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El Testamento del general Matías Salazar, un documento histórico

 

Luis Heraclio Medina Canelón
Historiador

Aunque sus biógrafos coinciden en que el general Salazar era un hombre de un regular nivel de cultura, y que había trabajado como escribiente jurídico y como maestro, sobre él se había levantado un matiz de típico soldado de montonera, ignorante, muy violento y casi bandido


En estos días, a raíz de la pub­li­cación de nue­stro artícu­lo sobre la Batal­la de Gua­ma y su per­son­aje cen­tral, el gen­er­al Matías Salazar recibí la lla­ma­da de un pari­ente (quien me pidió expre­sa­mente no iden­ti­fi­car­lo) que me man­i­festa­ba su agra­do por el men­ciona­do escrito. Pero tam­bién me sor­prendió con una primera noti­cia: Me infor­mó que él es sobri­no-tatarani­eto del famoso gen­er­al Salazar, lo cual yo nun­ca habría imag­i­na­do, pero lo mas extra­or­di­nario es que el pri­mo tiene el orig­i­nal del tes­ta­men­to que redac­tó de su puño y letra Matías Salazar horas antes de ser fusilado.

Por supuesto, que en el acto le pedí una copia de tan impor­tante papel, que es la que pueden ver los ami­gos en este artículo.

El escrito en cuestión, aparte de ser un doc­u­men­to de  val­or históri­co extra­or­di­nario por el mero hecho de quien lo suscribe y la grave opor­tu­nidad en la que fue redac­ta­do, me ha dado (y creo que a todos nos dará) una nue­va o más amplia visión del con­tro­ver­tido personaje.

Aunque sus bió­grafos coin­ci­den en que el gen­er­al Salazar era un hom­bre de un reg­u­lar niv­el de cul­tura, y que había tra­ba­ja­do como escri­bi­ente jurídi­co y como mae­stro, sobre él se había lev­an­ta­do un matiz de típi­co sol­da­do de mon­ton­era, igno­rante, muy vio­len­to y casi ban­di­do; pues de la mera obser­vación de su últi­ma vol­un­tad se evi­den­cia que era un hom­bre acos­tum­bra­do a escribir, con una impeca­ble caligrafía, ade­cua­da redac­ción y bue­na ortografía. Resul­ta dramáti­co ver como ini­cia la escrit­u­ra con una evi­dente serenidad, con el pul­so firme, que le per­mitía hac­er una letra impeca­ble, la cual se va dete­ri­o­ran­do a medi­da que escribe y al final del man­u­scrito, cuan­do escribe la des­pe­di­da,  se puede intuir que segu­ra­mente ya tem­bla­ba su mano al pen­sar que en pocas horas sería fusilado.

En cuan­to al con­tenido mis­mo del pliego, su autor se pre­sen­ta como un hom­bre reli­gioso, tran­qui­lo porque se ha con­fe­sa­do: “bien con­fe­sa­do” escribe tex­tual­mente.  Pide que oren por él y que se man­den a decir misas por el des­can­so de su alma.  Expre­sa­mente hace una peti­ción de “las 30 misas de San Gre­go­rio”. Se tra­ta de lo que se lla­ma las “Misas Gre­go­ri­anas”: Una serie de misas por trein­ta días con­sec­u­tivos, sin inter­rup­ción, tan pron­to sea posi­ble luego del fal­l­ec­imien­to de una persona. 

Son una cos­tum­bre reli­giosa que data del siglo VI que bus­ca que el difun­to, de quien se cree que pue­da ten­er difi­cul­tades para ir al cielo, ya que se pre­sume que va a caer en el pur­ga­to­rio, se pue­da encam­i­nar hacia el des­can­so eter­no. De su insis­ten­cia en la real­ización de estas misas, se evi­den­cia que esta­ba arrepen­ti­do de sus los actos de su vio­len­ta y tur­bu­len­ta vida.

 Dice que ha recibido el “biáti­co” (sic). Nor­mal­mente se entiende por viáti­co, el sus­ten­to que se le entre­ga al via­jero para que se man­ten­ga durante el via­je.  En mate­ria reli­giosa, se refiere al via­je des­de el mun­do ter­reno hacia el más allá: Es la eucaristía que recibe quien está en trance de morir. O sea, que Matías Salazar comul­gó y se con­fesó el día antes de su fusil­amien­to. Va a morir absuel­to de sus peca­dos con­fe­sa­dos, de allí su tran­quil­i­dad espir­i­tu­al. Dice que va a morir “asis­ti­do”, o sea, que el sac­er­dote lo va a acom­pañar y le ha puesto los San­tos Oleos, o Extremaun­ción, como se decía antiguamente.

Declara que su úni­co ami­go allí es el “padre Gas­par”.  Se refiere al cura pár­ro­co de Tinaquil­lo, Gas­par Yánez, quien cuen­ta la his­to­ria que pidió el perdón a favor del con­de­na­do has­ta el últi­mo momen­to. Yánez no aux­il­ia a “Mati­itas” has­ta el lugar de la eje­cu­ción: no quiso ir a pres­en­ciar la muerte de su viejo ami­go y le pidió el favor de asi­s­tir al con­de­na­do al padre Octa­viano González.

Dispone detal­lada­mente de sus bienes: Hace unos par­tic­u­lares lega­dos a pari­entes y a la igle­sia. Regala gana­do. Deja dinero para los pobres de solem­nidad, “pero que se los den poco a poco”.  Nos lla­ma la aten­ción que lega a la igle­sia del Tina­co una ima­gen grande de la Vir­gen del Carmen.

Tam­bién este tes­ta­men­to nos da la idea de que es un hom­bre bas­tante famil­iar.  Tra­ta a su esposa de “Mi queridísi­ma” y le da algunos con­se­jos e instruc­ciones. En el ter­ri­ble trance que está vivien­do no olvi­da dejar­le un amparo económi­co a su madre y her­manas, y les lega unas can­ti­dades de dinero efectivo. 

Final­iza pidién­doles a sus famil­iares val­or y res­i­gnación y que recen por él.

Después de la eje­cu­ción, que para muchos es más bien un asesina­to, los restos del gen­er­al Salazar fueron enter­ra­dos en el cemente­rio de Tinaquil­lo, donde per­manecieron por var­ios años. Luego fueron inhu­ma­dos en la Cat­e­dral de Valen­cia, Capil­la del Cru­ci­fi­ca­do, donde per­manecían por lo menos has­ta prin­ci­p­ios del siglo XX.

He aquí el tex­to del tes­ta­men­to (sal­vo las pal­abras que no pudi­mos enten­der). Posi­ble­mente algu­nas pal­abras hayan sido mal inter­pre­tadas por nosotros:

Seño­ra Cer­gia Moreno de Salazar, Car­men Luna y familia

Tinaquil­lo, mayo 16 1872

Mi queridísi­ma esposa

Te Supon­go ya en cuen­ta que por des­gra­cia he caí­do pri­sionero en manos de mis ene­mi­gos, pero afor­tu­nada­mente me he con­fe­sa­do he recibido el biati­co y mañana a las ocho de la mañana ya no estaré, pero no se afli­jan Ust­edes porque me he con­fe­sa­do muy bien y con­fío, ten­go espero morir en gra­cia de Dios

El Señor me ha con­ce­di­do lo que le he pedi­do, lo que es morir asis­ti­do, he sido tam­bién muy feliz porque he sido tratado_____

En poder del padre Gas­par quedan mis doc­u­men­tos que _____

Reales que ten­go en Cara­cas y otros que el te entre­gará para _____

Su val­or de quince mil pesos, de estos reales me le dará a mis her­manas quinien­tos pesos y a mi mamá dos mil . A mi cuña­do ____ que _____ una gole­ta que tiene el doc­tor San­doval y Pedro ____ y nego­cie con ellas.

Las novil­las de Arau­ca las rega­lo a Vicente Hernán­dez.  Tu tien­da, tus casas  y el resto de tu dinero es de tu propiedad. La casa de Tinaquil­lo debes vender­la. La ima­gen grande del Car­men la rega­lo a la igle­sia de Tinaquil­lo. Den­le a padre Gas­par cin­cuen­ta pesos para que hágame las trein­ta misas de San Gre­go­rio regálen­le la Vir­gen del Socor­ro ven­ticin­co pesos y ven­ticin­co que de a la de los pobres de solem­nidad poco a poco, sea muy descon­fi­a­da y viva con su madre o con la mía, aquí no he encon­tra­do mas ami­go que el padre Gas­par. Esta ha sido una for­tu­na que cer­ca­do de bal­lone­tas haya podi­do hac­er estas líneas.

Sien­to no haber tenido el gus­to de ver mi esti­ma­da famil­ia y mi muy queri­da madre. Con­sidero que diré de mi corazón que está enfer­ma. Adiós mi Cer­pa, Adiós Madre mía, Adiós mis her­man­i­tas, les supli­co que ten­gan val­or y resignación

Matías Salazar

Aunque ust­edes rezaran mucho por el bien de mi alma yo se los encar­go muy encar­e­ci­da­mente. Nada hay mal

Vivan muy bien y  __________ a Dios que es el Úni­co bien posible

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «El Testamento del general Matías Salazar, un documento histórico»

  • Increible todo lo que he lei­do, no sabia que mi pari­ente Matias Salazar habia deja­do un tes­ta­men­to, asi como lo leen, soy otro pari­ente de Matias Salazar, me llamo Luis Sil­va, el Sil­va de mi abuela Car­men Sil­va, gran mujer, su pare­ja el Doc. Andres Octavio Jimenez Salazar (pres­i­dente del esta­do carabobo 3 veces) que por morir de un infar­to no pudo recono­cer a mi padre Juan Sil­va (gran hom­bre) por ello mi padre no obtu­vo el apel­li­do Jimenez. Mi abue­lo el Doc. Andres Octavio Jimenes Salazar era sobri­no de Matias Salazar. Al dueño de este post le agrade­ce­ria enorme­mente me pusiera en con­tac­to si es tan amable con al sobri­no tatarani­eto que le ha man­da­do la copia del tes­ta­mente de mi pari­ente Matias Salazar, por supuesto el sobri­no tatarani­eto seria tam­bi­en mi pari­ente. Siem­pre he desea­do con ansias cono­cer el nom­bre el papa y mama de Matias Salazar ya que deseo hac­er un arbol genealogi­co. Aca les dejo mi correo per­son­al: lasb72@hotmail.com

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