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Cuentos de terror en el Museo de Barquisimeto

 

Freddy Escalona Rangel
Escritor y cronista

 

Una tierra fecunda, de hechos y personajes emblemáticos para la historia de nuestro país; a propósito del próximo cumpleaños de la capital larense, te contamos los mitos más espeluznantes que han pasado de generación en generación y cada día, cobran más vida…

 
En esta plaza de majes­tu­osos crepús­cu­los, hay cuen­tos de caminos que para algunos bar­quisimetanos nos pare­cen de pelícu­la, pero para otros, que han vivi­do en carne propia y afir­man que exis­ten leyen­das basadas en hechos sobre­nat­u­rales, no lo es. Son cien­tos de mitos que se han con­stru­i­do entre la cotid­i­anei­dad des­de que la ciu­dad fue estable­ci­da, pero en esta opor­tu­nidad, te con­ta­mos de primera mano, las cróni­cas de voces recono­ci­das y de aque­l­los ciu­dadanos, que con su empeño, lev­an­taron esta metrópoli y preser­varon para las gen­era­ciones futuras, los tes­ti­mo­nios del Bar­quisime­to de ayer.
 
Dis­tin­tas son las fábu­las que se fab­ri­can entre los veci­nos, están los supuestos túne­les que comu­ni­can el museo con el cuar­tel Jac­in­to Lara, la igle­sia Con­cep­ción y San Fran­cis­co;  así como tam­bién, los cuen­tos que se tejen sobre los espan­tos y asesinatos que ocur­rieron en el siglo pasado.
 

Horror en el museo

El Museo de Bar­quisime­to, es una mar­avil­la arqui­tec­tóni­ca que des­de su fun­dación en 1878, ocul­ta his­to­rias que para muchos de nosotros son difí­ciles de creer; todas estas leyen­das, con­for­man el gran mis­te­rio que envuelve a sus pasil­los, que has­ta hoy en día, siguen avivándose…
 
Todo inocente que lle­ga a tra­ba­jar allí, renun­cia, por los sus­tos y cosas que se lle­gan a ver, los espan­tos y hechos para­nor­males pasan tan­to en día como en la noche.
 
Diver­sas son las his­to­rias relatadas por vis­i­tantes y tra­ba­jadores de este sim­bóli­co lugar que es pat­ri­mo­nio de la cul­tura larense, el cual fun­cionó en sus ini­cios como el antiguo Hos­pi­tal “La Cari­dad”; la creen­cia local, se incli­na a que las supues­tas his­to­rias que sur­gen de este museo, puedan tratarse de pacientes y empleados.
 

La dama de blanco

La may­oría de las his­to­rias ref­er­entes a espíri­tus y expe­ri­en­cias para­nor­males en este recin­to, apun­tan a la exis­ten­cia de una mujer que viste de blan­co, como si se tratará de un uni­forme y ha sido vista por algunos vig­i­lantes y vis­i­tantes merode­an­do en la capil­la “San Miguel”. La describen como una mujer descalza y con la cabeza hacia aba­jo, a la que no se le ve el ros­tro. De ser cier­ta esta apari­ción, se pre­sume que sea el alma de algu­na paciente trata­da en el antiguo Hospital.
 

Invitados nocturnos

Una de las leyen­das que cobra fuerza en los pasil­los del Museo, es la de un joven que ha sido vis­to por algunos tra­ba­jadores, con­tem­p­lan­do las obras de arte cuan­do ya la sede está cer­ra­da, se tra­ta de un joven, que viste con camisa de cuadros rojos y pan­talón negro; según se comen­ta, se tra­ta del alma de algún estu­di­ante o vis­i­tante fal­l­e­ci­do. Cuan­do los tra­ba­jadores que hacen el turno noc­turno se han acer­ca­do al chico para pre­gun­tar­le que hace en el recin­to, este no con­tes­ta, no da la caray se reti­ra pacien­te­mente, cam­i­nan­do hacia el pozo que se encuen­tra ady­a­cente a la capil­la y desaparece.
Hos­pi­tal de la Caridad
 

Golpes y cadenas

Según la cul­tura pop­u­lar bar­quisimetana, sue­len escucharse golpes a las puer­tas de la insti­tu­ción, así como pisadas lentas y mis­te­riosas cuan­do no hay gente en la sede. Se comen­ta que estos hechos sobre­nat­u­rales ocur­ren may­or­mente los días lunes, cuan­do cier­ran sus puer­tas para realizar labores de man­ten­imien­to; las tra­ba­jado­ras del área admin­is­tra­ti­va, ase­gu­raron que una vez que se encon­tra­ban en las ofic­i­nas, escucharon una cade­na que se arras­tra­ba por uno de los pasil­los, al aso­marse con mucho cuida­do, el lugar esta­ba despejado.
 

Obras que cobran vidas

Estu­di­antes y guías de este impor­tante cen­tro cul­tur­al, ase­gu­ran sen­tirse intim­i­da­dos por algu­nas pin­turas de las cuales sien­ten malas energías, especí­fi­ca­mente las que tienen per­sonas que “pareciera que te obser­varan y te sigu­ier­an para todos lados”. Asimis­mo, en varias oca­siones, se ha espec­u­la­do sobre una músi­ca que resue­na den­tro de un salón clausura­do de músi­ca, así como nar­ran haber obser­va­do ani­males un poco extraños cam­i­nan­do por el museo, per­ros con apari­en­cia de lobos y otras rep­re­senta­ciones extrañas.
 
Las con­se­cuen­cias del sol­da­do ahorcado
 
Se cuen­ta una his­to­ria muy par­tic­u­lar ocur­ri­da en el cuar­tel mil­i­tar, donde se dice que un sol­da­do per­tur­ba­do, se ahor­có en una mata de mamón que se encuen­tra aún allí. Según los cuen­tos de camino, un hom­bre que tra­ba­ja­ba ante­ri­or­mente en el museo como vig­i­lante, se le apare­ció el fan­tas­ma del ahor­ca­do y del miedo, decidió encer­rarse en un cuar­to y en la parte de afuera, se escuch­a­ba el relin­char de un cabal­lo que gol­pea­ba fuerte­mente la puer­ta; al día sigu­iente del espan­to, hal­laron en shock al vig­i­lante, su per­tur­bación fue tal que aho­ra deam­bu­la por las calles como un mendigo.

CorreodeLara

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