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El mito de la República de Florida venezolana y bolivariana

Efraín Jorge Acevedo

His­to­ri­ador

Uno de los fal­sos mitos difun­di­dos en los últi­mos años en Venezuela por pseudo­his­to­ri­adores es el que el actu­al esta­do de la Flori­da, en Esta­dos Unidos, fue ocu­pa­do por vene­zolanos sigu­ien­do órdenes de Simón Bolí­var, y que se creó una especie de Repúbli­ca “Boli­var­i­ana” de la Flori­da; algo que no tiene nada de verdad.

¿Qué ocur­rió real­mente? A prin­ci­p­ios de 1817 el gen­er­al Juan Bautista Aris­men­di le pro­pu­so al gen­er­al Gre­gor Mac­Gre­gor que ocu­para un puer­to en la Flori­da (entonces una Provin­cia españo­la) para usar­lo como tram­polín para opera­ciones inde­pen­den­tis­tas en Hispanoamérica.

 

 

 


Gre­gor Mac­Gre­gor (1786–1845

 

 

 

 

 

 

Mac­Gre­gor, un mer­ce­nario escocés, acep­tó y se fue a Haití para ini­ciar la operación; después de su par­ti­da llegó a la isla de Mar­gari­ta una car­ta para él de Bolí­var ascendién­do­lo a gen­er­al de División, otorgán­dole la Orden de los Lib­er­ta­dores y pidién­dole que sigu­iera en Venezuela, una car­ta que Mac­Gre­gor leyó 2 años después.

Mac­Gre­gor vendió vales o bonos para finan­ciar su aven­tu­ra en Flori­da, recau­dan­do $160.000

Esto desmiente el mito de que Bolí­var ordenó la operación. Hay que recor­dar que en ese momen­to la may­or parte de Venezuela esta­ba ocu­pa­da por los real­is­tas leales a España, y pre­cisa­mente Mar­gari­ta era una de las pocas zonas que esta­ba bajo con­trol de los patri­o­tas o independentistas.

El caso es que Mac­Gre­gor se va de Haití a los Esta­dos Unidos para con­tratar mer­ce­nar­ios y com­prar armas; estando allí recibe, el 31 de mar­zo de 1817, un doc­u­men­to fir­ma­do por des­ig­na­dos agentes de varias Repúbli­cas his­panoamer­i­canas pidién­dole que ocu­para toda la Flori­da. Entre los fir­mantes esta­ban los exil­i­a­dos vene­zolanos Lino de Clemente y Pedro Gual, que se con­virtieron en sus asesores políti­cos en el proyec­to. El aven­turero escocés creyó que Esta­dos Unidos y los habi­tantes de Flori­da apo­yarían la expedición.

Mac­Gre­gor vendió vales o bonos para finan­ciar su aven­tu­ra en Flori­da, bonos que supues­ta­mente serían can­jea­d­os por acres de tier­ra fér­til o por el dinero presta­do con grandes intere­ses, cuan­do la aven­tu­ra tuviera éxi­to y con­quis­tara la Flori­da (y al no ocur­rir los inver­sores perdieron su dinero); así recaudó 160.000 dólares. Es lla­ma­ti­vo que sería el mis­mo méto­do que Mac­Gre­gor usaría años después como parte de su famosa estafa de Poyais.

El 29 de junio de 1817, Mac­Gre­gor desem­bar­có con entre 80 y 150 mer­ce­nar­ios esta­dounidens­es en Isla de Amelia, una pequeña isla de Flori­da. El coman­dante de los 51 sol­da­dos españoles en la isla, Fran­cis­co Morales, creyó que los inva­sores eran muchos más y se rindió sin pelear.

La may­oría de los habi­tantes de la isla huyeron a tier­ra firme, mien­tras Mac­Gre­gor proclam­a­ba una “Repúbli­ca de las Flori­das”; él izó una vis­tosa ban­dera (blan­ca con una cruz verde) y se auto­proclamó Jefe del Gob­ier­no de la supues­ta nue­va Repúbli­ca y sacó dos procla­mas lla­man­do a los habi­tantes de la isla que habían hui­do para que regre­saran y lo apo­yaran (y por supuesto lo igno­raron y no volvieron). Sus ofi­ciales le pidieron invadir tier­ra firme pero se negó por no ten­er sufi­cientes hombres.

Ban­dera de la Repúbli­ca de las Floridas

Mac­Gre­gor inten­tó cobrar “impuestos” sobre el botín de los piratas locales en una “Corte del Almi­ran­taz­go”, y trató de recau­dar dinero medi­ante la incautación y ven­ta de doce­nas de esclavos encon­tra­dos en la isla.

A finales de julio Mac­Gre­gor envió 18 hom­bres a una mis­ión de reconocimien­to a San Agustín, pero los españoles los mataron o los cap­turaron. La dis­ci­plina entre los mer­ce­nar­ios de Mac­Gre­gor se comen­zó a desin­te­grar cuan­do vieron como él les paga­ba con “dólares de Amelia” que él mis­mo había impre­so (obvi­a­mente sin val­or) y luego no les pagó con nada.

Cuan­do Mac­Gre­gor vio que los españoles con­cen­tra­ban tropas en tier­ra firme para asaltar el islote, se ate­morizó. El 3 de sep­tiem­bre de 1817 Mac­Gre­gor se reunió con sus ofi­ciales y deci­dieron aban­donar la empre­sa, ale­gan­do que no habían recibido los apoyos esper­a­dos; Mac­Gre­gor se jus­ti­ficó dicien­do que sus ami­gos lo habían engañado.

Luego entregó el man­do a Jared Irwin, un ex-políti­co y aven­turero esta­dounidense que forma­ba parte de la expe­di­ción. Al día sigu­iente, el 4 de sep­tiem­bre de 1817, Mac­Gre­gor y su esposa Jose­fa (de soltera Jose­fa Aris­tegui­eta y Lovera, una pri­ma de Bolí­var) se subieron a un bar­co para irse, mien­tras una mul­ti­tud de los que habían sido sus hom­bres lo insulta­ban, por abandonarlos.

Había esta­do ape­nas 67 días en la isla antes de huir. Unas sem­anas después Mac­Gre­gor llegó a Nas­sau, en las Bahamas, y allí mandó a imprim­ir unos medal­lones con­mem­o­ra­tivos con el moti­vo de la Cruz Verde y las inscrip­ciones en latín Amalia Veni Vidi Vici (“Amelia, vine, vi, con­quisté”) y Duce. Mac Gre­go­rio Lib­er­tas Flori­dar­i­um (“Lib­er­tad para las Flori­das bajo el lid­er­az­go de Mac­Gre­gor”). Defin­i­ti­va­mente era todo un per­son­aje, que vivía sin vergüen­za y con mucho cin­is­mo y descaro.

Después de su par­ti­da los mer­ce­nar­ios resistieron los ataques españoles con la ayu­da del cor­sario francés Louis-Michel Aury. Recordemos que esen­cial­mente un cor­sario era como un pira­ta, solo que tra­ba­ja­ba como mer­ce­nario para un gob­ier­no o grupo políti­co que lo con­trata­ba para hac­er la guer­ra en el mar.

El francés Aury tra­ba­jó para patri­o­tas o inde­pen­den­tis­tas de difer­entes país­es his­panoamer­i­canos en difer­entes momen­tos; en ese momen­to tra­ba­ja­ba para los patri­o­tas o inde­pen­den­tis­tas mexicanos.

En 1817 Aury había per­di­do su base en Texas y al enter­arse del asun­to de Mac­Gre­gor en la Isla de Amelia se le ocur­rió la idea de anexar Flori­da al Méx­i­co inde­pen­den­tista, y par­tió para allá; había fuertes rumores de que Mac­Gre­gor le vendió la isla a Aury por 50.000 dólares. Gra­cias a los refuer­zos de Aury y sus hom­bres, los mer­ce­nar­ios con­sigu­ieron resi­s­tir los ataques del Ejérci­to español durante casi 3 meses, después de la hui­da de MacGregor.

Pero Esta­dos Unidos ya nego­cia­ba la com­pra de Flori­da con España para anexar­la a su ter­ri­to­rio, y una fuerza naval esta­dounidense coman­da­da por el comodoro J.D. Hen­ley y el may­or James Bankhead llegó a la isla; Aury no tenía inten­ción de pelear con­tra los mil­itares esta­dounidens­es y por eso entregó el islote a Esta­dos Unidos pací­fi­ca­mente el 23 de diciem­bre de 1817. Ter­mina­ba así la aventura.

CorreodeLara

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