gonorrea
Depu­ra­ti­vo Oli­vares*: para purificar la san­gre, curar el reumatismo
Bál­samo semi­palúdi­co: para con­tener la san­gre de las heri­das y para cica­trizar úlceras
Píl­do­ras depu­rantes: para las obstruc­ciones del híga­do y de los intestinos
Car­i­formi­na: infal­i­ble reme­dio para los dolores de mue­las cari­adas y neuralgias
Gotas reparado­ras: para todas las enfer­medades propias de la mujer
Jarabe de totu­ma: cura todo tipo de afec­ciones del pecho
Cáp­su­las de copai­ba y alquitrán: para las enfer­medades secretas
Agua de Beli­er: para cal­los, pecas y verrugas
Elixir amar­go: para ale­grar el espíritu

Fuente: Archi­vo Diario EL IMPULSO

CorreodeLara

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