El primer vuelo sobre Valencia
Luis Heraclio Medina Canelón
Abogado-Historiador
Cuando pensamos en el primer vuelo sobre la ciudad de Valencia recordamos inmediatamente al aviador norteamericano Frank Boland, que en 1912 con un rudimentario aeroplano construido por él mismo despegó desde la hacienda Guaparo y dio vueltas sobre la ciudad ante la sorprendida vista de los valencianos de principios de siglo. Pero esto no es exactamente así. Si bien Boland fue el primero que voló en un avión en Valencia, no fue el primero que la sobrevoló con un aparato hecho por el hombre
Aunque para los venezolanos en general resultan extraños los globos aerostáticos, en otros países son todavía bastantes comunes, especialmente en fiestas y competiciones y en todo el mundo han servido para surcar los cielos desde hace siglos.
Aunque posiblemente hubo globos inflados por aire caliente desde mucho antes, es desde finales del siglo XVIII y sobre todo durante el XIX cuando los espectáculos de los globos aerostáticos se popularizaron, primero en Europa y luego vinieron a América.
En los registros del nuevo continente aparece como el primer vuelo de globo aerostático uno en Haití, colonia francesa, a finales del siglo XVIII y luego varios vuelos en México.
El tercer lugar le correspondería a Caracas: El escritor valenciano Enrique Bernardo Núñez, primer cronista de la capital, cita al primer vuelo de un globo aerostático en la Caracas de 1785, cuando Simón Bolívar no había cumplido todavía los dos años de edad, en el contexto de las celebraciones del cumpleaños del rey Carlos III.
Pero fue una mañana de diciembre de 1875 cuando un aeronauta mexicano visitó Valencia. La nota la trae nuestra gran cronista extraoficial Luisa Galíndez en su “Historia de Valencia”.
Luisa nos cuenta que los valencianos fueron sorprendidos por un espectáculo maravilloso nunca visto en estos parajes: En un globo inflado de aire caliente un hombre con lo que Luisa llama un “traje de lentejuelas que brillaba al sol” subió desde la ciudad hasta, según ella, una altura de dos mil metros.
El viento llevó el globo hacia el oeste, el globo pasó por detrás del cerro de El Calvario y por los lados de Guataparo comenzó a descender hasta unos trescientos metros. Allí hizo ondear la bandera nacional y posteriormente ejecutó unas maromas en un trapecio para asombro de los espectadores.
Al descender en Guataparo fue recibido por una multitud como un héroe quienes lo llevaron en un desfile por las principales calles de la ciudad y las plazas Bolívar y Guzmán Blanco (hoy Plaza Sucre).
¿Pero quién era el aeronauta de Valencia? Luisa Galíndez no dice su nombre, entonces nos toca a nosotros investigar y especular. Las pistas son: 1875, mexicano que vuela globo en traje de lentejuelas y utiliza la bandera para su espectáculo.
Durante el siglo XIX en México se produjeron buena cantidad de vuelos en globos aerostáticos realizados por distintos aeronautas. Encontramos varios nombres: José María Alfaro, León Benito Acosta Rubí, y Joaquín de la Cantolla.
El primero de los nombrados murió en 1813. De Acosta Rubí se tiene información de su último vuelo en 1843, no hay referencia de vuelos posteriores. Debemos descartarlos.
Pero en cuanto a Joaquín de la Cantolla tenemos los siguientes datos: voló por primera vez en 1862 con unos aeronautas norteamericanos que se encontraban haciendo demostraciones en México.
Con los norteamericanos aprendió la construcción y la técnica de vuelo de los globos y fabricó los suyos, volando su primer aparato en 1863, con el cual tuvo enorme éxito y era invitado a toda clase de ferias y festejos.
Los cronistas mexicanos sostienen que en todos sus vuelos llevaba la bandera mexicana y frecuentemente vestía traje de charro mexicano, el cual se caracteriza por llevar muchos detalles brillantes.
Existen referencias de que todavía en 1877 continuaba experimentando y mejorando sus globos. Con Cantolla coincide la época, la exhibición de la bandera y el traje de luces. Creemos que este fue el primer hombre en surcar los cielos de Valencia. Pero quizás Cantolla no fue el primero.
El historiador porteño José Sabatino en su obra “Visiones del Viejo Puerto” refiere que bastantes años antes, en 1844, el periódico “El Patriota” narra que una especie de primitivo fotógrafo ambulante, de aquellos que utilizaban la técnica del “daguerrotipo”, llevaba en sus diligencias, quizás para hacerse propaganda, una “máquina aérea” que en Valencia elevó hasta las “mil trecientas varas”.
Post scriptum: El investigador especialista en la materia Fabián Capecchi opina que el nombre del aeronauta de Valencia sería más bien Severo Fonseca, quien al año siguiente estuvo en Barquisimeto. Queda abierta la investigación sobre estos pasajes de la historia
Fuentes:
Galilndez, Luisa “Historia de Valencia” Tomo I.
Gaxiola Baqueiro, Luis Enrique. Aeronautas mexicanos desde finales del siglo XVIII al final del XIX POR SOCIEDAD MEXICANA DE ESTUDIOS AERONÁUTICOS LATINOAMERICÁNOS 2016
Sabatino Pizolante, José Alfredo. “Visiones del Viejo Puerto” Corporación ASM CA. Venezuela. 2010