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Parque Nacional Morrocoy, bello ecosistema para querer

Cruz Enrique Otero Duno
Cronista e historiador
cruzoteroelcronista@gmail.com
@cruzoteroelcronista

El Parque Nacional Morrocoy fue creado mediante Decreto No. 113, el día 26 de mayo de 1974, en el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez


Ubi­cación

Ocu­pa áreas mari­nas y con­ti­nen­tales situ­adas entre las local­i­dades de Tuca­cas y Chichiriviche, sec­tor cos­tero  cen­tro occi­den­tal de la Repúbli­ca Boli­var­i­ana de Venezuela, extremo ori­en­tal del esta­do Fal­cón, sien­do su exten­sión total de 32.090 hectáreas.

Tuca­cas y su relación geográ­fi­ca con el Parque

Motivos por los cuales fue declar­a­do par­que nacional

Podemos enu­mer­ar como motivos prin­ci­pales la inter­ven­ción humana man­i­fes­ta­da los años 1971 y 1972 cifra­da a través de la edi­fi­cación de palafi­tos en las oril­las de algu­nas islas y en medio de los canales nat­u­rales de cir­cu­lación de aguas, la urban­ización espon­tánea no plan­i­fi­ca­da en las áreas de tier­ra firme, la pesca  indis­crim­i­na­da y el dete­ri­oro paisajís­ti­co dado a través de la tala y la que­ma de los ele­men­tos vegetales.

Ambi­ente físico

Se car­ac­ter­i­za por la var­iedad de ras­gos nat­u­rales que abor­dan un estu­pen­do poten­cial de atrac­tivos para la sana recreación al aire libre.

La con­fig­u­ración del relieve está con­for­ma­da por tres ele­men­tos pri­mor­diales que son: a)  la fran­ja costera propi­a­mente dicha que tiene su ini­cio en la zona norte de la local­i­dad de Tuca­cas, sien­do la parte más sobre­saliente el cer­ro Mor­ro­coy o cer­ro Chichiriviche y que alcan­za una altura de doscien­tos ochen­ta y cin­co met­ros sobre el niv­el del mar. b) el con­jun­to de manglares y las lagu­nas costeras. c) el grupo de cayos e islotes.

El cli­ma es trop­i­cal de sabana con influ­en­cia monzóni­ca, sudanés e isotér­mi­ca, sien­do de unos 26.5° C el prome­dio anu­al de la tem­per­atu­ra. Los vien­tos en la zona son ali­sios prove­nientes del noroeste, cuya veloci­dad es cal­cu­la­da en unos 4.5 kilómet­ros por hora.

El drena­je nat­ur­al de las aguas con­ti­nen­tales es erráti­co, debido a las car­ac­terís­ti­cas geológ­i­cas del ter­reno en el que pre­dom­i­nan las rocas y cal­izas, por lo que no está definido un patrón para el desagüe de las mis­mas. El poten­cial acuáti­co tiene desplaza­mien­to per­ma­nente des­de el cer­ro Mor­ro­coy a través de las que­bradas La Peñi­ta, La Mori­ta, Los Cán­taros, Los Indios y La Recaíta.

Fasci­nantes cayos bor­dean a Chichiriviche

Pobla­ciones autóctonas
Los cen­tros pobla­dos ubi­cadas en el Par­que son La Soledad I y II, Caño de León, Los Clave­les, Las Luisas, Mor­ro­coy, Lizar­do, San Rafael, Altos de Lizar­do y Agua Salobre.

Zonifi­cación geográ­fi­ca oficial

El Par­que Mor­ro­coy posee una diver­si­dad de zonas rep­re­sen­tadas en Isla de  Pájaros, Cayo Bor­ra­cho, Pun­ta Fausti­no, Mal­lorquina, cer­ro Chichiriviche,  bosques de manglares de la cos­ta, manglares y bar­rera corali­na de Pun­ta Bra­va, praderas de tha­las­sia de La Adu­a­na, Pun­ta Suanche, Coco 2, Coco 3, Paiclás, Boca Seca, Los Juanes, Cayo Som­brero, Playuela, Playueli­ta, Cayo Muer­to, Cayo Sal, Cayo Áni­mas, Pescadores, Los Ale­manes, Cayo Nue­vo, Cayo Per­aza, Caño León, Caño Las Bur­ras, Caño El Tigre, Cayo Pelón, Pun­ta Pereira, Pun­ta Varadero, bar­rera corali­na de Playa Norte, zona de recreación Playa Sur, Tucu­pi­do,  zona este de Tibana, río Sanare, El Silen­cio, Altos de Lizar­do y norte de Tucacas. 

Aspec­tos fisiográficos

Son vari­adas las for­mas de hábi­tat y veg­etación que pre­sen­ta el Par­que. Los cayos o islotes están for­ma­dos por la acu­mu­lación de corales, are­nas y restos de molus­cos que han sido empu­ja­dos por las olas y cor­ri­entes mari­nas durante cen­turias. En ellos la flo­ra es muy reduci­da y uni­forme. Sobre­salen varias plan­tas ras­tr­eras entre las que se cuen­tan la hier­ba de vidrio que posee grandes hojas y flo­res de col­or rosa, la cam­panil­la, la mar­gari­ta play­era y el saladillo.

Las sali­nas o saline­tas están pre­sentes en algu­nas islas, por ejem­p­lo en Pun­ta Bra­va, donde per­manecen inun­dadas en épocas llu­viosas y están secas o acti­vas durante el resto del año.

Las zonas más sobre­salientes con pres­en­cia úni­ca de man­gles son las islas y no la región con­ti­nen­tal. Estas for­ma­ciones veg­e­tales alcan­zan una altura entre diez y quince met­ros y con­tribuyen a la esta­bi­lización de la tier­ra, gra­cias a sus largas raíces aéreas las cuales, for­man­do una especie de arco, descien­den hacia las aguas. 

En las áreas poco pro­fun­das se encuen­tran hele­chos sub­mari­nos cono­ci­dos como tha­las­sia tes­tudinum, que tienen hojas, raíces y tal­los pare­ci­dos a las hier­bas terrestres.

En los sec­tores del cer­ro se encuen­tran con­jun­ta­mente bosques sec­os y verdes que son la úni­ca mues­tra mon­tañosa del Par­que y que se extiende des­de el sur de Chichiriviche has­ta La Soledad y Gua­ca­bana. Entre la gran var­iedad de árboles podemos enu­mer­ar el roble, el copi­to, el gatea­do, el cruce­to, la rosa de mon­taña y el indio desnudo.

Bahía norte de Tucacas

Fau­na silvestre

Las áreas que con­for­man el Par­que Nacional Mor­ro­coy con­sti­tuyen un reser­vo­rio de fau­na sil­vestre muy impor­tante, pero en la actu­al­i­dad es noto­ria la mer­ma del número de ejem­plares que revolotean sobre los manglares, a excep­ción de Isla de Pájaros. 

Hay que recor­dar que, has­ta los años seten­ta, se podía obser­var sobre Tuca­cas el paso de cien­tos de aves de difer­entes especies que sur­ca­ban los cie­los des­de los cayos has­ta la reser­va fore­stal de Agua Linda.

Tales dis­min­u­ciones en el ambi­ente aví­co­la cos­tero fueron a causa de la sev­era influ­en­cia de la acción del hom­bre prac­ti­ca­da a través de los años. 

Sin embar­go con­sid­er­amos que todavía la zona con­tinúa lucien­do poten­cial­mente rica en fau­na gra­cias al efec­to para­le­lo mul­ti­pli­cador Mor­ro­coy-Cuare, donde se desta­can el pato de moco, el pato ala verde, el pato yagua­so, la pon­cha relo­jera, la soiso­la, el alca­traz, el playero tur­co,  la garza real, el gabán, el tutuy, la garza pale­ta, la coro­co­ra (roja, gris y blan­ca), la tijere­ta, el fla­men­co, la gavio­ta y el togogo.

En el cer­ro poseen su hábi­tat mamífer­os como el mono aragua­to, el zor­ro can­gre­jero, el rabipela­do, el oso melero, el cuchicuchi, la lapa, el vena­do, el báquiro y el picure.

En ref­er­en­cia a la ictio­fau­na las aguas de Mor­ro­coy están sur­cadas por especies tales como el cazón, la sar­di­na, el jurel, el coro­coro, el par­go, el carite, la cachama, el pez loro, el guar­ipete, la picúa, la lisa y la raya. En el con­jun­to de rep­tiles mari­nos podemos enu­mer­ar a la tor­tu­ga (verde, cardón, cabezona y carey) y el caimán de la costa.

En el Par­que Nacional Mor­ro­coy los tipos de crustáceos y molus­cos están con­for­ma­dos por el botu­to, la ostra de man­gle, la lan­gos­ta, el can­gre­jo rojo, el ostión y la quígua. En el renglón de equin­o­der­mos el reser­vo­rio cuen­ta con el eri­zo y la estrel­la de mar.

 Recur­sos cul­tur­ales y socio-económicos

En la zona se encuen­tran pet­rogli­fos y otros ves­ti­gios de la cul­tura indí­ge­na pre­colom­bi­na que tuvo asien­to en las cuevas ubi­cadas en los lat­erales norte y sur del cer­ro. Muchos años antes de la declara­to­ria ofi­cial de Par­que un gran número de vasi­jas de bar­ro, instru­men­tos de cac­ería, artícu­los fúne­bres y piezas de defen­sa per­son­al fueron sus­traí­das por estu­di­antes excur­sion­istas proce­dentes de diver­sas uni­ver­si­dades del país.

Hoy día las tradi­ciones reli­giosas con­mem­o­ra­ti­vas son alu­si­vas a las fes­tivi­dades de la Vir­gen del Car­men, la Vir­gen del Valle, La Can­de­lar­ia y San­ta Bárbara.

Un gran número de pobladores autóctonos se ded­i­can a la con­fec­ción de artícu­los de arte­sanía para ser ven­di­dos a los vacacionistas.

Para­je tradi­cional del sec­tor Los Claveles

Restric­ciones: En momen­tos de pan­demia las autori­dades han implan­ta­do cier­tas restric­ciones de acce­so a las áreas mari­nas y penin­su­lares del parque

El sus­ten­to diario de los habi­tantes de los caseríos ubi­ca­dos al pie del cer­ro Mor­ro­coy se basa en el ser­vi­cio de alo­jamien­to, trans­porte en embar­ca­ciones, vig­i­lan­cia de automóviles, man­ten­imien­to de lan­chas, preparación de bebidas típi­cas y ven­ta de comidas.

Tan­to en Tuca­cas, Chichiriviche y caseríos autóctonos están dis­em­i­nadas diver­sas mari­nas, muelles o embar­caderos legal­iza­dos bajo la figu­ra de aso­cia­ciones civiles de lancheros que cumplen con las dis­posi­ciones emanadas de la Del­e­gación Marí­ti­ma (Cap­i­tanía de Puer­to), Inea, Pro­tec­ción Civ­il, Coman­do de Guarda­costas de la Arma­da, Guardia Costera e Inparques.

Interés históri­co

El año 1693 los cayos Paiclás y Som­brero fueron uti­liza­dos como refu­gio por los judíos sefardi­tas que aban­donaron las islas de Curazao, Aru­ba y Bonaire, ante las con­tin­uas sequías y epi­demias que padecieron.

En la parte sur de la isla de Pun­ta Bra­va se encuen­tran las ruinas de la primera adu­a­na  que fue insta­l­a­da en Tuca­cas y que fun­cionó durante los años de 1905 a 1918. Con­sis­ten en restos de bases de con­cre­to arma­do con piedras corali­nas, tuberías de hier­ro y tro­zos de rieles clava­dos en el mar que sirvieron de basa­men­to a un largo muelle.

Entre 1925 y 1928 el gob­ier­no nacional con­trató a la empre­sa Caribe para que reci­biera  los dere­chos de explotación de un pozo petrolero, que estu­vo ubi­ca­do en el camino entre La Soledad y Caño León. Dos décadas después se per­mi­tió acti­var la mina de cal­ci­ta de Lizar­do, activi­dad que se desplegó has­ta comien­zos del año 1974.

Ves­ti­gios de la adu­a­na de Pun­ta Brava

Pro­hibi­ciones

Las activi­dades y usos pro­hibidos den­tro del Par­que son, entre otros, los sigu­ientes: la cría com­er­cial de ani­males domés­ti­cos y exóti­cos, los cul­tivos agrí­co­las, la acui­cul­tura com­er­cial, la min­ería, las plan­tas de gen­eración de elec­t­ri­ci­dad de tal­la indus­tri­al y portátiles, las indus­trias no arte­sanales, la cac­ería, la pesca con fines com­er­ciales en escala indus­tri­al, la pesca sub­ma­ri­na, la cap­tura de especies orna­men­tales, el ver­tido o inyec­ción de con­t­a­m­i­nantes sóli­dos y líqui­dos,  la tala y la que­ma, el mal­tra­to a la veg­etación, la extrac­ción y manip­u­lación de corales, los desmontes y los movimien­tos de tier­ra, el dra­ga­do o alteración de los fon­dos mari­nos, las fogatas, la ven­ta de bebidas alco­hóli­cas y cigarrillos. 

El uso de equipos de sonido con vol­u­men de más de cin­cuen­ta deci­beles medi­dos a dos met­ros de dis­tan­cia de la fuente sono­ra, el uso de armas blan­cas y de fuego, arro­jar basura u otros resid­u­os sóli­dos, nadar fuera de las áreas demar­cadas para bañis­tas, nave­g­ar a más de diez nudos, el ater­riza­je de aeron­aves en zonas no autor­izadas, el uso de plagui­ci­das no biodegrad­ables y  mane­jar vehícu­los auto­mo­tores a más de veinte kilómet­ros por hora. Inpar­ques exige guardar respeto a la pro­hibi­ción tem­po­ral de per­noc­ta cada vez que esta sea decretada.

Vehícu­los rús­ti­cos en las playas de Venezuela

Con­ce­siones y contratos

Las con­ce­siones y con­tratos otor­ga­dos a ter­ceros para la prestación de ser­vi­cios al públi­co deberán con­tener las dis­posi­ciones nece­sarias para ase­gu­rar la con­ser­vación, mejo­ramien­to y defen­sa de los recur­sos nat­u­rales y ambi­en­tales del Par­que Nacional Mor­ro­coy. Al momen­to de estable­cer con­ce­siones y con­tratos el Insti­tu­to Nacional de Par­ques toma muy en cuen­ta la capaci­dad y expe­ri­en­cia  que el intere­sa­do pue­da ten­er en la activi­dad en la que desea laborar.

Las aso­cia­ciones de lancheros y ostreros, Min­is­te­rio del Poder Pop­u­lar para el Ecoso­cial­is­mo, alcaldías de los munici­p­ios Sil­va y Mon­señor Itur­riza, guarda­parques, coop­er­a­ti­va de trans­porte turís­ti­co, reser­va mil­i­tar, coop­er­a­ti­vas de limpiezas, gru­pos vol­un­tar­ios y todos los con­ce­sion­ar­ios a menudo ejercen acciones de apoyo en el man­ten­imien­to y limpieza de las áreas recre­ati­vas dirigi­das todas por la Coor­di­nación del Par­que Nacional Mor­ro­coy con sede en Tucacas.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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