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El valle de Variquecemeto

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Se conocen ‑por lo menos‑, 41 variantes fonéticas y morfológicas de la forma “Barquisimeto”, aparecidos en distintos documentos, en antiguos pliegos e infolios del siglo XVI


El nom­bre de Bar­quisime­to o “Varique­ceme­to”, es una voz de ori­gen caque­tío, el cual aparece tran­scrito en la relación de via­jes de Niko­laus de Fed­er­mann, ofi­cial alemán, de la Casa de los Welser, en 1530 en el libro “His­to­ria indi­ana” (Indi­an­is­che His­to­ria), pub­li­ca­do en 1557 y en donde se nar­ra con detalle, la trav­es­ía efec­tu­a­da por este con­quis­ta­dor des­de su sal­i­da de Coro el 12 de sep­tiem­bre de 1530 has­ta el 31 de octubre de ese mis­mo año cuan­do lle­ga al Valle del río Bar­quisime­to, con­tem­p­lan­do el esplen­doroso Valle del Turbio.

Así lo apun­ta el cro­nista e inves­ti­gador Omar Gar­men­dia, en su artícu­lo El valle del bariqui, ori­gen de un nom­bre, pub­li­ca­do orig­i­nal­mente en el sitio en Inter­net CorreodeLara.com, quien se aden­tra en la his­to­ria sobre este voca­blo indí­ge­na y el tiem­po en que se cono­ció, ano­tan­do que des­de que el nom­bre de “Varique­ceme­to” aparece por vez primera en 1530, ha sido muy vari­a­da la grafía o for­mas de escribir el voca­blo por parte de escrib­anos y copistas.

Se cono­cen ‑por lo menos‑, 41 vari­antes fonéti­cas y mor­fológ­i­cas de la for­ma “Bar­quisime­to”, apare­ci­dos en dis­tin­tos doc­u­men­tos, en antigu­os plie­gos e info­lios del siglo XVI, entre los que sub­rayamos a Pedro de Agua­do, Fray Pedro Simón, José de Oviedo y Baños, entre los más conocidos.

Tal como habíamos indi­ca­do ante­ri­or­mente, el pueblo indí­ge­na pre­dom­i­nante en el valle de Bar­quisime­to eran los caque­tíos a cuya lengua, prin­ci­pal­mente, pertenecen la may­oría de los topón­i­mos que aún per­viv­en en y a oril­las del río Tur­bio o río ceni­cien­to, sien­do su nom­bre igual­mente, pal­abra caque­tía que, según los españoles, sig­nifi­ca “aguas col­or ceniza”, pero que según estu­dios etno­lingüín­sti­cos, muy rig­urosos y cien­tí­fi­cos del pro­fe­sor Rena­to Agagli­ate, rep­re­sen­ta la voz que des­igna una plan­ta muy común en sus rib­eras: el agua­cati­co, o, azu­car­i­to (paullinia cururu).

Barisi, curativo y protector solar

No obstante Gar­men­dia hace un inciso para aclarar que “has­ta aquí todo es muy cono­ci­do”, y ano­ta una cita del etno­lingüista Rena­to Agagli­ate nos dice que el nom­bre “barisi” viene de una «plan­ta trepado­ra bignon­iácea lla­ma­da bar­quí, bar­quís, bariquí, bariquiís o barique en lengua caque­tía, de flo­res pur­pureas, aunque tam­bién hay blan­cas y una sapindácea de flor blan­cuz­ca y fru­to rojo». Crece en hon­don­adas, bajíos, cañadas. Las hojas, al secarse, adquieren col­or roji­zo, y que además pre­sen­ta «zarcil­los», muy común en los zan­jones de Bar­reras y las hon­don­adas de la mese­ta bar­quisimetana a comien­zos del siglo XX.

Como dato curioso, el cro­nista sostiene que la cita­da plan­ta la uti­liz­a­ban los indios para pin­tarse en algu­nas situa­ciones y tenían propiedades med­i­c­i­nales. Los caque­tíos se unt­a­ban con la pas­ta que hacían con ella por todo el cuer­po cuan­do tra­ba­ja­ban o via­ja­ban, pues les servía como pro­tec­tor solar (¡el pro­tec­tor solar ya existía antes del siglo XVI en nue­stro sue­lo!). Tam­bién le dicen agua­cati­co, beju­co mula­to, azu­car­i­to, cafecito y coralito

Valle del río Barquisimeto

En los cer­e­mo­ni­ales de sac­ri­fi­cio con jóvenes de 15 años para hac­er que lloviera, esta plan­ta esta­ba pre­sente., y con­sistía en embadurnar a la ofren­da­da con el col­orante rojo y luego la degol­la­ban en una piedra de sac­ri­fi­cios, señala Gar­men­dia. Rev­ela además que Amador Came­jo Octavio le con­tó que hacía algún tiem­po, en el bosque Macu­to se había topa­do con una piedra para tales fines.

Hacia el valle caquetío

Fed­er­mann, sal­ió de Coro el 12 de octubre de 1530 con 110 españoles a pie, 16 a cabal­lo y 100 “nat­u­rales caque­tíos”; atrav­esó la sier­ra de San Luis, el sitio donde actual­mente está asen­ta­da Chu­ruguara, llegó al río Tocuyo, cer­ca de Siquisique, inten­tó subir las impen­e­tra­bles ser­ranías de Paru­pano pero desis­tió y toman­do el cur­so del río Tocuyo, que corre por las sabanas de Caro­ra, avanzó durante cua­tro días has­ta Are­nales o Atarigua donde lo aban­dona y lle­ga a Cuara (Coary) a tres mil­las del Valle de Bar­quisime­to que alcan­za el 1° de noviem­bre, después de 50 días de expedición.

 

Foto: Cortesía Michaela Weeler

Según el Informe de la Man­co­mu­nidad de Cro­nistas Munic­i­pales y Par­ro­quiales de Bar­quisime­to, el trán­si­to del con­quis­ta­dor alemán por el valle caque­tío, debió hac­er­lo a través de la mar­gen sur des­de donde actual­mente se encuen­tra Bue­nav­ista has­ta la zona de Tara­bana, lla­ma­do sitio de Bar­quisime­to, pasan­do por Macu­to y la hacien­da El Moli­no (propiedad de los her­manos Yepes Gil, Daniel y Domin­go Antonio).

De ahí, por tier­ras de Cabu­dare, pero siem­pre al sur del río Tur­bio, Los Ras­tro­jos, La Miel, Gamelotal, seguiría la direc­ción de lo que después se con­vir­tió en el Camino Real a San Car­los has­ta donde el río Buría y el río Bar­quisime­to se unen for­man­do el río Cojedes, sitio que lla­maron en el perío­do colo­nial, El Desem­bo­cadero, pun­to de encuen­tro para con­tin­uar hacia Los Llanos, Bor­bu­ra­ta, Valle de las Damas, Coro.

Pueblo numeroso y guerrero

En la relación de su via­je, Fed­er­mann ates­tigua que los caque­tíos “forma­ban un pueblo numeroso y muy guer­rero” que, en una vein­te­na de pueb­los hab­it­a­ban “las már­genes de un gran río”.

Los otros pueb­los indí­ge­nas, (ajaguas, gay­ones, cuibas, cypari­co­tos y jira­jaras), según Fed­er­mann, “habían sido oblig­a­dos por ellos [los caque­tíos] a vivir en la mon­taña para ser los úni­cos en poseer y gob­ernar la llana y muy fér­til tier­ra (pues) estos caque­tíos no habi­tan la mon­taña en parte algu­na, ni aquí ni aún en los alrede­dores de Coro, sino que ocu­pan la mejor y más fér­til y llana tier­ra y no sopor­tan a ningu­na otra nación en la llanura”.

El Her­mano Nec­tario María, en su obra La Fun­dación de Nue­va Segovia, pub­li­ca­do en 1952, expone que cuan­do el con­quis­ta­dor Juan de Vil­le­gas vino de El Tocuyo a fun­dar una ciu­dad en el río Buría que sirviera de apoyo a la explotación de las minas de oro allí des­cu­bier­tas, se encon­tra­ba ya en este valle un andaluz nom­bra­do Fran­cis­co López de Triana.

Poseía una estancia “en todo el camino que iba del Tocuyo para Bor­bu­ra­ta y en el sitio de Bar­quisime­to” el cual no puede ser otro que el de la con­flu­en­cia de los ríos Claro y Tur­bio, la zona de Tarabana.

Juan de Villegas

Empero, el poblamien­to mile­nario del valle lo com­pro­bó arque­ológi­ca­mente el Her­mano Nec­tario María cuan­do obtu­vo evi­den­cias de un cemente­rio en el sitio de Las Cuibas, del cer­ro El Man­zano, al sur del río Tur­bio, con antigüedad prob­a­ble de 6000 años ante de la lle­gad de los españoles. 

Igual­mente, la doc­u­mentación históri­ca del siglo XVI recoge evi­den­cias de que el Valle del Tur­bio lo poblaron difer­entes gru­pos étni­cos pos­te­ri­or­mente desplaza­dos de allí hacia las mon­tañas del sur y del norte del rio ceni­zoso prob­a­ble­mente a prin­ci­p­ios del siglo XV, lo que exhibe, una vez más, que Varique­ceme­to y su valle, es abori­gen des­de el comien­zo de los tiempos.


Fuente: Omar Gar­men­dia. El valle del bariqui, ori­gen de un nom­bre. www.CorreodeLara.com Enero de 2021.
Rena­to Agagli­ate. Bar­quisime­to y su beju­co inspi­rador. Estu­dio eti­mológi­co del hidro­topón­i­mo larense. Fon­do Edi­to­r­i­al Río Ceni­zo. Con­ce­jo Munic­i­pal de Irib­ar­ren. 2002.
Aspec­tos históri­cos del Valle de Bar­quisime­to y de su sec­u­lar vocación agrí­co­la. Informe de la Man­co­mu­nidad de Cro­nistas Munic­i­pales y Par­ro­quiales de Bar­quisime­to. Con­ce­jo del Munici­pio Irib­ar­ren. Unidad del Cro­nista Munic­i­pal de Bar­quisime­to, 1999.

CorreodeLara

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