El reordenamiento cultural de Venezuela: 1936 — 1948
Freddy Torrealba Z.
Escritor e investigador
En 1936 Venezuela se encuentra postrada en el más pavoroso atraso cultural y educativo a que la empujó los 27 años de la dictadura feudal de Juan Vicente Gómez. El país estaba urgido de moral y luces que acomete el gobierno de transición a la democracia presidido por el General Eleazar López Contreras. Pasamos del extremo cercenador de la cultura durante la dictadura al de su empuje en democracia con sus alentadores vientos de cambio. El impulso a la transición democrática con sus prácticas en el orden cultural.
Dicho proceso será afectado en lo político el 18 de octubre de 1945, cuando se registra la rebelión cívico-militar auspiciada por AD que derroca al presidente Isaías Medina Angarita. Luego el 24 de noviembre de 1948 definitivamente interrumpido con el golpe militar encabezado por Marcos Pérez Jiménez.
El proyecto nacional
En el siglo XIX José Antonio Páez y Antonio Guzmán Blanco intentan, cada uno por su lado, la incorporación del atrasado país al concierto del capitalismo mundial. Ello mediante un Proyecto Nacional de ordenamiento para acceder al desarrollo en todos los órdenes de la vida pública. En 1899 y 1920 el asunto vuelve a ocupar el interés oficial sin materialización alguna, pues los intentos se cumplen a medias.
En los mismos se planteaba unir al país mediante una red de transporte y comunicaciones terrestre más obras de infraestructura diversas. Lo poco que quedó de esos intentos fue una red nacional de transporte por ferrocarril que a Lara llega en 1892. Entonces vivamos en un inmenso territorio en condiciones de aislamiento donde un conglomerado no sabía de la existencia de otros. En música lo conocido es el joropo, vals, y pasaje. Es el modelo de país feudal que moldea y perpetua Juan Vicente Gómez.
Ello ocurre en medio del impulso a la industria petrolera con sus cuantiosas exportaciones y descuido de la educación. El saldo en este sector es negativo. A manera de ejemplo citamos la cifra de niños en edad escolar que asisten a la escuela que apenas alcanza al 4.5 %. Un índice bajísimo máxime que éramos una potencia petrolera que abastecía con el crudo a EEUU.
Aunque López Contreras es un militar gomecista tiene plena conciencia de esa realidad a la que afronta de inmediato sin medias tintas. Lo hace con la implementación de un Proyecto Nacional que tardó más de 60 años en hacerse realidad desde los tiempos de Antonio Guzmán Blanco. El proyecto desde luego tiene su connotación cultural desde varias, entre éstas la educación formal.
Se trata de impulsar un modelo de desarrollo del país fundamentado en el capitalismo que abarca el sector cultural, descuidado durante el primer cuarto del siglo XX. Para esa fecha se había consolidado en el país la industria petrolera que en lo cultural avanzaba con su estilo cosmopolita de vida sobre todo en los centros de explotación del hidrocarburo, entre estos el estado Zulia.
La cultura como un todo genera continuaba su curso en la cotidianidad de la gente. El permanente palpitar del folclore con sus múltiples testimonios, entre estos el de la música.
La mayor prioridad entonces es la educación formal de la población no por ser Venezuela un país rural sino por el abandono del sector a que lo sometió el régimen militarista. Los bajos índices de escolaridad arrastrados desde ese oscuro pasado llegaban al 4.5% cuando somos el primer proveedor de petróleo de EEUU.
Se reordena lo que sea desordenado. Y durante el tiempo de la dictadura anterior en lo cultural el país se mantuvo en la inercia. Pero sin evolución hacia adelante para bien de sus manifestaciones culturales y artísticas. Es esa falta de mutación lo que conlleva a una situación de desorden que requiere solventarse con motivo del nuevo panorama surgido luego de la desaparición de Juan Vicente Gómez.
Dicha situación Alexis Márquez rodríguez la considera un “desastre” que por supuesto demanda su superación inmediata. Por esa causa Venezuela no llega a tiempo al siglo XX como agudamente lo señalara el humanista Mariano Picón Salas:
“Podemos decir que con el fin de la dictadura gomecista comienza apenas el siglo XX en Venezuela. Comienza con treinta y cinco años de retraso…”
En 1936 es muy corto el camino andado por Venezuela en los estadios de la cultura y educación. Recordemos además que estamos en un país rural marcadamente disperso con más del 80 % de su población en el campo. Un hecho que dificulta el emprendimiento de planes de desarrollo en los diversos órdenes. Entre esos planes figura la erradicación del analfabetismo producto de la pavorosa pobreza que sufría el país. Es tal este adverso cuadro que una región no sabía de la existencia de otras.
La nueva nación
Es también el momento del paso de una sociedad tradicional a una sociedad de masas, es decir, el encuentro entre lo viejo del siglo XIX y lo nuevo del siglo XX que no admite demora alguna.
En ese contexto entra en acción el Presidente ELC con su Proyecto Nacional. Éste contempla cambios en las esferas de: la economía, social, política, salud, educación y cultura……
El referido proyecto en esencia se plantea como objetivo central la creación de un nuevo Estado Liberal en estrecha vinculación con los intereses geopolíticos de EEUU. Ello nos lo explica Lourdes Fierro Bustillos (1993):
“Fue en el marco de una forma de relacionamiento con el sistema capitalista, y en especial con los estados unidos, como el Estado nacional liberal se fue estableciendo, sobre la base de las líneas fundamentales del proyecto nacional definido durante las últimas décadas del siglo XX. La expresión más significativa de este proceso fue la creciente expansión del Estado para desempeñar un papel activo en la dinámica del proceso social.”
En lo cultural tomará forma en lo sucesivo en las distintas actividades que comprende desde lo artístico aun lo general. Algunas de estas actividades ya eran manifiesta sutilmente durante el gomecismo y eclosionan una vez fallece el tirano. Un ejemplo es el de la radiodifusión que en Lara tiene sus pioneros en Juan Pablo Ceballos, Arturo Ramos Maggy, Alirio Sigala y los hermanos Amilcar y Rafael Ángel Segura.
El programa salvador
El 21 de febrero de 1936 Eleazar López Contreras presenta al país lo que se denomina Programa de Febrero conformado por 8 puntos para la transformación política y administrativa del país. En lo atinente al sector de la educación nacional se plantea lo siguiente:
- Lucha contra el analfabetismo y reorganización de las escuelas tanto normales como primarias
- Nuevas edificaciones escolares, escuelas ambulantes y bibliotecas populares
- Educación física
- Reorganización del liceo
- Creación de un Instituto Pedagógico, de escuelas de artes y oficios y de comercio
- Reorganización universitaria e inclusión de Facultades de Ciencias Económicas y Sociales
- Y creación de un Instituto Politécnico y de un Consejo Nacional de investigaciones para el estudio de los grandes problemas técnicos.
El programa prioriza el combate contra el analfabetismo mediante la masificación de la educación formal primaria descuidada totalmente durante los 27 años del gomecismo. Por ejemplo, el presupuesto destinado a educación es aumentado en un 82 %.
Cuatro años después son 120 los maestros normalistas. Los alumnos normalistas ascienden a los 1138, Son 11 los liceos y 17 los colegios. Los estudiantes universitarios suman 2600. Es fundado el Instituto Pedagógico Nacional. Se construye el Museo de Bellas Artes y el de Ciencias Naturales.
El paisaje cultural y artístico se amplía con la aparición de diversos grupos y voceros impresos, algunos son las revistas Contrapunto, Revista Nacional de Cultura, Gaceta de América, Elite, Válvula y los periódicos El Nacional y Últimas Noticias. El número de nuevas emisoras de radio asciende a las 20.
En lo ideológico circula el materialismo dialéctico y materialismo histórico fundamentos del marxismo, aunque López Contreras se mantiene vigilante. También la ideología del liberalismo desarrollada ampliamente en Europa y EEUU.
Carmelo Vilda (1997) nos refiere lo avanzado en estos términos:
“Desde la perspectiva propiamente cultural, el gobierno de Eleazar López Contreras demostró gran interés por la educación y la modernidad. Al concluir su mandato, se había creado en Venezuela más escuelas que en toda la historia de la República.”
A partir de 1941 el general Isaías medina Angarita prosigue en esa línea de trabajo. Viene a ser la reafirmación de la labor cultural y educativa de su predecesor Eleazar López Contreras. Es un ejemplo de continuidad administrativa poco practicada en el país. Medina Angarita fue un demócrata a carta cabal dotado de un espíritu de tolerancia y amplitud política.
En paralelo surge un propicio ambiente para el ejercicio de la libertad de expresión, organización y creación de los artistas e intelectuales. Al fin la espiritualidad humana encuentra terreno fértil. Se registra la difusión de las noveles corrientes de la pintura, filosofía y literatura, entre otras: la abstracción, expresionismo, surrealismo, impresionismo.
En 1946 se inicia el arranque de la nueva pintura venezolana con el Círculo de Bellas Artes. Sus integrantes están contagiados con las nuevas ideas y corrientes de las artes plásticas cuya génesis es el abstraccionismo. Esa situación la facilita la bonanza petrolera y apertura democrática que ponen al país en contacto con el mundo exterior de donde fluyen las expresiones del cambio. Uno de sus máximos representantes es Jesús soto, pionero del cinetismo.
Uno de los grupos literarios de mayor proyección es Contrapunto entre cuyos miembros están los larenses Héctor Mujica, Eddy Morales Crespo y Alí Lameda. Contrapunto reúne a valores de la narrativa, poesía y ensayo venezolano de la talla de Andrés Mariño Palacio desaparecido a los 22 años, pero con una estupenda obra.
La cultura popular cobra valor
El período presidencial de Medina Angarita es interrumpido por la rebelión cívico militar del 18 de octubre de 1945 que lidera Rómulo Betancourt. Una junta de gobierno asume el mando de la República por varios meses para convocar a elecciones presidenciales ganadas en diciembre de 1947 por el escritor adeco Rómulo Gallegos.
El interés del escritor por la educación y cultura es evidente. Cuando asume la presidencia en febrero de 1948 tiene lugar un acontecimiento cultural de primer orden: La Fiesta de la Tradición, Cantos y Danzas de Venezuela que organiza el escritor Juan Liscano.
Este es un evento al que la posterior dictadura perezjimenista le echó tierra. Visto en el tiempo Liscano tiene la lucidez para presentar por primera vez en público las máximas expresiones de nuestra cultura popular, entre las que destaca el Tamunangue.
Una jornada que requirió un arduo trabajo organizativo, logístico, financiero y promocional pues fueron movilizados centenares de personas desde varias regiones del país. Solamente el conjunto de tamunangueros desplaza a unas 40 integrantes. Al fin lo popular es valorizado.
En ese brevísimo periodo del primer Presidente electo democráticamente en el país, al decir de Perán Emiry, se profundiza el proyecto de democratización y masificación de la educación y cultura con énfasis en lo popular y tradicional. El Juan Bimba de los adecos tenía acceso por primera vez a la educación formal.
A partir de noviembre de 1948 el país sufrirá otro período de oscurantismo cultural durante el perezjimenato. Ello pese a su desarrollismo económico con faraónicas obras públicas, entre éstas el Edificio Nacional en Barquisimeto.
Recursos consultados
Bibliográficos
Fierro, Lourdes y otros. Formación histórico social de Venezuela. UCV. Ediciones de la Biblioteca. Caracas. 1993.
Liscano y otros, Juan. La Fiesta de la Tradición. FUNDEF. Caracas. 2008.
Rivas Marchena, Esteban. rastros y rostros y la pluma en ristre. Asamblea legislativa del Estado Lara. Barquisimeto.1993.
Segnini, Yolando. Los caballeros del postgomecismo. Alfadil Ediciones. Caracas.1990.
Vilda, Carmelo. Proceso de la cultura en Venezuela III siglo XX. Fundación Centro Gumilla. Caracas. 1993.