El general López Contreras en Carabobo

Luis Heraclio Medina Canelón
M.C. de la Academia de Historia del Estado Carabobo

El pasa­do 2 de enero se cumpli­eron 51 años de la desapari­ción físi­ca del gen­er­al Eleazar López Con­tr­eras, ex pres­i­dente de la Repúbli­ca, un per­son­aje que mar­có para bien el des­ti­no de nue­stro país. Por su paso por el Esta­do Carabobo, siem­pre se le recor­dará con car­iño y respeto.

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El futuro gen­er­al López sien­do muy joven, en sep­tiem­bre de 1899, con 16 años lle­ga a Carabobo en un momen­to trascen­den­tal: en la batal­la de Tocuy­i­to, que dará el tri­un­fo a la Rev­olu­ción Restau­rado­ra, donde es ayu­dante del coman­dante del Batal­lón Lib­er­ta­dor de los restauradores.

En lo más duro de la batal­la recibe un ter­ri­ble bal­a­zo, que lo tira al piso sin sen­ti­do. La bala impacta en uno de sus hom­bros cau­san­do graves lesiones. Lo aux­il­ian en la reta­guardia y le hacen unos ven­da­jes. Cen­tenares de heri­dos son traslada­dos a Valen­cia en bus­ca de aten­ción médi­ca. Entre ellos López y los futur­os pres­i­dentes Cipri­ano Cas­tro y Juan Vicente Gómez, que tam­bién heridos.

En aque­l­la pueb­le­ri­na Valen­cia sólo hay un noso­comio “mod­er­no”: El Hos­pi­tal Civ­il, que cuen­ta con un solo ciru­jano, el doc­tor Medar­do Her­a­clio Med­i­na, médi­co egre­sa­do de la UCV quien tiene que lidiar con los cen­tenares de tirotea­d­os, machetea­d­os y otros heri­dos de la batal­la. Lo más rápi­do es amputar a los heri­dos para evi­tar la gan­grena y sal­var­les la vida, pero el médi­co se con­mueve con el ado­les­cente, que ya es bachiller y había ini­ci­a­do los estu­dios de med­i­c­i­na en la Uni­ver­si­dad de Los Andes, que pide no le corten el bra­zo y lo opera y le sal­va el miem­bro. El pro­pio López Con­tr­eras recuer­da el episo­dio en uno de sus libros:

“Penosa fue mi per­ma­nen­cia en Valen­cia por causa de la heri­da recibi­da en Tocuy­i­to, a pesar de la esmer­a­da aten­ción del doc­tor Medar­do Medina”

Un año después y recu­per­a­do de su heri­da Cara­cas, López Con­tr­eras, regre­sa a nue­stro esta­do en 1900 como teniente coro­nel en el Batal­lón Carabobo, donde asciende a coro­nel y opera entre Valen­cia, Puer­to Cabel­lo y Tuca­cas previnien­do ataques de mon­ton­eras. Luego en 1903 fue segun­do jefe de la guar­ni­ción del Castil­lo Lib­er­ta­dor.  Has­ta 1906 estu­vo desta­ca­do en la Pen­i­ten­cia­ría del Cen­tro, que gob­ern­a­ba con­jun­ta­mente con la guar­ni­ción del Castil­lo. Tan­to en ese des­ti­no, como en los otros donde se desem­peñó, lo hizo de man­era insti­tu­cional y nun­ca se le señaló de abu­sos o maltratos.

En 1921 vuelve López Con­tr­eras a Carabobo con moti­vo de los cien años de la batal­la del 24 de junio. Se insta­la por sem­anas en un ran­chi­to en las inmedia­ciones del mon­u­men­to en con­struc­ción super­visan­do la obra y luego le toca orga­ni­zar el des­file más grande que se real­iza en Venezuela con moti­vo del fes­te­jo. Hace lo mis­mo años después para la creación de la tum­ba del sol­da­do descono­ci­do, donde yacen restos mor­tales de un sol­da­do caí­do en Ayacu­cho y vuelve con moti­vo de las obras del Altar de la Patria en 1930 al cumplirse los cien años de la muerte del Libertador.

Años después, es elegi­do por el Con­gre­so como pres­i­dente de la Repúbli­ca. El gen­er­al cuel­ga el uni­forme mil­i­tar y vestirá siem­pre de civ­il y gob­ernará con­forme a la ley. Una de sus primeras medi­das es ordenar la lib­er­tad de todos los pre­sos políti­cos del gome­cis­mo. En las maz­mor­ras del Castil­lo de Puer­to Cabel­lo se encuen­tra medio cen­te­nar de valen­cianos impli­ca­dos en un plan de tirani­cidio con­tra Gómez que fra­casó, entre ellos Leon Gilmond, José Del­ga­do Filar­do, Fran­cis­co Polo, Diego Breña, Fran­cis­co Nouel y Luis Eudoro Med­i­na y muchos otros. Todos vuel­ven con sus familias.

Venezuela se encon­tra­ba sum­i­da en el más espan­toso atra­so en mate­ria educa­ti­va y asis­ten­cial. En Valen­cia en los casi 30 años de la dic­tadu­ra gomecista no se había hecho prác­ti­ca­mente nada. López dec­re­ta crea nue­stro primer liceo, que es el Liceo Pedro Gual, donde por primera vez en Valen­cia los jóvenes pueden recibir instruc­ción media gra­tui­ta en un plantel del esta­do. Tam­bién se con­struye el edi­fi­cio del correo, hoy Ipos­tel, en la Calle Colom­bia, que actual­mente sigue en fun­cionamien­to. En Puer­to Cabel­lo se con­struyen nuevos muelles y almacenes y la urban­ización Cam­po Ale­gre para las clases pop­u­lares. Se con­struyeron acue­duc­tos en Guacara, Beju­ma, Mon­tal­bán y Chir­gua, donde se creó la Colo­nia Agrí­co­la. Igual­mente dotó de cloa­cas a Valen­cia donde todavía se usa­ban los “excu­sa­dos de hoyo”.

López Con­tr­eras llevó a su gob­ier­no como min­istros a ilus­tres valen­cianos como Enrique Tejera y José Rafael Pocater­ra. El doc­tor Rafael Ernesto López, hijo de carabobeños y cri­a­do en Carabobo fue su min­istro de educación.

Pero lo más impor­tante de López Con­tr­eras fue como el mis­mo dijo: Mi gob­ier­no no les costó a los vene­zolanos ni una sola lágrima.

Fuentes:

Gómez, Car­los Alari­co. “El Cir­cu­lo Valenciano”

López Con­tr­eras, Eleazar. “Pági­nas para la His­to­ria Mil­i­tar de Venezuela”

López Con­tr­eras, Eleazar. “El Tri­un­fo de la Vedad”

López Con­tr­eras, Eleazar. “Bolí­var Con­duc­tor de Tropas”