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El ruego del padre Macario Yépez a la Divina Pastora

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
En Twitter: @LuisPerozoPadua

El cólera comenzó a desaparecer y con la epidemia el padre Yépez que morirá de fiebre tifoidea meses después, el 16 de junio de 1856


En noviem­bre de 1855, se reportó los primeros casos de cólera en Bar­quisime­to, epi­demia que lle­garía a Venezuela, a través del vapor vene­zolano ‘Inte­gri­dad’ que atracó en el río Orinoco el 9 de sep­tiem­bre de 1854

En 1855, el padre José Macario Yépez, vien­do la propa­gación de la epi­demia del cólera, hace edi­ficar el mon­u­men­to a la Cruz Sal­vado­ra en el sitio de Tier­ri­tas Blan­cas, en las afueras de la ciu­dad de Bar­quisime­to, obra dirigi­da por Mar­i­ano J. Raldíriz y José Manuel Otero, con­sagración lle­va­da a cabo en diciembre.

Más tarde, el 14 de enero de 1856, el sac­er­dote con­vo­ca a una gran rog­a­ti­va ante la Cruz Sal­vado­ra y se lle­van al sitio imá­genes de los tem­p­los bar­quisimetanos, entre ellos la Div­ina Pas­to­ra de San­ta Rosa y Jesús Nazareno des­de la par­ro­quia Concepción.

En elocuente rela­to, el his­to­ri­ador Nec­tario María apun­ta que al finalizar la pláti­ca el padre Yépez, movi­do por un celes­tial impul­so de cari­dad cris­tiana, exhaló su alma en sub­limes tér­mi­nos de abne­gación y heroís­mo; cayó de hino­jos, puestos los bra­zos en la cruz y vuel­to hacia la ima­gen, con voz fuerte y tré­mu­la entrecor­ta­da por sol­lo­zos, exclamó: 

“Vir­gen San­tísi­ma, Div­ina Pas­to­ra, en aras de la Jus­ti­cia Div­ina, por el bien y la sal­vación de este pueblo te ofrez­co mi vida. Madre mía, Div­ina Pas­to­ra, por los dolores que exper­i­men­tó tu Divi­no Corazón, cuan­do recibiste en tus bra­zos a tu San­tísi­mo Hijo en la baja­da de la Cruz, te supli­co Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡que sea yo la últi­ma víc­ti­ma del cólera!”

Durante su ser­món, el cura cal­ma a los angus­ti­a­dos fieles y los invi­ta a seguir en pro­ce­sión has­ta el tem­p­lo de la Con­cep­ción, segui­dos de la sagra­da ima­gen de la Vir­gen Div­ina Pas­to­ra y El Nazareno.

Mon­u­men­to la Cruz Sal­vado­ra en el sitio de Tier­ri­tas Blan­cas Déca­da de los años 20

La visi­ta se hizo tradición

La ven­er­a­da ima­gen del Nazareno llegó primero al descam­pa­do sitio de Tier­ri­tas Blan­cas y el pueblo con­gre­ga­do de rodil­las y supli­cante, esperó pacien­te­mente la lle­ga­da de la Div­ina Pas­to­ra que venía en hom­bros de algunos devo­tos y tapa­da con una man­ta para pro­te­gerla del pol­vo y la intem­perie. Hubo prédi­cas, ora­ciones y súpli­cas, y el padre Yépez, acom­paña­do del pres­bítero Raldíriz, pre­sidió el acto. 

La tradi­ción oral describe que des­de ese día dis­min­uyó la epi­demia, y por ello quedó estable­ci­da la cos­tum­bre de lle­var anual­mente la ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra a la ciu­dad de Barquisimeto.

La inau­gu­ración y ben­di­ción del mon­u­men­to Cruz Sal­vado­ra de Tier­ri­tas Blan­cas pre­cedió la visi­ta de la Div­ina Pas­to­ra el 14 de enero; y el Jesús Nazareno fue lle­va­do allí en pro­ce­sión dos veces: la primera para la con­sagración de la cruz en diciem­bre de 1855 y la segun­da, el 14 de enero de 1856 para recibir la ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra des­de San­ta Rosa. 

La ima­gen sagra­da de la Pas­to­ra per­manece en el tem­p­lo de la Inmac­u­la­da Con­cep­ción var­ios días y pos­te­ri­or­mente es lle­va­da a otras igle­sias de Bar­quisime­to, inclu­so a Cabu­dare, entran­do por los caseríos del antiguo camino a Yaritagua.

El cólera comen­zó a desa­pare­cer y con la epi­demia el padre Yépez que morirá de fiebre tifoidea meses después, el 16 de junio de 1856. Sepul­ta­do “a escon­di­das y a toda prisa, al abri­go de la noche por sus alum­nos, en el cemente­rio de San Juan”, dado que las fuerzas del Gob­ier­no Lib­er­al venían tras el prela­do para apre­sar­lo por adver­sario al rég­i­men y conspirador.

Pobla­do de San­ta Rosa, 1920. Autor descono­ci­do. Sales de pla­ta sobre papel albu­mina­do. Colec­ción Sociedad de la Div­ina Pastora

Se quedó en San­ta Rosa

Entre la tradi­ción bar­quisimetana que rodea la his­to­ria de la ven­er­a­da ima­gen desta­ca, que en 1740, el pár­ro­co de San­ta Rosa, Sebastián Bernal quiso para su igle­sia una ima­gen de la Inmac­u­la­da Con­cep­ción, y al mis­mo tiem­po el vic­ario del tem­p­lo de la Inmac­u­la­da Con­cep­ción, solic­itó una ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra, “pero por designios de la Prov­i­den­cia”, al lle­gar los encar­gos des­de España en cajas de madera se inter­cam­biaron y el de la Pas­to­ra fue a parar a San­ta Rosa y el otro a la igle­sia de la Concepción

«La ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra posi­ble­mente fue adquiri­da entre 1715 y 1724, traí­da de Sevil­la, España, dado se propaga­ba ráp­i­da­mente el apos­to­la­do pas­to­ril de la Vir­gen en esa zona, además de acos­tum­brarse a impor­tar las imá­genes religiosas»

Cuan­do Bernal abrió su encomien­da, advir­tió la equiv­o­cación, orde­nan­do a unos indios y arrieros lle­var el cajón y su con­tenido has­ta Bar­quisime­to, “pero el bul­to se tornó tan pesa­do que ni los indios ni las bes­tias pudieron mover el cajón que con­tenía la ima­gen en piezas de la Div­ina Pastora”.

El padre Bernal con estu­por al comu­nicar lo suce­di­do al vic­ario de la Con­cep­ción, éste se sor­prendió por el acon­tec­imien­to y con­sid­eró que la ima­gen debía quedarse en San­ta Rosa “porque demostró ser ese su deseo”.

No existe has­ta el pre­sente prue­bas doc­u­men­tales que demuestren este hecho, pero el históri­co suce­so for­ma parte, como señalam­os, de una arraiga­da tradición.

Fotos: Cen­tro Inter­no de Doc­u­mentación del Diario El Impulso


Fuente: La Divina Pastora, Historia de una Devoción. María Matilde Suárez y Carmen Bethencourt. Barquisimeto 2005
Lo Bello y lo Útil de Lara. Casa Propia Entidad de Ahorro y Préstamo. Barquisimeto 2004
Historia de la Divina Pastora de Santa Rosa. Hermano Nectario María. Barcelona 1926.
El Padre José Macario Yépez 1799-1855. Lino Iribarren Celis. Caracas 1952
Barquisimeto: Historia Privada, Alma y Fisonomía de Barquisimeto de Ayer. Rafael Domingo Silva Uzcátegui. Caracas 1959
Sitio en Internet: www.CorreodeLara.com 

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