Ecos de la Provincia, una experiencia radial inédita
Freddy Torrealba Z.
Escritor e investigador
Por sus características signadas por los valores humanos, comunicacionales y éticos, esta es una experiencia inédita, que también plantea cuál es la primera emisora en la radiodifusión larense. Aunque, sin un carácter oficial, se sabe que en 1932 ya funcionaba en Quíbor la estación Ecos de la Provincia.
Hay 2 fechas encontradas sobre su fundación. La primera en el año 1932 y la segunda en 1936. Entre los años 31 y 32, aparecen en el país varias emisoras de fugaz presencia. Estas son: YV4BC, YV5BC, YV6BC YV7BC y YV8BC. Todas emitían por onda corta. Por lo que no es descartable que en esa especie de “boom” radial se encuentre la misma dado que emitía por la banda internacional. Con todo, se trata de un asunto aún por dilucidar.
La obra de un romántico
Su aparición en el éter es producto de la inventiva del músico quiboreño Juan Pablo Ceballos. Hasta ese momento el dictador Juan Vicente Gómez estaba consolidado en el poder tras centralizar al país y erradicar a los caudillos con sus rasgos de “ciego y brutal” como lo llamara el historiador Carlos Irazábal. En Lara el panorama era similar con su primo Eustoquio Gómez, quien ejerce la Gobernación del Estado donde se enriquece como voraz terrateniente y comete los más atroces abusos, entre estos detener a alguien en la calle porque no lo saludó. Un lumpen de la política con arrebatos sicopáticos, hasta el descarado extremo de no pagar nunca el alquiler de la casa que habitaba en la esquina de la calle 25 con carrera 17.
Juan Pablo Ceballos no sólo era un fino músico e inspirado compositor sino también un decidido radiodifusor con marcada mentalidad empresarial. Un conocedor a fondo del lenguaje universal de la música al igual que el de los sonidos de la radio. De esa forma emprende esta quijotesca iniciativa de crear, contra viento y marea, una estación de radio. Todo de manera empírica y espontánea cuando la radio se abría camino en el país como el primer medio de comunicación de masas del siglo XX. Un hecho del cual tuvo plena conciencia. actividades en las cuales hizo de locutor, narrador, musicalizador, charlista, discotecario, guionista y operador técnico.
Una radio experimental
Esta es una estación de tipo experimental que por cierto proliferaron en EEUU antes de 1920 cuando aparece la primera emisora regula la KDKA en la ciudad de Pittsburg. La tecnología utilizada es la norteamericana que dominaba el mercado. Su potencia es de menos de un cuarto de kilovatio, la necesaria entonces para cubrir la zona del Caribe en condiciones atmosféricas favorables aunado al descongestionamiento del dial.
Por ello en su indicativo se señala que es una “estación radio experimental” con las siglas YV3AG. Ya en 1928 Juan Pablo Ceballos recibe el certificado número 8 que lo acredita como radioaficionado que le permite comunicarse con diversas partes del mundo. Por lo que estaba al día en cuanto a noticias, música, cultura y conocimientos en general.
El cronista Florencio “Fuller” Sequera Jiménez nos explicaba, en los años 90 del siglo anterior, que por su modalidad se trataba de una radio de aficionado lo cual resultó cierto. Tras esa acreditación el quiboreño emprende la odisea de poner en antena una emisora experimental. No es descartable suceda a partir de la fecha señalada.
La cultura, plato del día
La programación de Ecos de la Provincia era de corte músico-cultural a tono con la formación humanística de su propietario que hace de pedagogo cuando salía al aire. Según el locutor Raúl Montesinos Camejo (fundador de La Voz de Lara) entonces a los locutores los denominaban “habladores”. Por lo que Ceballos se inscribe como uno de los primeros habladores de la radio larense con contenidos educativos más allá de la etiqueta del entretenimiento. Era frecuente escucharlo en el formato monologado de la charla con temas artísticos, sociales, sanitarios, científicos y culturales en general tal como lo planteaba Bertolt Brecht en su “Teoría de la radio” en que abogaba por la difusión democrática de mensajes y no la distribución imperativa de los mismos. El mensaje horizontal en lugar del vertical. Es un signo de la eflorecencia cultural que yacía contenida en los sectores emergentes y más avanzados de la sociedad venezolana. Una de sus expresiones es la radio con su inmenso potencial informativo y formativo que se venía gestando antes del fallecimiento del tirano JVG.
Su horario era restringido por los pocos recursos de que disponía para transmitir el cual se cumplía en una jornada de 2 horas diarias. La música divulgada era la contenida en los discos de 78 revoluciones por minuto que reproducían, de manera rudimentaria, de lo que se conocía como vitrolas. Después lo harían con los tocadiscos o pickup. Su capital se calcula en menos de 100 mil bolívares suficiente entonces para montar una radio. Recordemos que Radio Barquisimeto de los hermanos Segura se constituyó con la suma de 100 mil bolívares.
Ceballos hizo de tripas corazones. Fue él quien construye el transmisor al adaptar uno de radioaficionado a radiodifusor por la falta de suficiente capital. Un hecho posible gracias a que era un aficionado a la electrónica. Esa capacidad para la inventiva le permite luego en 1948 diseñar el transmisor de Radio Carora de la cual fue socio por corto tiempo junto a la familia González. Es otro ejemplo del típico autodidacto que se hace de conocimientos por cuenta propia.
Alcance internacional
La pionera estación opera en la banda internacional de los 41 mts. (7100–7300 KHz) utilizada para emisiones de corta distancia como ocurre en Centroamérica. Aunque logra una amplia propagación al anochecer y amanecer. A la mayoría de estaciones de esa época en el país les asignaban esa banda o las tropicales típicas para estas zonas de los 120 mts., 90 mts., 75 mts. y 60 mts.
En consecuencia, tenía una cobertura internacional, dado que recibió cartas e informes de recepción del resto del país y la región del Caribe enviados por oyentes y practicantes del diexismo, es decir, la afición ciencia de sintonizar y reportar señales de radio lejanas. La emisora por su parte confirmaba los mismos con una tarjeta del código “Q” usado en el medio conocida como QSL o confirmación de sintonía. Una evidencia de que su dueño era un conocedor de la radiodifusión al igual que organizado desde el aspecto técnico y gerencial. Sin duda, Ceballos valoraba altamente esas cartas que le llegaban del exterior. Eso era como un tesoro que permitía la interacción con el público, aunque muy lento, cuando aún no existían las sofisticadas redes sociales de hoy. Una de esas tarjetas verificadora de sintonía tiene fecha del 8 de octubre de 1936. Ello corrobora que se mantenía activa casi un año después de la muerte de Juan Vicente Gómez.
Sin permiso para operar
Sus transmisiones se prolongaron hasta el gobierno de transición del General Eleazar López Contreras. Pero es el caso que nunca, ni en dictadura ni en democracia, le otorgaron la licencia para emitir regularmente. Es más, Ceballos fue amonestado en varias ocasiones por la difusión de noticias e informaciones política prohibidas en el Reglamento de Radiocomunicaciones.
Tengamos presente que durante el gobierno de Eleazar López Contreras hubo también fuerte censura a los medios de comunicación en Venezuela inspirada en la lucha contra la ideología comunista. Ello pese a ser un ciudadano de mentalidad democrática apegado a la ley. Es la causa por la cual no aparece en la historia oficial de la radio larense. Pero sin duda, se trata de un precursor del medio.
Según nuestro parecer, Ecos de la Provincia constituye un hecho excepcional en la radio larense al margen de la historia confesional que la desconoce. Tal vez por aquello de que la historia la escriben los vencedores. Y Juan Pablo Ceballos en realidad no cuenta en este terreno por no haber tenido la suerte de lograr el permiso para transmitir oficialmente. Pero, nos deja la invalorable lección de un gigante emprendedor. Ceballos era un Quijote de la radio que nunca vio realizado su sueño de tener una emisora propia, pese a su tesonera lucha por obtenerlo.
Reconocido por Chío Zubillaga Perera
El periodista y pensador caroreño Cecilio “Chío” Zubillaga Perera admiraba y respetaba a este quiboreño al que califica de “avancista”. En el discurso inaugural de Radio Carora, el 24 de junio de 1948, lo perfila así: “El profesor Juan Pablo Ceballos está aquí también como expresión de ese estado de espíritu nativista y ecuménico, que es socio de esta empresa y trabaja como técnico sin petulancia, con su corazón de amigo leal y con sus dedos agilísimos de artista. Es de Quíbor, la tuna fraterna en donde toda la gente es tan regionalista y tan arraigada como la nuestra”
Un audaz civilizador erigido, desde el territorio de Quíbor, cuando las auyamas nacían y crecían solas en su fértil valle, pese a la agoviante sequía. Es parte de la relevancia comunicacional de Ecos de la Provincia que, en la década de 1930, surca el naciente dial de la radiodifusión venezolana con las luces del cambio y progreso. Cabe destacar que Juan Pablo Ceballos formaba parte en Quíbor de la élite intelectual que en Lara pugnaba por un cambio político y se aprestaba a la toma del poder tras el deceso de JVG. Aunque no tuvo una abierta participación en la actividad política se mantenía atento al desarrollo de la misma y preocupaba la situación y destino del país.