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El misterio del cementerio de Valencia

Rebeca Figueredo
Educadora — Cronista

Tenía varios días de haber llegado a Valencia, Jenny de Tallenay, hija del Cónsul de Francia en Venezuela, quien emprendió un viaje al interior del país junto a su esposo desde diciembre de 1880, se había animado a visitar varios lugares de la ciudad de los cuales quedó fascinada, sin embargo en su libro “Recuerdos de Venezuela” menciona de manera singular algo que observó durante su visita al cementerio de Valencia que lo ubica “en un terreno elevado a poca distancia de la ciudad” y “a la entrada del cementerio, a la derecha, se presenta una colina árida y rocallosa llamada el Calvario”.


Jen­ny de Tal­lenay, hija del Cón­sul de Fran­cia en Venezuela

Una vez den­tro del cemente­rio describe lo sigu­iente: “se notan en él algu­nas tum­bas bien cuidadas y cer­ca­dos llenos de flo­res. Una torre bas­tante espa­ciosa a lo alto de la cual llev­a­ba una escalera de cara­col, llamó nues­tra aten­ción. Subi­mos en ella y ¡cuál no fue nue­stro hor­ror, cuan­do lleg­amos a una estrecha platafor­ma, al con­statar que todo el inte­ri­or de este edi­fi­cio cir­cu­lar esta­ba tan lleno de osa­men­tas con­fun­di­das de tal modo que lo colma­ban casi entera­mente! Crá­neos desnudos surgían aquí y allá en este lúgubre amon­ton­amien­to de dese­chos humanos”.

Al pare­cer lo que vio es un esce­nario macabro, en donde puede notar aun aspec­tos de lo que fueron per­sonas, la joven detal­la: “algu­nas cabezas medio descom­pues­tas llev­a­ban aun huel­las de bar­ba y de cejas. Una de ellas, prob­a­ble­mente la de una des­gra­ci­a­da emi­grante irlan­desa, esta­ba vela­da bajo una espe­sa cabellera roja der­ra­ma­da sobre otros despojos”.

Después de tal impre­sión desea por higiene públi­ca que tal prác­ti­ca se deje de realizar porque al pare­cer era una “cos­tum­bre en Valen­cia de desen­ter­rar los cuer­pos después de un año de sepul­tura, a menos que haya una con­ce­sión espe­cial com­pra­da con dinero, y de echar­los en este osario común donde quedan expuestos al sol ardi­ente y a los aguaceros”.

Una torre bas­tante espa­ciosa a lo alto de la cual llev­a­ba una escalera de cara­col (ima­gen referencial).

Quizás la joven musa no exager­a­ba con sus notas al respec­to, ya que en 1885 Valen­cia fue vis­i­ta­da por un geó­grafo alemán, Wil­helm Siev­ers quien dejó reg­istra­do en su libro “Venezuela” un tes­ti­mo­nio algo sim­i­lar a lo que vio Jen­ny de Tal­lenay años atrás.

Comen­ta el geó­grafo: “Parece que en Valen­cia se tra­ta mejor a los ani­males que a las per­sonas, al menos a las per­sonas que han fal­l­e­ci­do. Porque en los patios de la igle­sia, que se encuen­tran en la sal­i­da occi­den­tal de la ciu­dad, hay una insta­lación muy pecu­liar y com­ple­ta­mente anti­estéti­ca. Las tum­bas solo se alquilan por dos años; quien no pague, más tarde será declar­a­do per­di­do de la tum­ba. Los hue­sos de los muer­tos enter­ra­dos allí se reti­ran y se arro­jan a un enorme con­tene­dor que se encuen­tra en medio del cemente­rio prin­ci­pal. En ningu­na parte de Venezuela me he encon­tra­do con una cos­tum­bre más fea”.

Sin duda algu­na estos relatos que quedaron para la his­to­ria nos sir­ven como una ven­tana al pasa­do; deján­donos con dudas acer­ca de lo que real­mente pasa­ba ahí y conec­tán­donos con el Valen­ciano del siglo XlX.

Fuentes:

Tal­lenay, Jen­ny de.  “Recuer­dos de Venezuela”  Edi­ciones del Min­is­te­rio de Edu­cación, Direc­ción de Cul­tura y Bel­las Artes, 1954

Siev­ers,   Wil­helm.” Venezuela”  Ham­bur­go 1888

 

Luis Medina Canelón

Abogado, escritor e historiador Miembro Correspondiente de la Academia de Historia del Estado Carabobo

4 comentarios en «El misterio del cementerio de Valencia»

  • INTERESANTE DESCRIPCION PERO MUY DISCRETO LOS DETALLES..

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  • Por favor bus­co infor­ma­ción sobre la gestión del Gral José Anto­nio Martínez Mén­dez esposo de Sra Indale­cia Gómez Chacón, obras que hizo gracias

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    • Muchísi­mas gra­cias por escribirnos Sr. Orlan­do Tro­co­nis, quizá esa infor­ma­ción la pue­da con­seguir nue­stros his­to­ri­adores Luis Her­a­clio Med­i­na, José Alfre­do Sabati­no, ElVis López y Rebe­ca Ekafig. Agrade­ce­mos mucho su interés y su tiem­po. Saludos. 

      Equipo edi­tor

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  • En el libro ” Via­jeros por tier­ras de Carabobo” doc­u­menta­ciones recogi­das y elab­o­radas por el poeta y escritor valen­ciano Felipe Her­rera Vial (1913–1995) hay bas­tante ref­er­en­cias a esas nar­ra­ciones de via­jeros europeos à Carabobo durante el siglo XIX. Felic­ita­ciones a la pro­fe­so­ra y cro­nista Rebe­ca Figueredo.

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