Enredos del cable francés en Venezuela
Fabián Capecchi van Schermbeck
Escritor y publicista
En febrero de 1888, Venezuela se conectaba con el mundo, el cable submarino se había terminado finalmente de instalar, el puerto de La Guaira había sido enlazada con los Estados Unidos y Europa a través de un cable que pasaba por Curazao, Santo Domingo, Puerto Plata, Cabo Haití y Nueva York. Se trataba del primer cable submarino que unía América del sur con el resto del mundo
No menos de 8 concesionarios extranjeros habían intentado entre 1867 y 1888 unir Venezuela con los Estados Unidos. Ninguno cumplió, se vencieron los términos sin que hiciesen nada y les fueron rescindidos los contratos.
El ciudadano español, Vicente Cuenca Creus, obtuvo una concesión en marzo de 1887, para unir las costas de Venezuela con los Estados Unidos. El contrato fue refrendado, por el nuevo ministro de fomento Pablo Manuel Porras Echenagucia, firmado por el presidente Juan Pablo Rojas Paúl en julio de 1887. En septiembre de ese mismo año, sin siquiera haber sido aprobado por el congreso Vicente Cuenca Creus al verse incapaz de cumplir los plazos tampoco, cedió la concesión a la Sociedad Francesa de cables submarinos.
Esto era un ventaja para los buenos negocios con Europa, ya que las noticias sobre el resto del mundo eran recibidas primero en La Guaira, desde donde se retransmitían a Caracas a través del telégrafo, obviamente el monopolio de las comunicaciones por parte de la compañía francesa lo ponía delante de las oportunidades.
Al año siguiente, en 1889 gracias al cable, una agencia de noticias de Caracas, crea el boletín comercial más antiguo del que se tiene noticias del país, el Boletín de la Agencia Pumar en Caracas, primero también en introducir noticias cablegráficas de actualidad que llegaban de ultramar
El Cable Francés se vio en apuros en 1895 para cumplir lo ofrecido en el plazo de dos años estipulado, sin embargo le dieron otros dos para terminar el tendido de los cables costaneros. En 1897, el buque CS Pouyer-Quertier tendió otro cable de 59 nm de longitud desde Willemstad a La Vela de Coro, Venezuela, y otro cable desde La Vela de Coro a Maracaibo, Venezuela, a una distancia de 226 nm. En 1900 se colocaron más cables costaneros entre La Guaira — Carenero — Puerto La Cruz — Cumaná y Carúpano.
La primera oficina de telégrafo había sido instalada en Venezuela en 1856 entre La Guaira y Caracas. Luego Antonio Guzmán Blanco amplió el tendido hacia el interior del país y los hilos del telégrafo se convirtieron en los oídos del gobierno. Ahora con la llegada del cable submarino las comunicaciones telegráficos adquirían un valor mucho más alto, pues los dueños del servicio tenían acceso primero a las noticias que llegaban desde el extranjero, antes de ser retransmitidas a la capital. Lo cual se convertía en una gran ventaja estratégica para los negocios e incluso para apoyar una revolución.
El presidente Cipriano Castro lo supo, y en septiembre de 1905 acusó a la Compañía del Cable Francés de haber apoyado a los revolucionarios de la “Libertadora” liderados por el banquero Manuel Antonio Matos.
Varias empresas fueron acusadas de financiar y apoyar a los revolucionarios, entre ellas estaba la New York & Bermudez Company, la Orinoco Shipping and Trading Company, el Ferrocarril Alemán y la Compañía del cable francés
La empresa del cable fue acusada de conspiración e intervención en los asuntos del país y su director el francés Desiré Brun fue expulsado. El embajador francés no estaba en el país en ese momento y el encargado de negocios de la embajada francesa, Olivier Taigny, entregó la protesta sobre la expulsión del director de la empresa monsieur Brun, y el gobierno replicó dos días después, amenazando con rescindir el contrato a través de la Corte Federal si no se daban unas explicaciones satisfactorias ante las pruebas que tenía en sus manos el gobierno de que la Compañía del Cable francés había pasado informaciones a los rebeldes que intentaban derrocar a Castro.
Los franceses sabían, que las pruebas eran contundentes, y que sería difícil mantener los argumentos sin que las relaciones diplomáticas se tensaran al punto de quiebre. De modo que le pidió al embajador de los Estados Unidos en Venezuela que por favor se hiciera cargo de las delicadas relaciones. Sin embargo, Olivier Taigny, seguía siendo el mayor representante de Francia en el país, aunque no tenía cargo de embajador, sino el de encargado de negocios. Taigny, muy pronto se ganó la antipatía del gobierno, y fue declarada persona non grata.
La situación llegó al límite cuando Olivier Taigny, en un claro desplante, no fue invitado a la recepción que se ofrecía el 1° de enero de 1906 en Miraflores para todos los diplomáticos representados en el país. Aun así monsieur Taigny, se apareció y el presidente Cipriano Castro le demostró su total desprecio ignorándolo por completo en la fiesta y dejándole saber que él no era más que un empleado segundón del servicio diplomático y no el encargado de negocios de la nación francesa.
Rotura de relaciones diplomáticas entre Francia y Venezuela y actos de guerra
Francia se sintió insultada por esta acción y exigió una disculpa al gobierno venezolano, cosa que el gobierno de Castro ni siquiera consideró responder. El día 13 de enero, Francia comunica a través del embajador norteamericano, al gobierno venezolano que considera rotas las relaciones entre los dos países. El gobierno se aprestó a cerrar la oficinas del Cable Francés, previendo que fueran tomadas algunas acciones, antes que estas llegaran a los enemigos del régimen a través del cable y el director y el telegrafista fueron obligados a subir a un barco para expulsarlos del país.
Ante la imposibilidad de recibir instrucciones de Francia, el encargado de negocios Olvier Taigny, bajó al puerto de La Guayra y subió a bordo del vapor Amethyste, pidiéndole a su capitán que le permitiera telegrafiar a Francia y recibir instrucciones. Pero cuando iba a desembarcar las autoridades se lo impidieron aduciendo problemas aduanales, aun cuando existía anteriormente un acuerdo previo para embarcar y desembarcar sin pasaporte. Taigny tuvo que permanecer varios días en el vapor sin papeles hasta que a último momento antes de zarpar hacia Curazao le entregaron sus documentos.
Francia consideró bloquear las costas venezolanas y cobrarse la afrenta desembarcando tropas y apropiándose de algunas zonas estratégicas. Los norteamericanos enterados del asunto objetaron este último punto, no así las sanciones que quisiera tomar el país galo
Mientras tanto el encargado de negocios venezolano en Francia le fue comunicado el día 18 que al haber cesado las relaciones diplomáticas entre los dos países su trabajo allí había terminado y debía abandonar el territorio francés en menos de 24 horas, abordando un tren esa misma tarde hacia Lieja y escoltado hasta la frontera por agentes de la Sureté francesa.
Al quedar clausuradas las oficinas del cable francés, Venezuela queda nuevamente aislada del resto del mundo durante varios años, ahora las comunicaciones se tenían que hacer por vía marítima a través de la isla de Trinidad o Saint Thomas, ya que el gobierno había tenido un incidente diplomático con Curazao y tampoco se podían hacer por allí.
El Tribunal impuso en 1907 a la Compañía francesa una multa de Bs.24.178.638 por daños causados a raíz de su intromisión al lado de la Revolución Libertadora.
Posteriormente a la salida del poder de Cipriano Castro a manos de su compadre Juan Vicente Gómez en 1908, éste reanuda la concesión con la Compañía del Cable francés y le permite seguir operando sin problemas. Además le otorgó mediante la firma de un contrato entre el Ministro de Fomento Juvenal Anzola y el representante de la empresa Desiré Brun el monopolio de las comunicaciones cablegráficas de las líneas a La Guaira y Curazao.
Por supuesto el Gobierno Nacional se abrogaba el derecho de interceptar y leer todos los cablegramas, destituyendo a los empleados sospechosos y/o arrestando a quien creyera que pudiese estar implicado en alguna movida contra el régimen del general Gómez.
La empresa fue exonerada de pagar impuestos estatales, municipales o aduaneros, a cambio otorgaba descuentos oficiales, impuso tarifas fijas y el cobro de Bs 5 por cada palabra de recargo para líneas que no fuesen de la compañía, por ejemplo a Nueva York.
Bibliografía:
Venezuela, Francia y el cable francés. Ministerio de Relaciones Exteriores, Caracas 1906
García Ponce, Antonio. La compañía francesa del cable submarino
Depuis 1882. Cacao y café. Fundación Prosperi. http://prospery.net/Historia_Casa_del_Cable.html
Sauvage, J.E. The French cable company and the Venezuelan Revolution of 1902 — 1903. Capítulo 1
La compañía francesa de cables telegráficos. Ruidoso proceso. Documentos publicados en El Constitucional. Imprenta Nacional, Caracas, 1905