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El almirante José Prudencio Padilla (1784–1828)

 

Ángel Rafael Lombardi Boscán
Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ
@lombardiboscan

 

Definitivamente muy poco sabemos del pasado sin ir más allá del chisme y la ignorancia. Lo que pasó es el triunfo del olvido y los recuerdos son la pálida fotografía de una memoria diversa que los historiadores se disputan entre sí asumiendo la caducidad de la vida humana con prepotencia. La historia objetiva es sólo instrumental y filosófica, es decir, especulativa. Así que no hay que preocuparse mucho con resucitar un pasado que siempre es diverso y contradictorio


                               Las fábu­las históri­c­as son pop­u­lares porque pre­cisa­mente ningún dic­ta­men tiene efec­tos pro­ba­to­rios y las eru­di­tas his­to­rias, pesadas y abur­ri­das, sólo atosi­gan de datos y hechos en su may­oría inven­ta­dos. Por lo tan­to decir la ver­dad sobre un pasa­do que ya se fue es un acto metafísi­co: sólo nos quedan las con­je­turas y la cal­i­dad del his­to­ri­ador con talento.

De Padil­la casi nadie en Venezuela conoce, ni le intere­sa su esplén­di­da hazaña


Al estu­di­ar sobre la Batal­la Naval del Lago de Mara­cai­bo del 24 de julio del año 1823 y que sel­ló la vic­to­ria final del ban­do repub­li­cano sobre los real­is­tas en nues­tra Inde­pen­den­cia (1810–1823) me encuen­tro que el héroe mil­i­tar de esa refr­ie­ga naval fue el neogranadi­no José Pru­den­cio Padil­la López (Rio­hacha, Vir­reina­to de Nue­va Grana­da, 19 de mar­zo de 1784 — Bogotá, Gran Colom­bia, 2 de octubre de 1828). A Padil­la le sucede lo mis­mo que a Piar: son héroes malditos. La his­to­ri­ografía ofi­cial­ista vene­zolana los con­denó como expa­tri­a­dos de una memo­ria nacional y patrióti­ca donde el epi­cen­tro de todo es el Mito Bolí­var (1842).

                Además, ambos tienen cua­tro cosas rel­e­vantes en común. Nacieron en el “extran­jero”, uno en Curazao y el otro en Río Hacha, la actu­al Colom­bia; los dos fueron de la condi­ción étni­ca de los par­dos, un estig­ma social para la época; como mil­itares fueron vic­to­riosos y die­stros como ninguno: Piar gana en la Batal­la de San Félix del año 1817 que lib­era toda Guayana y per­mite a los repub­li­canos cam­biar el cur­so de la guer­ra a su favor mien­tras que Padil­la lid­era la flota repub­li­cana en la Batal­la del Lago que der­rotó a la escuadra real­ista del Almi­rante Ángel Labor­de y per­mi­tió que el últi­mo Capitán Gen­er­al de Venezuela, el canario Fran­cis­co Tomás Morales accediera a capit­u­lar defin­i­ti­va­mente en Mara­cai­bo el 3 de agos­to de 1823. Y el dato más resaltante  de todos y con­tro­ver­sial: ambos fueron man­da­dos a fusilar por el mis­mo Bolí­var por traidores, Piar en el año 1817 y Padil­la en el año 1828.               

               De Padil­la casi nadie en Venezuela le conoce ni le intere­sa su esplén­di­da haz­a­ña. Y en el Zulia, dónde ocur­rió el even­to, muy poco. Ape­nas el nom­bre de un par de escue­las, un bus­to, prob­a­ble­mente ya roba­do ubi­ca­do en el Par­que de la Mari­na y el nom­bre de un minús­cu­lo munici­pio insu­lar en la Isla de Toas. Has­ta una pop­u­lar aveni­da en Mara­cai­bo que llev­a­ba su nom­bre le fue arrebata­do. En cam­bio en Colom­bia hay una plaza en Río Hacha con su estat­ua y una fra­ga­ta de guer­ra lle­va su nom­bre. Inclu­so la escuela Naval de los cadetes de la Arma­da en Colom­bia se lla­ma Almi­rante Padilla.

Padil­la fue fusila­do bajo el car­go de Traición a la Patria

                           “Padil­la fue final­mente fusila­do el 2 de octubre de 1828 bajo el car­go de Traición a la Patria, acu­sa­do de par­tic­i­par en la Con­spir­ación Sep­tem­b­ri­na. Bolí­var decretó que sus retratos, medal­las y con­dec­o­ra­ciones fue­sen destru­idas, así como que su nom­bre fuese bor­ra­do de lis­tas, reg­istros, archivos y cualquier otro doc­u­men­to”. Esto lo dice un Almi­rante colom­biano en un tra­ba­jo de títu­lo provo­cador: “El asesina­to judi­cial de un héroe”. Lo cual es cier­to pero no deja de ser un capí­tu­lo más de esa his­to­ria ren­corosa que ha per­sis­ti­do en el tiem­po entre vene­zolanos y colom­bianos. Colom­bia asume a Padil­la mien­tras que Venezuela lo niega.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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