Escándalo por bañarse en la laguna de La Mora (1920)
Omar Garmendia
Cronista y escritor
El pasado domingo 7 de febrero de este año de 1920 la población de Barquisimeto, se sintió escandalizada, trastornada y herida en su moralidad, cuando dos féminas, sin recato alguno, fueron vistas bañándose en las frescas aguas de la laguna de La Mora
Don Onesiforo Flores del Campo, presidente de la Cofradía del Corpus Christi, junto con la honorable matrona doña Ramona Ponte Alegre, Secretaria Perpetua de la Sociedad del Nazareno de la Humildad, junto con la sociedad de damas de la Liga de las Buenas Costumbres, no dejaron de expresar sus reprobaciones con gestos de condena y duros epítetos, contra la conducta impropia de quienes “en paños menores” agraviaron con su desvergüenza la decencia que siempre había reinado en nuestra sociedad.
Inmediatamente, informada la infausta novedad, la Liga de las Buenas Costumbres, acudió en pleno a la laguna de La Mora y algunas voluntarias procedieron a cubrir con sendas chamarras a las impúdicas descocadas y entre imprecaciones y amenazas de expulsión de la ciudad, las cortesanas damiselas fueron conducidas a la policía con el fin de acusarlas de ultraje al pudor, mientras las gentes se persignaban a su paso por las calles.
Se trataba, como luego explicaron ellas mismas ante las autoridades, que eran artistas que habían llegado a Barquisimeto como parte del elenco de un circo que debía presentarse al día siguiente.
Acostumbradas como estaban a la moda de la vida europea, de donde eran oriundas, de bañarse en vestidos de baño en mares, ríos y lagunas, habían decidido darse un chapuzón en las plácidas ondas del encantador remanso, pues, según manifestaron, tenían mucho calor y deseaban refrescarse un poco, sin tomar en cuenta que tales vestiduras de baño no eran conocidas aquí en Barquisimeto y mucho menos que las mujeres pudieran bañarse en público, ante las miradas de propios y extraños, mostrando piernas, brazos, tobillos y busto descubiertos, mereciendo con ello las invectivas y dicterios de las gentes de bien.
Un fotógrafo ambulante que acertaba a pasar por el sitio, captó el momento en que las desvergonzadas se encontraban en la laguna y luego cuando salían de esta rumbo a la policía, escarmentadas por su mala acción. Una de las fotos es de cuando hacían sus actuaciones en el circo.