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Descripción exacta de la Provincia de Venezuela (1764)

Ángel Rafael Lombardi Boscán
Director del Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia
@lombardiboscan

Uno de los tes­ti­mo­nios de may­or val­or que ten­emos para cono­cer como fue Venezuela en el siglo XVIII es el atribui­do a Joseph Luis de Cis­neros, quien escribió una relación que tit­uló: “Descrip­ción exac­ta de la Provin­cia de Venezuela” en el año de 1764. 

Sobre Joseph Luis Cis­neros se sabe que fue ori­un­do del país y agente com­er­cial de la Com­pañía Guipuz­coana, lo que le per­mi­tió recor­rer todas las regiones tan­to de la cos­ta como del inte­ri­or. Fue un obser­vador inteligente tan­to de la geografía como del poten­cial económico/comercial que con­sid­er­a­ba desaprovecha­do en Venezuela por las sigu­ientes razones: 

“… si supiera, que habían de servir mis noti­cias de estí­mu­lo para alen­tar a las Gentes a cul­ti­var aquel ter­reno, pen­san­do ade­lan­tar el Com­er­cio, sacan­do los difer­entes abun­dantes fru­tos, que pro­duce, en cam­bio de algu­nas Mer­caderías, de que con­tin­u­a­mente care­cen sus Moradores, y tan­tas ven­ta­jas, que con­sidero de su Tra­to; gus­tosa­mente lo hiciera; pero me las­ti­ma en gran man­era ver el poco apre­cio, que se hace de un ter­reno tan fér­til, opí­paro, y abun­dante, que de todo género de gra­no rinde dos abun­dantes Cose­chas en cada año; cuan­do de Carnes, y Pesca es tan fecun­da: Dios por su infini­ta Mis­eri­cor­dia, quiera alen­tar el espíritu de las Gentes, para que ade­lan­tán­dose las Pobla­ciones, que al pre­sente se están hacien­do en las már­genes del Río Orinoco, con­tin­uán­dose su Nave­gación, se facilite por aque­l­la parte el Com­er­cio, a may­or hon­ra, y glo­ria de Dios, establec­imien­to de la Fe Católi­ca, entre aque­l­las Bár­baras Naciones, exten­sión de la Monar­quía de nue­stro Cathóli­co Rey, y bien de sus Vasal­los”.   

Refir­ién­dose a la Provin­cia de Cara­cas sostiene que: “Toda esta llena a pro­por­ción de Valles, por la parte que mira al Mar, de fér­tiles, ale­gres, y her­mosos cul­ti­va­dos de Hacien­das, y Arboledas de Cacao, que es el prin­ci­pal fru­to, y de más esti­mación que pro­duce esta Provincia”.

La descrip­ción que real­iza sobre todo lo que se pro­duce es intere­sante, porque bien demues­tra su ren­di­da admiración por una tier­ra fér­til y abun­dante. Hacien­das de cacao, caña de azú­car, cul­tivos de taba­co, maíz, yuca, tri­go; además de: 

“Las infini­tas Raíces, que en todo el año pro­duce este Ter­reno de ñames, Mapueyes, Ocu­mos, Lairenes, Batatas, Patatas, Apios, Papas; y fru­tas, como son Plá­tanos, Domini­cos, Cam­bu­res, Agua­cates, piñas, Chi­r­i­moyas, Guayabas, Papayas; Mameyes, Nísper­os, Mem­bril­los, Man­zanas, Higos, Habas, Cocos, Hica­cos, Sapotes, Anones, y otras muchas, aunque agrestes, son de grande util­i­dad para las famil­ias, que lo cul­ti­van: Se da el Café de muy exce­lente cal­i­dad; y tam­bién hay en estos Valles algu­nas Hacien­das de Cacao, y en espe­cial en el que lla­man Tuy de Ocumare, que ten­drá más de sesen­ta leguas, en cuyo ámbito no se encuen­tra otra Plan­ta, que son Arboledas de Cacao”.

Tam­bién era muy lla­ma­ti­vo para Cis­neros la tier­ra de los llanos vene­zolanos donde señala haber vis­to: “mucho Gana­do Vac­uno, en tan­ta abun­dan­cia, que todos los mas Hatos son, des­de diez has­ta veinte mil Reses, y mucho que se cría en aque­l­los despobla­dos, sin suje­ción; esto es, lev­an­ta­do, sin que puedan los Dueños suje­tar­lo, y hac­er­lo venir a rodeo.

Para este emplea­do de la Com­pañía Guipuz­coana, Venezuela fue real­mente una “Tier­ra de Gra­cia”. Recor­rer las pági­nas de su relación o informe sobre el poten­cial económi­co vene­zolano a medi­a­dos del siglo XVIII, es grá­fi­co y elocuente. Todavía hoy, el asom­bro por la nat­u­raleza del país y su mis­te­riosa mag­ni­tud sigue cau­san­do las más insospechadas reac­ciones de admiración y a la vez de desconcierto. 

El con­traste geográ­fi­co, de sue­los, cli­mas, y fau­nas fue sor­pren­dente de acuer­do a estas impre­siones que recoge Cis­neros en un libro tes­ti­mo­ni­al pub­li­ca­do por la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria en Cara­cas en el año 1981 y con estu­dio pre­lim­i­nar por Pedro Grases.

Para enten­der el pre­sente de hoy con toda su calami­tosa destruc­ción las nuevas gen­era­ciones de vene­zolanos deben reen­con­trarse con su pasa­do y estable­cer los hitos de una evolu­ción sin­u­osa, aunque sor­pren­dente. Venezuela fue “Tier­ra de Gra­cia” por sus riquezas agrí­co­las y pecuar­ias en el últi­mo siglo his­páni­co y volvió hac­er “Tier­ra de Gra­cia” en las primeras décadas del siglo XX pasa­do por la por­ten­tosa riqueza petrolera.

La nat­u­raleza nos pre­mió y nues­tra ceguera soci­ológ­i­ca nos perdió. ¿Ten­dremos la sabiduría de apren­der de tan­tas equiv­o­ca­ciones y enmen­dar para volver a ser un país nor­mal y próspero?.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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