CrónicasSemblanzas

Elías Toro, el célebre científico extraviado en la historia

 

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista

Para Alonso Toro, 
con profunda admiración, quien encarna el espíritu de Fermín Toro y su descendencia

 

“A mis ama­dos hijos Feli­cia y Fer­mín, de su padre aman­tísi­mo El Autor. Cara­cas 4 de noviem­bre de 1905.”, fue el epí­grafe –de puño y letra‑, que dejó asen­ta­do el doc­tor Elías Toro Ponce de León en la primera pági­na de su libro Delim­itación de Venezuela con Guayana Británi­ca, por las sel­vas de Guayana; una edi­ción ded­i­ca­da “al señor gen­er­al Cipri­ano Cas­tro”, obra aus­pi­ci­a­da por la Pres­i­den­cia de la Repúbli­ca que nar­ra en detalle la ard­ua labor de la Comisión Delim­i­ta­do­ra con la Guayana Británi­ca, sus peripecias, anéc­do­tas y las mar­avil­las de la épi­ca mis­ión que ter­minó con 85 años de eno­josa dis­cusión de límites ter­ri­to­ri­ales entre Venezuela y aque­l­la región


Nació en 1871, en la Cara­cas de los techos rojos. Hijo de Elías Toro Tovar (ca 1830) y de Bár­bara Feli­pa Ponce de León y Pereira (ca 1835). Elías Toro con­tra­jo nup­cias el 12 de diciem­bre de 1894, en Cara­cas, con Cleotilde Caspers Mejías, for­man­do un hog­ar del cual nacieron Fer­mín, Cori­na, Feli­cia, Elías, Julio, y Luis Toro Caspers en 1915.

Des­de muy niño, Elías fue siem­pre inqui­eto, obser­vador y dis­ci­plina­do por la lec­tura. Sen­tía una desmesura­da atrac­ción por el conocimien­to. Venía de un lina­je de renom­bre en la políti­ca y en las letras nacionales: de la Casa de los mar­que­ses del Toro. Era nieto del emi­nente diplomáti­co y políti­co Fer­mín Toro; pri­mo del académi­co y cien­tí­fi­co Car­los Toro Man­rique, y del pin­tor Anto­nio Her­rera Toro.  Pero la car­rera de los Toro no con­cluye allí, pues su hijo Elías Toro, fue miem­bro activísi­mo de la Gen­eración del 28, quien además fundó el par­tido Unión Repub­li­cana Democráti­ca, URD y fue médi­co tisiólogo.

Formado para la academia

Sus primeros estu­dios los real­izó en su natal Cara­cas, cur­san­do filosofía en el Cole­gio Vil­le­gas, para luego aden­trarse en el inusi­ta­do mun­do de las cien­cias médi­cas en la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela, obte­nien­do el títu­lo de doc­tor en med­i­c­i­na y cirugía; inmedi­ata­mente se inscribe en el cur­so de Far­ma­cia para pasar a efec­tu­ar estu­dios de post­gra­do en Europa, ubicán­dose en el hos­pi­tal Neck­er de París. Durante sus primeros años de estu­di­ante, incur­sionó con éxi­to en temas de críti­ca lit­er­aria con ensayos sobre Miran­da, Gil For­toul así como ano­ta­ciones cien­tí­fi­cas y has­ta un cuen­to para niños que obtu­vo fama.

En 1892, Elías Toro recibe una invitación para for­mar parte de lo más grana­do del peri­odis­mo en El Cojo Ilustra­do, destacán­dose con una serie de artícu­los sobre «Revis­tas Médi­cas» y a par­tir de 1896 y has­ta 1899, pub­li­ca una «Cróni­ca Cien­tí­fi­ca», en la cual abor­da una var­iedad de con­tenidos que van des­de tópi­cos gen­erales, has­ta temas de psiquia­tría y de antropología.

Jun­to al doc­tor José Gre­go­rio Hernán­dez, fundó la Acad­e­mia Nacional de Medicina

Pero su fogosa activi­dad lo lle­va a asumir nuevos retos, entonces sien­do direc­tor de la Escuela de Far­ma­cia en la UCV, abre y pre­side la cát­e­dra de Antropología en la mis­ma casa de estu­dios supe­ri­ores. Diver­sos autores coin­ci­den que eran tan den­sas las  clases de Elías Toro, que en 1906, se pub­li­cará el com­pen­dio de sus enseñan­zas con el títu­lo de Antropología Gen­er­al y de Venezuela Precolombina.

Sin duda, Elías Toro había rev­olu­ciona­do el uni­ver­so cul­tur­al con sus con­cur­ri­das cát­e­dras, razón por la cual fue des­ig­na­do, ‑por una­n­im­i­dad del Con­se­jo Uni­ver­si­tario en diciem­bre 1908‑, rec­tor de la UCV, has­ta junio de 1910.

Por las selvas de Guayana

Su espíritu de cien­tí­fi­co y obser­vador, lo con­du­jo a la proeza de recor­rer para­jes insospecha­dos de la exu­ber­ante sel­va amazóni­ca, des­de el Atlán­ti­co has­ta la Sier­ra de Pari­ma, por los ríos de Bari­ma, Amacuro, Demer­ara, Ese­qui­bo, Mas­saruní, Cuyuní, Acara­bisi y Ven­amo, según sus pro­pios apuntes, en expe­di­ción explorato­ria para demar­car los límites de Venezuela con Brasil y la Guayana Británica.

Por su inves­ti­gación pub­li­ca­da bajo el títu­lo “Con­tribu­ción al estu­dio de la geografía médi­ca, flo­ra y etnología de la Guayana vene­zolana”, es elegi­do por la Acad­e­mia de Med­i­c­i­na como Indi­vid­uo de Número para ocu­par el Sil­lón XXV, incor­porán­dose a tan pres­ti­giosa insti­tu­ción el 9 de mayo de 1906. For­mará parte entonces de la hon­or­able jun­ta direc­ti­va como sub­sec­re­tario entre 1906 a 1908 y segun­do vicepres­i­dente de 1910 al 12. Igual­mente será Miem­bro de Número de la Acad­e­mia de la Lengua.

El doc­tor Elías Toro, murió víc­ti­ma de la Gripe Españo­la el 3 de noviem­bre de 1918, cuan­do había cumpli­do 43 años, pero el implaca­ble paso del tiem­po ter­minó de bor­rar su nom­bre y la his­to­ri­ografía ofi­cial com­pletó el penoso trán­si­to del olvi­do, sin que las gen­era­ciones sigu­ientes conocier­an su legado.

Foto de por­ta­da: Desta­ca el doc­tor Elías Toro (pan­talón negro en el cen­tro de la grá­fi­ca) dirigía una expe­di­ción explorato­ria para demar­car los límites de Venezuela con Brasil y la Guayana Británi­ca. Colec­ción: Alon­so Toro (nieto del biografiado)

Fotos:
Extraí­das del libro Delim­itación de Venezuela con Guayana Británi­ca, por las sel­vas de Guayana, en res­guar­do del biól­o­go y músi­co Alon­so Toro, nieto de nue­stro biografiado

Fuente:
Delim­itación de Venezuela con Guayana Británi­ca, por las sel­vas de Guayana. Des­de el Atlán­ti­co has­ta la Sier­ra de Pari­ma, por los ríos de Bari­ma, Amacuro, Demer­ara, Ese­qui­bo, Mas­saruní, Cuyuní, Acara­bisi y Ven­amo. Cara­cas: Tipografía Her­rera Irigoyen, 1905
Reyes Bae­na, Juan Fran­cis­co. Elías Toro, prócer de la cien­cia, de la cul­tura y del civis­mo: ensayo biográ­fi­co. Cara­cas: Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela, Rec­tora­do, 1975

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